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Los radares inteligentes de la DGT: la velocidad no es lo único que debes temer
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Los radares inteligentes de la DGT: la velocidad no es lo único que debes temer

Los cinemómetros de nuestras carreteras son capaces de multar más allá de los límites de velocidad y captan muchas más infracciones de las que podíamos pensar

Foto: Los radares inteligentes de la DGT: exceder el límite de velocidad no es lo único que debe preocuparte. (EFE)
Los radares inteligentes de la DGT: exceder el límite de velocidad no es lo único que debe preocuparte. (EFE)

Vamos circulando con nuestro vehículo por la carretera y, de repente, vemos una caja 'sospechosa' en el arcen. Cuando echamos un vistazo a nuestro panel de mandos para ver a qué velocidad estamos circulando, nos damos cuenta de que estamos superando el límite permitido, por lo que frenamos rápidamente para evitar una posible multa. Cuando pasamos la caja, observamos que en realidad sí que era un radar... pero la velocidad no es lo único que debería de preocuparnos.

Hace no mucho tiempo, los radares de nuestras carreteras no eran capaces de identificar a un vehículo que superaba la velocidad permitida en condiciones meteorológicas adversas. Grandes días de lluvia o niebla eran los grandes aliados de aquellos que no respetaban las normas de nuestras carreteras... pero esos tiempos ya se han acabado. Actualmente, los cinemómetros de la DGT son de última tecnología y puden captar varias infracciones más allá de la propia velocidad.

Foto: Ilustración de un radar captando infracciones en la carretera. (iStock)

Cualquier radar de los que podemos encontrar en nuestras carreteras está pensado, fundamentalmente, para sancionar a todo aquel conductor que no respete los límites de velocidad. Pero van mucho más allá al ser multitarea: gracias a su tecnología y su la conectividad con las diversas bases de datos de los cuerpos de seguridad, un cinemómetro cualquiera es capaz, además, de sancionar cuestiones admnistrativas como la ausencia de seguro o no haber pasado la ITV, entre otras.

Además, pueden interpretar qué tipo de vehículo es el que ha pasado por el punto controlado y, con ello, poder establecer sus límites propios, tales como la velocidad máxima permitida para esos coches e, incluso, determinar si pueden circular por esa vía. En realidad, uno de los pocos problemas a los que se enfrentar es multar en sentido contrario, al poder encontrarse con otros coches a la hora de tomar la fotografía que pueden complicar la identificación. Pero ese problema, ahora, está resuelto.

En los últimos años, la DGT se ha renovado y ha adquirido radares de última tecnología capaces de 'cazar' cualquier infracción. De hecho, ya están activos en nuestras carreteras los temidos veloláser: miden 50 centímetros y se trata de un aparato muy versátil, pudiendo colocarse sobre un trípode o en el lateral de un coche de la Guardia Civil; y, además, puede ser trasladado rápidamente, lo que da lugar a que el mismo aparato esté en varios lugares de la misma carretera en un mismo día.

Pero la mayor ventaja que ofrece tiene que ver con las nuevas tecnologías que utiliza. Eso le permite no solo ser capaz de medir velocidades superiores a los 250 km/h, sino que es capaz de diferenciar entre carriles y sentidos en una misma carretera... y cuenta con tecnología 4G para sancionar. O, lo que es lo mismo, puede ser colocado sin necesidad de tener una patrulla cerca, lo que provoca que para el conductor sea casi una misión imposible descubrir dónde está el radar.

placeholder Así es el Veloláser, el radar indetectable. (CC/Portal GDA)
Así es el Veloláser, el radar indetectable. (CC/Portal GDA)

El 'superradar', el gran hermano de la carretera

Pero la mayor novedad que está al caer en nuestras carreteras es el 'superradar'. Se trata del TruCAM II, capaz de realizar fotografías en alta definición a una distancia de 150 metros, 'cazar' velocidades de hasta 320 km/h... y tomar imágenes de vehículos que superan los límites de velocidad a hasta 1.200 metros de distancia en los dos sentidos. O, dicho de otra manera, puede fotografiar a un coche que circule por encima de los 300 km/h y que esté a más de un kilómetro. Casi nada

Su margen de error es muy bajo, de 2 km/h, y puede registrar las infracciones que percibe mediante fotografías que captura cada 0,3 segundos. Para más perfección, no sólo detecta la velocidad multando a un kilómetro de distancia, también es capaz de detectar otros tipos de infracciones. Puede documentar la conducción agresiva, las distracciones al volante como el uso del teléfono, la ausencia del cinturón de seguridad o la circulación por carriles prohibidos.

A este tipo de tecnología hay que sumarle los 15 Pegasus con los que cuenta la DGT. Los helicópteros que monitorizan nuestras carreteras son capaces de calcular la velocidad a la que circula un vehículo pero, además, van mucho más allá. Pueden sancionar a aquellos conductores que no respeten la distancia de seguridad, que usen el teléfono móvil al volante, que no lleven el cinturón de seguridad puesto e, incluso, aquellos pasajeros que llevan los pies en el salpicadero.

Además, hay que tener en cuenta que la DGT cuenta con 216 cámaras de control exclusivo del uso del cinturón y del móvil, 11 drones (aunque solo 3 de ellos tienen capacidad de denuncia) y 15 furgonetas camufladas, con los que controlan todo tipo de infracciones en nuestras carreteras. Muy lejos quedan ya aquellos tiempos en los que las malas condiciones climatológicas impedían 'cazar' a un infractor: los radares inteligentes ya han llegado a nuestras vías para quedarse.

Vamos circulando con nuestro vehículo por la carretera y, de repente, vemos una caja 'sospechosa' en el arcen. Cuando echamos un vistazo a nuestro panel de mandos para ver a qué velocidad estamos circulando, nos damos cuenta de que estamos superando el límite permitido, por lo que frenamos rápidamente para evitar una posible multa. Cuando pasamos la caja, observamos que en realidad sí que era un radar... pero la velocidad no es lo único que debería de preocuparnos.

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