Un plan de ayudas muy necesario pero también algo justo

La automoción respalda el plan de apoyo al sector, al reconocer la importancia de este entramado industrial y comercial dentro de la economía española y la necesidad de relanzarlo de manera rápida. Tanto las asociaciones de fabricantes de vehículos y componentes, Anfac y Sernauto, como las de distribución y comercialización de automóviles, Faconauto y Ganvam, han valorado positivamente el plan de impulso a la cadena de valor de la industria de automoción, hacia una movilidad sostenible y conectada presentado este lunes por el presidente del Gobierno.

Es importante, sin duda, el reconocimiento que supone a la importancia del sector como tractor de la economía. Según las asociaciones, este paquete de medidas es muy necesario para reactivar el sector automovilístico, uno de los más afectados por la crisis del coronavirus. Además, es un plan con un gran potencial de futuro al apoyar de manera directa las inversiones en nuevas tecnologías que los fabricantes de coches y componentes hagan de cara a la nueva movilidad, a la conectividad o a las nuevas tecnologías menos contaminantes.

Por todo ello, este plan es importante, sin duda, pero de cara al usuario final es bastante limitado y demasiado compartimentado como para dar la necesaria confianza a los ciudadanos que deben cambiar de coche. Una ayuda de solo 400 euros como punto de partida en un coche con etiqueta C de la DGT y una eficiencia energética B, parece una cantidad demasiado justa para hacer un buen efecto llamada a los concesionarios.

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J. R. S. Agencias

Es menos incluso que el plan puesto en marcha por Zapatero en el año 2009. Entonces era el Plan 2000E, pero el Estado solo aportaba 500 euros, una cifra que ahora incluso se reduce en los vehículos con etiqueta B de eficiencia energética. También se reduce la aportación por parte del fabricante, ya que antes era de 1000 euros por coche vendido acogido al plan y en este nuevo plan la aportación obligatoria del fabricante es la misma que la que proporcione el Estado en los vehículos con motor térmico.

Esa cantidad mínima de ayuda, de 400 euros si es un vehículo con eficiencia energética B, o de 800 euros con la calificación de A, es muy escasa porque a cambio hay que achatarrar un coche con más de 10 años. La realidad es que hay muchos coches con más de 10 años que valen mucho más que esos escasos 400 euros. Por ello, no se conseguirá uno de los objetivos prioritarios del plan, reducir la elevada edad media del parque de vehículos que ya ronda los 13 años.

Es importante que en este plan se incluyan también los coches diesel y de gasolina de última generación que emitan menos de 120 g/km, porque de momento la inmensa mayoría de los coches fabricados en España son de este tipo. Y el objetivo prioritario del plan es proteger al sector de automoción en su conjunto, incluyendo las fábricas.

Pero al mismo tiempo se apuesta con una ayuda pública de 4.000 euros a los vehículos eléctricos, siempre que no tengan un precio superior a los 35.000 euros, antes de impuestos. En este caso, la ayuda obligatoria del fabricante será de 1.000 euros adicionales a los 4.000 del Gobierno. Además, puede haber otros 500 euros adicionales de ayuda si se trata de una persona con discapacidad y si se achatarra un vehículo la ayuda aumenta.

Sin motos

Hay otros dos aspectos que llaman la atención dentro de este ambicioso plan para el sector de automoción: la ausencia de las motos y que no se contemplen los coches de segunda mano dentro de estas ayudas. Las motocicletas pueden ser una buena alternativa a la movilidad en las ciudades porque reducen los atascos, permiten mayor fluidez del tráfico y por ello reducen las emisiones. Pero no se hace ninguna mención a este sector tan importante.

El otro aspecto que sorprende es que solo se contemplen en el plan de ayudas los coches de ocasión matriculados a partir del 1 de enero de 2020, los que se integran dentro del concepto del vehículo "cero kilómetros". Son los coches automatriculados por los concesionarios y que posteriormente se venden a clientes finales. Con esta limitación quedan fuera de las ayudas los vehículos procedentes de operaciones de renting, una práctica cada día más utilizada en estos momentos. Estos coches, con tres o cuatro años de uso, están perfectamente revisados y son una muy buena alternativa para un cliente final.

Y un último aspecto destacable, el plan de ayudas anunciado por el Gobierno es de 3.750 millones de euros y puede parecer que ese dinero es el montante total de las ayudas. La realidad es que más de dos mil millones de euros de dichas ayudas en realidad son créditos blandos del ICO y solo algo más de 1.000 millones son realmente ayudas. En esta cantidad se incluyen los 100 millones de euros del superávit de los ayuntamientos que se utilizarán para renovar su parque de vehículos.

En realidad, el programa de ayudas para la compra de vehículos nuevos por parte de particulares, autónomos y pymes está dotado con 250 millones, otros 300 millones de euros para renovar el parque de vehículos públicos, despliegue de infraestructura de recarga o la electrificación del transporte. Y 500 millones en una línea de créditos para la compra de vehículos industriales y comerciales. A estas cantidades hay que sumar el Plan Moves, específico para coches eléctricos e híbridos enchufables, cuya cuantía ha aumentado hasta los 100 millones de euros desde los 65 previstos inicialmente.

En cualquier caso es un plan positivo por el respaldo que supone al sector de automoción, pero con limitaciones, con letra pequeñaLa clave para que estos planes funcionen, como ocurre en otros países de nuestro entorno, es la facilidad de utilización y la claridad del mensaje. Aquí, desde hoy se pueden pedir estas ayudas, pero el importe depende de que sea un coche con eficiencia energética A o B en el caso de los coches con etiqueta "C" de la DGT. También depende de que sea un vehículo C, o Eco o "0 emisiones" en la clasificación de la DGT.