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De Le Mans 1991 a los nuevos modelos: por qué Mazda confía en el motor rotativo
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De Le Mans 1991 a los nuevos modelos: por qué Mazda confía en el motor rotativo

El fabricante de Hiroshima fue el primero en incluir este tipo de motor de producción en serie con el Cosmo Sport. Más de 50 años después será lo que siga marcando la diferencia

Foto: Mazda 787B, ganador de las 24 Horas de Le Mans en 1991, fue el primer coche con motor rotativo en ganar esta competición.
Mazda 787B, ganador de las 24 Horas de Le Mans en 1991, fue el primer coche con motor rotativo en ganar esta competición.

La búsqueda constante de la innovación es posiblemente la guía de todo fabricante de automóviles para conseguir despuntar entre los consumidores y, de paso, diferenciarse de la competencia. Desde sus inicios cada marca ha trabajado por crear un producto que no solo sea, de algún modo, pionero, sino que también se cuele en el imaginario colectivo de la sociedad y perdure en el tiempo generación tras generación.

Un ejemplo de ello es el motor rotativo y Mazda. La empresa nipona, que este año celebra su primer centenario, consiguió que esta tecnología creada en Alemania en los años 20 por el joven ingeniero Félix Wankel se convirtiera en una de sus señas de identidad. Este motor es más pequeño, ligero y en vez de funcionar con pistones, lo hace con un rotor único de forma triangular; de modo que la combustión permite girar un disco plano en lugar de empujar las válvulas hacia arriba y hacia abajo.

placeholder Motor rotativo. (Mazda)
Motor rotativo. (Mazda)

El idilio entre Mazda y este motor revolucionario se remonta a 1961. En un viaje a Europa, el entonces presidente Tsuneji Matsuda se interesó por este propulsor más compacto y con gran potencial.

Era la marca alemana NSU, más tarde integrada en Audi, quien tenía la patente de dicho motor, al haber ayudado a Wankel con su desarrollo y comercialización. Confiando en su potencial, Matsuda firmó a principios de los 60 un acuerdo de licencia para producir el motor que llevaría a Mazda a posicionarse como uno de los fabricantes más disruptivos del sector.

placeholder Mazda Cosmo Sport lanzado en 1967.
Mazda Cosmo Sport lanzado en 1967.

Un equipo de 47 ingenieros, con Kenichi Yamamoto a la cabeza, fueron los encargados de perfeccionar el propulsor para su producción en serie. Como si de una legendaria banda de samuráis se tratase, estos ‘guerreros de Hiroshima’ consiguieron solventar los problemas del modelo original de Wankel —entre los que destacaban las ’Devil’s nail marks’ o marcas por vibraciones en el interior del propulsor— y lograr que las prestaciones del motor rotativo fueran equivalentes a las del de pistones. Así, el 30 de mayo de 1967 debutaba el Mazda Cosmo Sport, un biplaza elegante y primer coche de producción en serie del mundo propulsado por un motor rotativo.

Desde las 1.176 unidades del primer Cosmo Sport hasta los años ochenta, Mazda había fabricado más de dos millones de vehículos deportivos con este motor, incluida una versión con turbo y el emblemático RX-7, con más de 200 caballos de potencia. También destaca el RX-8, inspirado en su predecesor y lanzado al mercado con el cambio de milenio. Los ingenieros de Mazda llegaron incluso a crear una versión de hidrógeno, en la que el motor rotativo fue convenientemente modificado para que su carburante fuese este elemento químico.

placeholder Primera generación del Mazda RX-7.
Primera generación del Mazda RX-7.

Asimismo, las versiones deportivas con motor rotativo cosecharon grandes éxitos en el mundo de la competición, sobre todo, en larga distancia. Por ejemplo, el RX-7 dominó las carreras dentro de su categoría de la IMSA (International Motor Sport Association), con más de 100 victorias en la década de los 80. Sin embargo, el culmen en el camino de la competición fue, sin lugar a dudas, la victoria en 1991 de las 24 Horas de Le Mans con el Mazda 787B. El fabricante no solo conseguía ser la primera marca nipona en subirse a lo más alto del pódium, sino que fue el primer vehículo con motor rotativo en conseguirlo. Todo un hito que Mazda define como "una representación de la excelencia técnica" y que caracteriza la idiosincrasia del fabricante de Hiroshima.

El futuro del motor rotativo

Así, el motor rotativo es una tecnología del pasado que está presente hoy en día y también en el futuro de la casa japonesa, puesto que no solo ha sido la primera marca en fabricar este motor en modelos de producción en serie, sino que ha seguido apostando por él en sus deportivos. Además, ha anunciado que sus nuevos eléctricos MX-30 contarán con una versión de autonomía extendida, donde el propulsor eléctrico irá asociado al motor rotativo, recargando la batería cuando sea necesario.

Sus reducidas dimensiones y elevada potencia convierten a este motor en una solución para la electrificación. "Aprovechando la compatibilidad del motor rotativo con los combustibles gaseosos, el sistema para ampliar la autonomía está diseñado también para la combustión de gas natural licuado y proporcionar una fuente de electricidad en casos de emergencia", explican desde la compañía.

La búsqueda constante de la innovación es posiblemente la guía de todo fabricante de automóviles para conseguir despuntar entre los consumidores y, de paso, diferenciarse de la competencia. Desde sus inicios cada marca ha trabajado por crear un producto que no solo sea, de algún modo, pionero, sino que también se cuele en el imaginario colectivo de la sociedad y perdure en el tiempo generación tras generación.

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