Honda CB500X: la moto fácil y asequible que es perfecta para el día a día

Cuando la crisis se apoderó del mercado de la moto, Honda pensó que era el momento de replantear su catálogo apostando por modelos más básicos, quizás poco ensoñadores, un tipo de motos pensado para el día a día porque el momento de la economía imponía el sentido práctico por encima de cualquier otro criterio. Uno de aquellos modelos sencillos fue la Honda CB500X. Superada esa etapa, Honda ha vuelto a desarrollar modelos tecnológicamente más avanzados, pero la CB500X vino para quedarse.

Actualmente se ha convertido en un apreciado modelo, el eslabón perfecto para aquellos que después de pasar por el permiso A1 quieren dar un paso adelante. A la CB500X la podemos englobar dentro del grupo de motos de iniciación, ideal como primera moto para un nuevo usuario del permiso A2.

Hay muchos fabricantes que optan por adaptar modelos de mayor cilindrada a las limitaciones del A2, pero ésta no es la política de Honda, que cuenta con un amplísimo catálogo de modelos que se ajusta a las necesidades específicas de cada usuario. En este caso, si lo que se busca es una moto sencilla y eficaz, una moto para el día a día pero que también permita un uso turístico y de ocio, con la que, por qué no, intentar incluso una escapada fuera del asfalto. Si, en definitiva, lo que se busca es una moto para todo, ésa es la Honda CB500X.

Difícil de encuadrar

No podemos decir que la CB500X sea una trail, pero tampoco es una moto turística. Alguna vez hemos recurrido a la definición de moto total en otra prueba, y ahora debemos hacer lo mismo, porque es el concepto que mejor encaja con este modelo.

La Honda CB500X es una moto sencilla, sin la carga tecnológica que hoy día atesoran muchos modelos. Cumple con su sistema ABS de frenada, y no tiene mucho más que explorar en cuestiones técnicas. Su compacto bicilíndrico de 471 cc alcanza una potencia de 48 CV, que es más que suficiente para moverse con soltura, y ofrece una curva de potencia bastante plana pero constante. El carácter del motor es agradable, sin vibraciones: el eje de equilibrado cumple con su cometido.

Responde con soltura por debajo de 3.000 rpm y estira de forma constante hasta las 8.500 rpm, que en sexta velocidad supone ya rodar a más de 180 km/h. Arriba, en la parte alta del régimen de giro, sigue apareciendo potencia. El pequeño bicilíndrico de Honda es incansable, con un desarrollo muy bien ajustado. Recuerdo que hace unos años, en una presentación de otro modelo Honda, el fabricante japonés nos desveló un estudio sobre cómo usaban el motor los usuarios, revelando que apenas pasaban de las 6.000 rpm. A ese régimen de giro, la CB500X ya ha superado con creces los 130 km/h, y el propulsor rueda con suavidad y sin estridencias, con una efectividad abrumadora.

Otro detalle interesante del motor es su elasticidad. Es prácticamente monomarcha, cualquier velocidad se puede apurar bastante en una amplia banda de uso, pero cuando se rueda deprisa hay que usar el cambio y aprovechar el acertado ajuste del desarrollo. No se queda ni corta ni larga, pero llevando el motor hasta el régimen máximo, en sexta velocidad llega a cortar.

Económicamente sostenible

La ligereza de la moto, por debajo de la barrera psicológica de los 200 kilos de peso –en orden de marcha, 196 kilos– y su dulce respuesta permiten disfrutar de una conducción fácil. Es una moto ágil, cuyas contenidas dimensiones facilitan la tarea de moverse entre el tráfico urbano. Como dije antes, la buena respuesta de su motor y su efectiva potencia ayuda en todo momento, y permite desplazamientos por autopista a un generoso crucero, lo que le da una proyección turística indudable. Además, la protección de su pantalla, ajustable en altura de forma manual, ofrece comodidad en todos los desplazamientos, y si se viaja acompañado, el asiento ofrece dos buenas plazas para piloto y acompañante.

La posición de conducción es cómoda. No corresponde con la habitual en una trail, con el manillar algo elevado y los pies adelantados, pero tampoco alcanza la posición de una moto de carretera, de manillar bajo y estriberas retrasadas. La sensación al conducir es buena en general. Las suspensiones son convencionales: una sencilla horquilla sin reglajes, y un amortiguador trasero ajustable en precarga. Pero cumplen sobradamente. Al igual que los frenos, encomendados a un único disco delantero lobulado de 320 mm con una pinza de dos pistones.

Su generoso depósito, de 17,5 litros, permite disfrutar de gran autonomía. Honda anuncia un consumo medio de 3,5 litros/100 km, lo que permitiría superar los 450 kilómetros sin repostar. En uso combinado durante nuestra prueba (ciudad-carretera-autopista) el consumo estuvo en torno a los 4,5 litros/100 km, lo que permite disfrutar de una autonomía de unos 380 kilómetros. Eso, en el día a día, supone muchas jornadas sin parar en la gasolinera, y durante un fin de semana de ocio, o en las vacaciones, implica largos y cómodos cruceros sin tener que pensar en dónde estará la siguiente gasolinera.

Además, otra de las ventajas de esta moto es su precio. Su PVP es de 6.400 euros. Será difícil encontrar una moto que ofrezca tanto por tan poco.

Ficha técnica

• Motor: dos cilindros línea, cuatro válvulas, refrigeración líquida.
• Potencia máxima: 48 CV a 8.500 rpm.
• Par máximo: 43 Nm a 7.000 rpm.
• Cilindrada: 471 cc.
• Dimensiones: 2.095 x 830 x 1.360 mm.
• Distancia entre ejes: 1.420 mm.
• Neumáticos: 120/70-17 delante y 160/60-17 detrás.
• Depósito de combustible: 17,5 litros.
• Peso en orden de marcha: 196 kg.
• Precio: Desde 6.400 euros.