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Cómo Volvo ha multiplicado por 16 su valor en 8 años desde que lo compró Li Shufu
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ESTIMAN VENDER 800.000 UNIDADES ANUALES

Cómo Volvo ha multiplicado por 16 su valor en 8 años desde que lo compró Li Shufu

El empresario chino Li Shufu compró Volvo Cars en 2010 por 1.800 millones de dólares y su valor supera los 30.000 millones de dólares según los analistas

Foto: En la nueva planta de Charlestone, inaugurada ayer, se produce en exclusiva el nuevo Volvo S60 para todo el mundo.
En la nueva planta de Charlestone, inaugurada ayer, se produce en exclusiva el nuevo Volvo S60 para todo el mundo.

La compañía sueca Volvo Cars es un ejemplo de buena gestión empresarial. Tras unos años complicados como marca independiente fabricante de automóviles, pasó 12 años, desde 1999, integrada en la multinacional norteamericana Ford. En 2010, fue adquirida por el empresario chino Li Shufu, también propietario de Geely, y desde entonces su crecimiento es imparable.

Volvo lleva 80 años fabricando coches y se ha creado una sólida imagen de marca basada en la seguridad de sus vehículos. Y también en la producción de unos modelos con un estilo diferente al resto de vehículos del segmento Premium en el que se integra. Y también cuenta con una larga tradición en el desarrollo y producción de vehículos familiares, en los que tiene una gran tradición, con modelos legendarios como el 240 o el V70, entre otros.

Sin embargo, a finales de los años 90 su situación económica, entonces todavía como una marca independiente de automóviles, empezó a ser muy delicada. La falta de una economía de escala que le permitiera competir con rivales mucho más grandes puso a Volvo en una situación límite. Fue entonces cuando la multinacional Ford adquirió la marca sueca por un precio de 1.500 millones de dólaress en el año 1999. Lo hizo para integrar Volvo en el Premier Automotive Group, un grupo de marcas premium con la propia Volvo, Jaguar, Land Rover y Aston Martin.

Con el paso de los años Volvo perdió parte de su marcada personalidad con los nuevos modelos y por ello sus cuentas empezaron a fallar. Fue el momento en el que el empresario chino Li Shufu, ya propietario de la marca china de automóviles Geely, decidió adquirir la empresa Volvo Cars por un importe de 1.800 millones de dólares.

Desde el año 2010 se empezó a trabajar en el desarrollo de un nuevo proyecto empresarial para la marca Volvo capitaneado por Hakan Samuelson, actual presidente de la compañía sueca. Poner en marcha la nueva Volvo, la Volvo del siglo XXI, pasaba por el desarrollo de una gama completa de nuevos modelos con puntos clave de referencia como son la seguridad de los vehículos, una amplia oferta de modelos todocamino y también por la importancia que Volvo siempre ha dado a los coches familiares.

Proyecto empresarial

También había detrás un fuerte proyecto empresarial con la puesta en marcha de nuevas fábricas que permitieran alcanzar un volumen de 800.000 unidades anuales, muy lejos de las 300.000 que se vendían en el año 2010. Este nuevo proyecto, esta nueva Volvo, requería la inversión de 11.000 millones de dólares para el desarrollo de dos nuevas plataformas, la SPA para los modelos grandes y la CMA para los compactos. Y también para el desarrollo de tres modelos nuevos, las gamas 90,60 y 40, y cada uno de ellos a su vez con tres variantes de carrocería, el todocamino XC, el familiar V y la berlina S. Fue en el año 2015 cuando se presentó el primer modelo de la nueva Volvo, el XC90.

placeholder Hakan Samuelson
Hakan Samuelson

Para la puesta en marcha de este proyecto y relanzar la marca Volvo Cars hacían falta 11.000 millones de dólares. Pero Li Shufu, en lugar de invertir su propio dinero o tirar de la marca Geely, lo que hizo fue buscar financiación externa, con los grandes bancos internacionales. El resultado fue espectacular en solo unos días estaban cubiertos los préstamos por los 11.000 millones necesarios porque los bancos comprendieron la viabilidad de este ambicioso proyecto.

Así, tras el desarrollo de la plataforma SPA, en 2015 se presentó el primer modelo de la nueva Volvo, el XC 90. Era un todocamino grande que ofrecía la máxima seguridad, la tecnología más avanzada y un estilo nórdico completamente diferente a lo que había en el mercado. Y eso le permitió un gran éxito comercial. Después llegaron el familiar V 90 y la berlina S 90. En 2017 se presentaba al mercado el segundo modelo de Volvo, el XC 60, un vehículo con una estética similar a la del XC 90 y compartiendo su misma plataforma, pero 25 cm más corto y mucho más racional. Este modelo también tiene una variante familiar el V 60 y otro de tipo berlina, el S 60, que ahora comienza su producción en la nueva planta norteamericana de Charlestone.

El último modelo de esta nueva gama Volvo es el XC 40, el todocamino compacto, que viene a competir en un segmento muy buscado en el mercado como es el de los todocamino premium, con un estilo diferenciado y un completo equipamiento. A este vehículo le seguirán un poco más adelante variantes familiar y berlina que aún no ha sido desveladas.

Esta es la base del éxito comercial que está alcanzando la nueva Volvo, con tres modelos a la venta , los XC 90, XC 60 y XC 40 y sus variantes familiar y berlina. Otro aspecto clave, es la electrificación de la gama de la marca sueca, que ya cuenta con versiones híbridas enchufables tanto para el XC 90 como para el XC 60 y que ofrecen hasta 50 km de autonomía en modo eléctrico. Por ello, también ofrecen la etiqueta “cero” de la DGT que les proporciona muchas ventajas en su utilización en ciudad.

En el año 2010 Volvo llegó a vender 373.000 unidades, lo que desencadenó la venta de la marca por parte de Ford al empresario chino. Desde entonces las cosas empezaron a cambiar drásticamente. Si en 2013 se vendieron 427.000 unidades, solo dos años más tarde, en 2015, se superaron las 500.000 unidades. Todo demostraba que Volvo estaba en el buen camino, con el objetivo de los 800.000 coches vendidos cada año en los próximos años.

placeholder Nuevo Volvo S60 fabricado en Estados Unidos
Nuevo Volvo S60 fabricado en Estados Unidos

En 2017 las ventas han alcanzado las 571.000 unidades. Y en los primeros cinco meses de este año las ventas ya acumulan un crecimiento del 13,6%. Eso teniendo en cuenta que la gama de modelos más importante por su volumen de ventas, la de los modelos compactos de la familia 40, todavía está en fase de lanzamiento con su carrocería todocamino y las versiones compacta y familiar aún no se han podido ver públicamente.

Algunas cifras clave de Volvo son las siguientes. En 1999 Ford compró Volvo por 1,500 millones dólares y 11 años después la vendió por 1.800 millones de dólares. Una inversión realizada por Li Shufu. Ahora, el empresario chino quiere sacar a Bolsa la nueva Volvo y busca conseguir un valor de 30.000 millones de dólares que los analistas ven como asumible. La mayor parte de estos ingresos se destinarían al desarrollo de una segunda fase de renovación de la marca que implica la electrificación de su gama, pero también para recuperar la inversión realizada en 2010.

Cuatro nuevas fábricas

Esta revolución en Volvo también ha tenido un componente industrial muy importante. Hasta 2010, la marca sueca solo tenía dos fábricas operativas, una en territorio sueco y la otra en la localidad belga de Gante. Ahora, además de estas dos fábricas que se mantienen operativas y al máximo de su capacidad, cuenta con otras tres plantas en China en la que se fabrican no solo los modelos para el mercado local de aquella región, sino también para otros mercados internacionales. Tal es el caso del S 90 que se fabrica en China y se trae en el famoso tren de la seda hasta Europa.

En estos días, Volvo pone en marcha una nueva factoría en Charlestone, en Estados Unidos, en la que se va a fabricar en exclusiva para todo el mundo el modelo S 60 cuyas primeras ventas comenzarán este otoño. Volvo también en este sentido ha hecho un gran despliegue que cuenta además con un claro acento español : el responsable máximo de producción de Volvo y mano derecha de Hakan Samuelson en temas industriales es el español Javier Varela. Se encarga de la producción mundial de Volvo y es el artífice principal de que se pueda conseguir ese objetivo de 800.000 coches cada año en un futuro cada vez más próximo.

También hay que hablar de los temas financieros. Los ingresos netos se han duplicado desde el año 2010 y en los últimos cinco años han crecido un 72%. Y si hablamos de beneficios operativos, en los últimos cinco años han pasado de 1.900 millones de coronas suecas en 2013 a superar los 14.000 millones de coronas en 2017.

Por lo que se refiere al mercado Español, en 2015 se superó la barrera de las 10.000 unidades vendidas, en concreto 10.640 vehículos, lo que supuso un crecimiento del 30% respecto a los datos de 2014. En 2016 se llegó a 13.400 unidades, con un 26% de crecimiento, mientras que el 2017 se mantuvo con una cifra similar a la del año anterior consecuencia de la falta de unidades de los modelos más buscados. Para 2018, y nuevamente pese a la falta de unidades de sus modelos más buscados, entre otros el XC 40, la previsión es alcanzar las 16.000 unidades. Esto supondría un crecimiento de casi el 20% respecto al 2017.

La compañía sueca Volvo Cars es un ejemplo de buena gestión empresarial. Tras unos años complicados como marca independiente fabricante de automóviles, pasó 12 años, desde 1999, integrada en la multinacional norteamericana Ford. En 2010, fue adquirida por el empresario chino Li Shufu, también propietario de Geely, y desde entonces su crecimiento es imparable.

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