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Todo lo que deberías saber hacer al volante (pero no te enseñaron en la autoescuela)
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Todo lo que deberías saber hacer al volante (pero no te enseñaron en la autoescuela)

Una frenada brusca, evitar el subviraje, el sobreviraje o la forma de tomar una curva. Te contamos cómo actuar en determinadas situaciones

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¿Serías capaz de mantener el control del vehículo ante una frenada muy brusca o si este comenzara a sobrevirar, obligándote a contravolantear para mantenerlo estable dentro de su carril?

Por su carácter excepcional, estas maniobras no se acostumbran a ensayar en la autoescuela y tienen que ser los conductores los que, de motu proprio, opten por formarse en cursos específicos. Lo ideal es que no ocurra pero nunca está de más conocer la teoría para afrontar algunas situaciones. Por eso Mazda, cuya filosofía es que coche y conductor estén en armonía, se ha aliado con la escuela TAC de Albacete para ofrecer cursos que ayuden a controlar y conocer el coche en mayor profundidad.

Subviraje y sobreviraje, ¿cómo los corrijo?

Aunque los controles de tracción se han encargado de aminorar el subviraje o sobreviraje, es conveniente saber qué sucede cuando se pierde el control de un coche. En vehículos de tracción trasera, lo más habitual es el sobreviraje. Se puede dar tanto al frenar -ya que el peso va hacia adelante y las ruedas traseras pierden adherencia- como al acelerar dentro de una curva. El coche gira más de lo que indican las ruedas delanteras y la parte trasera describe una curva mayor de lo que debería.

¿Cómo se puede corregir? Reduciendo o eliminando toda presión sobre el acelerador y haciendo un contravolante, es decir, girar el volante en la misma dirección en que se está moviendo la parte trasera del vehículo. El contravolante es una maniobra complicada. Para salir de ella con éxito debe hacerse con la intensidad y velocidad precisa y en el momento adecuado, devolviendo el volante a su posición original para evitar que el coche dé un bandazo en la dirección contraria.

Si la tracción es delantera, se producirá un subviraje, es decir, el coche hará un recto y se saldrá de la curva. Para corregirlo, es necesario reducir la velocidad de manera progresiva, pero no del todo para evitar perder el control del vehículo. Es aconsejable no hacer contravolante a no ser que sea estrictamente necesario.

Cómo tomar una curva enlazada

Si solo tenemos dos curvas frente a nosotros, lo ideal es adaptar la velocidad y la trayectoria en la primera para poder tomar bien la segunda. ¿Cómo se hace este último paso? Es importante tener en cuenta el punto de giro, a la entrada de la curva, donde se hace un solo giro de volante. Aquí es donde se frena y se reduce la marcha.

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El punto de contacto se encuentra en la parte interior de la curva y transitaremos por él sin pisar ningún pedal, en un primer momento, para luego aumentar la velocidad de manera ligera. Al inicio del punto de contacto es donde el vehículo puede girar con mayor facilidad. Por último, el punto de salida es aquel donde ya comenzamos a acelerar tras haber superado la curva. Si se ejecutan los dos primeros puntos de manera errónea, el vehículo se verá desplazado al exterior de la curva.

Toda esta información se puede aplicar también a una curva doble teniendo en cuenta que el punto de salida de la primera y el de giro de la segunda suelen estar pegados o a muy corta distancia.

Frenadas de emergencia

Es una de las maniobras más socorridas. Es esencial conocer si nuestro vehículo tiene incorporado ABS, el sistema que evita que las ruedas se bloqueen. En caso de contar con él, debes pisar a fondo el freno. Si el vehículo tiene cambio de marchas manual, también tienes que pisar el embrague para evitar que se cale y perder la dirección asistida. Al pisar a fondo el freno, es posible que notes como el pedal vibra de manera violenta. Esa es la señal de que el ABS está haciendo su trabajo.

Si el coche no tiene ABS, el procedimiento es el mismo aunque en el momento en que se bloqueen las ruedas es necesario aligerar la presión sobre el pedal del freno para que las ruedas vuelvan a girar. Solo en ese momento se puede volver a aplicar presión. El bloqueo de ruedas es una de las situaciones más peligrosas porque aumenta la distancia de frenada y se pierde adherencia en la carretera.

Tecnología para disfrutar de la conducción

Afortunadamente, las nuevas tecnologías incorporadas a los nuevos vehículos mejoran nuestra seguridad en situaciones extremas. El ABS fue una de las más populares en su momento pero no es la única. Hoy los nuevos modelos cuentan con asistencia de frenada que detienen el vehículo en caso de emergencia. En el caso del fabricante japonés Mazda, esta tecnología se sustenta con el uso de cámaras incorporadas dentro del coche que monitorizan el entorno, incluso a los peatones.

Además, dentro del paquete i-ACTIVSENSE, Mazda también incluye el detector de fatiga y el sistema de aviso y prevención. La primera alerta al dueño del vehículo de la importancia de hacer un descanso mientras que el segundo lanza un aviso si se está desviando de su carril de manera involuntaria.

Otra tecnología importante es el control de crucero adaptativo por radar, incorporado también en los modelos del fabricante nipón y que mantiene la distancia de seguridad con el vehículo que está delante ajustando de manera automática la velocidad. Todo esto, sumado al sistema G-Vectoring que facilita que haya menos correcciones sobre la dirección durante los giros, mejora el confort y la seguridad de los conductores.

¿Serías capaz de mantener el control del vehículo ante una frenada muy brusca o si este comenzara a sobrevirar, obligándote a contravolantear para mantenerlo estable dentro de su carril?

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