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50 años del motor rotativo: la innovación que cambió la industria del automóvil
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SON MÁS LIGEROS Y GIRAN A MÁS REVOLUCIONES

50 años del motor rotativo: la innovación que cambió la industria del automóvil

Mazda es el único fabricante de automóviles que ha mantenido esta tecnología inventada por Felix Wankel desde su primer modelo, el Cosmo del año 1967, hasta el último RX-8

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A lo largo de los más de 125 años de historia de la automoción, han surgido muchas tecnologías innovadoras que buscaban convertirse en una alternativa a los motores de gasolina y diésel de cilindros. Los primeros motores eléctricos surgieron a principios del siglo pasado, pero otras alternativas como el motor de agua nunca llegaron a funcionar. El que sí funcionó durante muchos años, y podría seguir haciéndolo, es el motor rotativo.

Mazda es el único fabricante de automóviles que ha apostado durante años por una motorización alternativa a los clásicos de cilindros en línea con su motor rotativo. Un tipo de mecánica diseñada originalmente en 1924 por Felix Wankel, un motor muy silencioso y ligero, de funcionamiento muy suave, con el que la marca japonesa logró ganar en las míticas 24 Horas de Le Mans.

El primer boceto del motor rotativo para el automóvil lo realizó este ingeniero alemán en 1924, pero le llevó muchos años su desarrollo final. Wankel contó con el apoyo de la marca NSU para terminar el desarrollo y posteriormente cedió sus conocimientos a otras compañías. Diversas marcas de automóviles se interesaron en un principio, pero no le vieron viabilidad. Pero los ingenieros de Mazda ya habían puesto todo su interés en este nuevo tipo de motor tan revolucionario.

¿Cómo funciona el motor rotativo?

La marca de Hiroshima ha sido la que durante 50 años ha continuado desarrollando este tipo de motores, de los que ha fabricado diversos modelos que ha utilizado también en competición. El concepto básico del motor rotativo es que la combustión hace girar un disco plano en lugar de empujar los pistones hacia arriba y hacia abajo. Por ello, es un motor interesante para su uso en coches deportivos gracias a sus dimensiones, peso reducido y su elevado régimen de giro.


Mazda marcó un antes y un después en la historia del automóvil con el lanzamiento de su modelo Mazda Cosmo Sport en el año 1967, un elegante biplaza que incorporaba un motor rotativo. Este fue el despegue de una larga tradición innovadora que se mantiene viva en la actualidad: una tradición de coches que ofrecen diversión al volante y éxitos en el mundo de la competición, de la mano de una tecnología única en el mercado.

Solo se produjeron 1.176 unidades de aquel Cosmo Sport, pero fue un hito para Mazda, que dejó de ser conocida como una marca fabricante de vehículos industriales y utilitarios para transformarse en una firma única. Desde entonces, Mazda se ha caracterizado siempre por desafiar los convencionalismos, tanto en términos de ingeniería como de diseño.

La llegada del motor rotativo a la producción en serie con el Mazda Cosmo supuso un verdadero quebradero de cabeza para los ingenieros de la marca de Hiroshima, porque tuvieron que solucionar un sinfín de problemas técnicos que iban surgiendo, y sacó a la luz el espíritu pionero de la compañía.

La llegada del motor rotativo a la producción en serie supuso un quebradero de cabeza para los ingenieros de la marca de Hiroshima

Una vez que Mazda consiguió encauzar el potencial del motor rotativo para conseguir niveles de prestaciones equivalentes a los de motores de pistones mucho más grandes y pesados, se embarcó en la fabricación de casi dos millones de vehículos con este motor rotativo. El Cosmo original de 1967 y sus sucesores se mantuvieron en producción con versiones con motor rotativo hasta finales de los años ochenta, incluyendo una variante con turbo. Pero sin duda los modelos más conocidos equipados con motores rotativos fueron los RX-7 y RX-8, dos deportivos. Estos vehículos aprovecharon todo el potencial de un motor pequeño pero de altas prestaciones.

Una historia unida al coche deportivo

El RX-7 fue un deportivo revolucionario que se lanzó al mercado en el año 1978 y que en 1985 estaba disponible con un motor rotativo de ciclo Wankel atmosférico de 115 caballos y con uno con turbocompresor cuya potencia subía hasta los 165 caballos. Una década más tarde, su potencia estaba en 239 con dos turbocompresores y se posicionaba como un gran deportivo, pero con motor rotativo.

A finales de 2001, se presentaba como un prototipo el sucesor del legendario RX-7 que aportaba a su mecánica de motor rotativo una carrocería también muy innovadora con cuatro puertas. El RX-8 era un vehículo de cuatro plazas y cuatro puertas en que estas tenían una apertura un poco especial: las delanteras abrían hacia adelante, mientras que las traseras, mucho más pequeñas, abrían hacia atrás.

Este deportivo contaba con un motor rotativo de 192 caballos que pronto pasaron a ser 231 caballos, lo que unido a su ligereza y a su buen bastidor le proporcionan un comportamiento muy dinámico y divertido. Mazda llegó a desarrollar una versión de este RX-8 que utilizaba hidrógeno como carburante, pero siempre con el mismo motor rotativo, convenientemente modificado.

Además, cosechó un éxito considerable en el mundo de la competición. Por ejemplo, el RX-7 dominó las carreras dentro de su categoría de la IMSA (International Motor Sport Association) durante los años ochenta. Y con el RX-8 se disputaron varios campeonatos internacionales. Pero sin duda el éxito más importante en competición para un motor rotativo fue el logrado en las 24 Horas de Le Mans de 1991, cuando el Mazda 787B logró la victoria absoluta en esta mítica competición de resistencia.

Ahora continúa habiendo un futuro claro para el motor rotativo. El concepto deportivo del RX-Vision con motor rotativo demuestra la intención de la marca nipona de seguir apostando en un futuro próximo por esta tecnología, aunque aún no hay una confirmación oficial. Habrá que esperar para saber si los 50 años de historia de Mazda con sus motores rotativos se pueden convertir en 60 o 70…

A lo largo de los más de 125 años de historia de la automoción, han surgido muchas tecnologías innovadoras que buscaban convertirse en una alternativa a los motores de gasolina y diésel de cilindros. Los primeros motores eléctricos surgieron a principios del siglo pasado, pero otras alternativas como el motor de agua nunca llegaron a funcionar. El que sí funcionó durante muchos años, y podría seguir haciéndolo, es el motor rotativo.

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