Así se fabrica el Bugatti Chiron, el coche más caro, potente y exclusivo del mundo
Cada año se fabrican de forma totalmente artesanal 70 unidades de un vehículo con un motor de 16 cilindros y 1.500 caballos de potencia en la planta de Molseim
La producción del Bugatti Chiron, el coche fabricado en serie más potente, rápido, exclusivo y también más caro del mundo, está ya a pleno rendimiento. En estos días hay doce unidades en pleno proceso de construcción, unos vehículos que serán entregados a sus clientes en un plazo de unos seis meses desde que comienza el. Las primeras entregas del Chiron serán en marzo.
Lo normal es que las marcas de coches cuando hablan de producción de coches lo hagan de cadenas de montaje, de robots, de cadencia de fabricación, de logística de componentes… pero en la fábrica de Bugatti, en Molsheim, parece que se ha parado el tiempo. Aquí no hay ni un solo robot, solo hay trabajadores muy cualificados, especialistas en cada materia que hacen un trabajo completamente artesanal, eso sí con la ayuda de las herramientas necesarias para poder hacerlo todo perfecto.
Aquí, los plazos de tiempo se miden de otra manera que en el resto de las fábricas de coches. Si desde que entra en la cadena de montaje un coche normal requiere horas o un día, en este caso desde que se pone en marcha la fabricación de un vehículo hasta que se le puede entregar a su cliente pasan de media nada menos que seis meses. Y antes de este tiempo, lo que es la configuración del vehículo y los diferentes encargos de cada componente se han llevado otros tres meses de media. Por ello, de la fábrica de Bugatti solo saldrán este año un total de 70 unidades.
En Molsheim no hay cadena de montaje ni nada parecido. En su lugar hay una sala de montaje, denominada 'Atelier' (taller en francés). en la que se van realizando trabajos sobre los diferentes coches que se están fabricando en ese momento. La producción de un vehículo requiere del trabajo de 20 personas especializadas en las diferentes tecnologías y artesanías utilizadas en el vehículo para ofrecer un trabajo perfecto. Y en cada vehículo se emplean más de 1.800 piezas.
La producción del vehículo comienza con su configuración previa. Esta operación la realiza el cliente con un diseñador de la marca. Y es que cada Chiron es una pieza única puesto que se fabrica en base a los criterios de su propietario, porque la marca francesa basa su estilo en la personalización máxima de sus automóviles.
El punto de partida para la carrocería son 23 colores diferentes a los que se suman otros 8 variantes de tonos para la fibra de carbono. Y en el interior el abanico es aún mucho mayor: 31 colores de cuero y 8 tintes del tejido Alcantara, 30 colores diferentes para las costuras, 18 para la moqueta y 11 para la tonalidad de los cinturones de seguridad. Y por si todo esto fuera poco, los clientes tienen la opción de elegir entre un panel de miles de colores de pintura de manera adicional si no les convence el catálogo normal.
Y para terminar la personalización, los diseñadores buscan la forma de incluir un logo en alguna parte, el anagrama de su empresa o el escudo familiar, se pueden poner en el alerón o bordarlos en los reposacabezas. O también añadir incrustaciones de cuero en la consola central. Todo cabe en el Bugatti Chiron y para ello el programa de personalización 'La Maison Pur Sang' de Bugatti permite solucionar casi cualquier petición de un cliente. La única limitación es que cumpla las exigencias de calidad de Bugatti.
Solo cuando el cliente confirma la configuración total de su vehículo comienza realmente la producción. Y a partir de ese momento es cuando se pone en marcha todo el proceso de preparación del coche, que puede llevar unos tres meses desde el comienzo de la configuración por parte del cliente hasta que empieza a construirse el coche. Una vez que el coche tiene en 'slot de producción' comienza la carrera contra el reloj, que dura aproximadamente seis meses hasta que finalmente el coche se entrega al cliente. Todos los suministradores reciben los pedidos y comienza a gestarse una nueva unidad del Chiron.
Las diferentes piezas son premontadas y ajustadas, y tras ello son desmontadas y numeradas para poder ir al taller de pintura, donde estarán tres semanas para poder aplicar en ellas las diferentes capas de pintura. Se aplican nada menos que seis capas de pintura en las piezas de fibra de carbono mientras que el resto de la carrocería recibe hasta ocho capas, en función del tipo de pintura, normal, metalizada o lacada. En la etapa siguiente comienza el montaje del vehículo propiamente dicho, bajo el control permanente del responsable de la producción y de la logística, Christophe Piochon, miembro de la dirección de Bugatti.
En la fábrica de Molsheim no hay cadena de montaje ni nada parecido a una fábrica de coches actual. Se parece más bien a un taller de Fórmula 1 con diferentes boxes, hasta doce zonas diferentes de producción. Una parte clave del Chiron, su motor de 1.500 caballos y su caja de cambios de doble embrague con siete marchas, se monta en una fábrica en la localidad alemana de Salzgitter. Y es en la primera zona donde se reciben el motor y el cambio y se prueban. En la siguiente zona se montan el chasis y el grupo motopropulsor, que pesa 628 kilos. Hay solo dos puestos para hacer este montaje con dos coches a la vez. Este montaje lleva una semana de trabajo.
Al mismo tiempo se está montando en otra zona el monocasco y la parte delantera incluyendo la instalación de todo el cableado. También se monta el sistema de refrigeración, formado por tres bombas de líquido de refrigeración para asegurar que no se calienten los diferentes elementos del vehículo.
Llega el momento clave en el que se deben ajustar el grupo motopropulsor junto con el monocasco y el frontal. Catorce tornillos de titanio, con un peso de 34 gramos cada uno, aseguran el ensamblado de ambas piezas, que es la clave de la rigidez del conjunto. Y la última fase del montaje es la instalación de las cuatro ruedas. Entonces se rellenan los diferentes depósitos de líquido para permitir el funcionamiento del vehículo y éste comienza a rodar.
Se pone en marcha el propulsor de 16 cilindros con 1.500 caballos. Y llega el momento de pasar por el banco de pruebas para comprobar que todo funciona correctamente. En este banco el coche puede rodar hasta a 200 km/h en “parado” y probar aceleraciones máximas. El coche se mantiene allí durante dos o tres horas, o su equivalente de 60 kilómetros recorridos, para hacer todas las comprobaciones necesarias.
Si el Chiron supera todas las pruebas, pasa a la siguiente fase en la que se instalan las diferentes piezas de fibra de carbono. Entonces comienza el test de estanqueidad en el que cada Chiron 'toma una ducha' de una media hora para comprobar que no entra agua en el interior. A partir de ahí comienzan a trabajar los artesanos que se encargan de que todas las piezas de piel, o de madera o de fibra de carbono ajusten a la perfección en su interior.
El Chiron está ya preparado para las pruebas en carretera, en las que el coche es recubierto de una película de plástico. Estas pruebas duran un día e incluyen pruebas de aceleración en la pista del aeropuerto de Colmar. Se realizan con unos neumáticos diferentes a los que se pondrán finalmente en el coche para evitar que se deterioren. En esta prueba se recorren unos 300 kilómetros.
Si todas las pruebas tienen el visto bueno de sus probadores el coche vuelve al taller, se le quitan todos los plásticos y protecciones, se ponen ruedas nuevas, se cambian todos los líquidos. Una vez finalizado todo el proceso, con el coche ya terminado, el responsable de fabricación se reúne con los responsables de ventas, de control de calidad y de servicio y hacen la validación final de cada vehículo.
Pero lo que rodea a la producción de cada Chiron tiene su propia parafernalia. El cliente viaja varias veces a la fábrica durante todo este proceso, una vez para configurar el coche, otra para firmar el contrato, también para asistir a las pruebas de su coche desde otro vehículo e incluso puede asistir a una jornada en el taller donde se está montando su Chiron.
Bugatti es una marca que tiene su origen en los años veinte y que se dedicó siempre a hacer coches de competición, los mejores y más robustos de la época que lo ganaron todo. Pero también pasó por hacer coches de superlujo, como el famoso Royale del que solo se hicieron seis unidades cada una de ellas con una carrocería única. Tras unos años difíciles, con cierre incluido y puesta en marcha posterior por parte de Romano Artioli en los años noventa, finalmente fue el grupo Volkswagen el que se hizo con la marca para hacer de ella el fabricante más exclusivo del mundo del automóvil.
La producción del Bugatti Chiron, el coche fabricado en serie más potente, rápido, exclusivo y también más caro del mundo, está ya a pleno rendimiento. En estos días hay doce unidades en pleno proceso de construcción, unos vehículos que serán entregados a sus clientes en un plazo de unos seis meses desde que comienza el. Las primeras entregas del Chiron serán en marzo.
- Bugatti asegura su futuro con el Chiron C. Cancela
- Fiesta Bugatti en España Carlos Cancela
- Bugatti estrena el espectacular Chiron en las 24 Horas de Le Mans C. Cancela