Conducir en invierno: más prudencia y menos brusquedades

Ante la llegada de la ola de frio siberiano a toda España conviene tener en cuenta unos cuantos consejos para que la conducción sea lo más segura posible. El tema fundamental es aplicar el sentido común, aumentar la distancia de seguridad y evitar todo tipo de brusquedades al volante. Y si las cosas se ponen mal los próximos días, evite salir a la carretera si no tiene experiencia o si su coche no está bien preparado para ello.

Cuando llega el frío, y este año parece que llega con un poco de retraso, es el momento de recordar algunos consejos que son muy importantes para aumentar la seguridad. No hay novedades en este sentido, las cadenas son las mismas de siempre, el uso de neumáticos de invierno es muy recomendable en zonas frías y, como siempre, hay que circular con el depósito lleno y con batería en el móvil.

Por ello, no les voy a aburrir con los consejos de cada año, pero si hay algo que conviene machacar una vez tras otra cada año: aumentar la distancia de seguridad. Si con el suelo seco y con buena visibilidad vamos a 100 metros del coche que nos precede, si las condiciones climatológicas son adversas lo razonable será duplicar esa distancia. La visibilidad será peor y las condiciones de adherencia de los neumáticos harán que la distancia de frenado, si hay una emergencia, se alarguen considerablemente.

El otro aspecto es la brusquedad del conductor con los mandos del vehículo. Con un suelo muy deslizante, si giramos el volante con suavidad puede que el coche siga nuestras órdenes pero si cerramos mucho el volante perderemos el control del vehículo y se irá hacia donde marque la inercia. Y lo mismo ocurre con los frenos y con el acelerador. Si intentamos salir en una recta con hielo y pisamos muy suave el acelerador puede que consigamos ponernos en marcha, pero si pisamos fuerte, entonces el coche ni se moverá. Y lo mismo ocurre con los frenos, porque el ABS evitará que se bloqueen las ruedas, pero si llegamos muy fuerte a la curva o al punto de frenada, la inercia hará su trabajo y chocaremos de manera inevitable.

Las luces se deberían llevar encendidas siempre pero en esta época del año es realmente imprescindible y una medida de seguridad muy aconsejable. No hay que olvidar que lo importante no es tanto ver a los otros coches, para lo que no hacen falta las luces siendo de día, sino que la clave es que nos vean a nosotros.

Prudencia, serenidad o suavidad son términos clave a la hora de conducir en invierno, sobre todo si no se es un gran experto de la conducción invernal. Hay que ser inteligentes cuando nos sentamos al volante en invierno y en condiciones difíciles. Otra cosa que no se puede hacer nunca, de ninguna manera, es ir detrás de otro conductor y seguirle a su ritmo. Es importante saber que, a lo mejor, el coche de delante lo lleva un experto en este tipo de uso, o que su coche tiene tracción 4x4 o simplemente lleva unos neumáticos de invierno que agarran al coche al suelo como si fuera una lapa.

Si tiene que hacer un viaje en estos días, con media España llena de nieve y hielo en las carreteras, trate de evitar hacer el viaje en coche. Pero si no puede evitarlo, ponga siempre unas cadenas en el maletero del coche y además aprenda cómo se ponen dentro de su garaje o en la puerta de su casa en buenas condiciones. Infórmese del recorrido, busque los itinerarios menos peligrosos, sin puertos de montaña, y avise a otras personas de su plan de viaje.

Lleve también un cargador para la batería de su móvil, el depósito de combustible siempre lo más lleno posible y ropa de mucho abrigo. Eso le permitirá, caso de quedarse parado en la carretera por una salida, o un accidente o rotura, poder avisar a los servicios de emergencia, lo que le puede salvar la vida y dejar el motor en marcha para tener calefacción dentro.