Circular siempre con las luces duplica la visibilidad del vehículo

Circular con las luces del coche encendidas a plena luz del día supone duplicar la distancia a la que nuestro coche será visto por otros vehículos o peatones, lo que supone aumentar notablemente nuestra seguridad y la de los otros usuarios de la vía. Por ello, desde la Dirección General de Tráfico (DGT) se aconseja, desde hace años, llevar siempre las luces de cruce o las diurnas puestas.

En España no es obligatorio encender las luces durante el día salvo cuando hay malas condiciones de visibilidad por lluvia o niebla, pero desde la DGT se han hecho diversas campañas para fomentar el uso permanente de las luces en el coche en el momento que se arranca. Pese a ello todavía son muchos los conductores que incluso en condiciones de mala visibilidad o en túneles siguen circulando sin luces.

Aunque no es obligatorio, el uso del alumbrado de cruce durante el día con buena climatología mejora la visibilidad, y es por ello muy aconsejable llevar siempre puestas las luces de cruce. En otros países europeos, por ejemplo los países nórdicos, es obligatorio llevar siempre las luces puestas por la mala visibilidad habitual en esas regiones.

Sin embargo, lo que está prohibido en España, y los agentes sancionan por ello, es el uso de las luces antiniebla cuando no hay este elemento o cuando la visibilidad es razonablemente buena. La razón es que mientras que unas luces de cruce bien ajustadas no deslumbran a los usuarios de otros vehículos, los antiniebla si molestan, y de ahí su prohibición. Y otro detalle muy importante es que en los carriles reversibles puestos en marcha los fines de semana o en las operaciones especiales de Tráfico todos los vehículos tienen que circular siempre con la luz de cruce encendida.

Estas premisas sobre el uso de las luces, que son aplicables todo el año, son mucho más importantes en esta época del año, en la que la mala visibilidad es frecuente por lluvias o nieblas. En estos casos, llevar la iluminación es vital para nuestra seguridad. Además, la disminución de las horas de luz obliga a vigilar el estado del alumbrado de los vehículos y hace muy interesante el rodar siempre con las luces encendidas.

“Utilizar la luz diurna o llevar las luces de cruce encendidas en estos días de otoño donde se reducen las horas de luz, hace que nuestro vehículo sea percibido por los demás desde mucho más lejos. Según las estimaciones más rigurosas, esa distancia puede ser de más del doble, un factor que incide positivamente sobre la seguridad vial al mejorar aspectos como la distancia de seguridad, la detección de obstáculos y la velocidad”, explica Juan Sologuren, responsable de la división de lámparas para el automóvil de Philips en nuestro país.

La legislación europea obliga, desde febrero de 2011, a que todos los vehículos recién salidos de fábrica equipen dispositivos de luz diurna con lámparas de bajo consumo cuya puesta en marcha se produzca en el momento de arrancarlos. “En el caso de los vehículos fabricados antes de esa fecha, los conductores pueden mejorar su visibilidad en carretera llevando encendidas las luces de cruce. También es importante, como nos recuerdan los paneles de las carreteras, revisar periódicamente el estado de las luces. En caso de mal funcionamiento de las mismas, lo ideal, para garantizar su rendimiento óptimo, y evitar averías, es que las cambiemos de dos en dos”, comenta Sologuren.

El reemplazo de las lámparas por parejas es una práctica que reporta importantes beneficios en términos de seguridad. Evita que el haz de luz resultante al cambiar una única lámpara pueda quedar descompensado, haciendo más peligroso circular de noche. Por añadidura, si una de las bombillas es más luminosa que otra, tanto las marcas de la carretera como las señales de tráfico no se reflejarán adecuadamente. Con el desgaste, una lámpara nueva con un haz de luz de 75 metros apenas iluminará 50 metros pasados 3 años.