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Renault Zoe, un empujón al coche eléctrico
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AUTONOMÍA HOMOLOGADA DE 210 KILÓMETROS

Renault Zoe, un empujón al coche eléctrico

En mayo se iniciarán las ventas del Renault Zoe, el cuarto modelo eléctrico de la marca francesa tras el Kangoo, el Fluence y el Twizy, que

En mayo se iniciarán las ventas del Renault Zoe, el cuarto modelo eléctrico de la marca francesa tras el Kangoo, el Fluence y el Twizy, que supone un importante acercamiento hacia la viabilidad del coche eléctrico en nuestras calles. Su precio es de 13.650 euros una vez descontadas las deducciones oficiales, a lo que hay que sumar el alquiler de las baterías, que en Francia es de 79 euros al mes para una utilización de 12.500 kilómetros anuales y un plazo de tres años.

El despliegue de los coches eléctricos ha llegado en el peor momento de la economía española y europea, está claro. En estos momentos de crisis pocos son los que se apuntan a pagar por un coche más caro y de una utilización limitada cuando hay alternativas mucho más baratas. Y las compañías y los organismos no están dispuestos a invertir para desplegar una red de recarga

El Zoe es el cuarto modelo eléctrico que lanza la marca del rombo, tras hacer lo propio con el Kangoo como furgoneta pequeña, el Fluence como la berlina media y más tarde el Twizy, un extraño biplaza de cuatro ruedas en el que hasta las puertas son opcionales. Si los tres anteriores son bastante limitados en su utilización normal, en el caso del Zoe es un vehículo mucho más utilizable.

Por un lado sus dimensiones son más compactas que las de Fluence y Kangoo y le sitúan como un coche ideal para ser utilizado en ciudad, pero sin las limitaciones de otros urbanos eléctricos, como el Smart o el Think, de sólo dos plazas. En este caso tendremos un modelo de cinco plazas, con un buen maletero de 300 litros y que se mueve bien en ciudad y en tramos interurbanos.

No es, lógicamente, un coche pensado para grandes viajes. Su buena autonomía se ve muy limitada si queremos rodar deprisa con él. Si nos ponemos a 120 km/h, límite en las carreteras españolas, veremos cómo devora la energía de la batería. Por el contrario entre 70 y 100 km/h se mueve bien y con un consumo muy razonable.

Este vehículo incorpora diversos sistemas de optimización de energía, como la bomba de calor, la recuperación de la energía en las retenciones y las frenadas y, sobre todo, el empleo de neumáticos específicamente desarrollados por Michelin de bajo coeficiente de rozamiento.

Y es que en un coche eléctrico el peso de las baterías es un límite claro de su viabilidad. En el caso del Zoe las baterías pesan 290 kilos y van situadas en plano por debajo del habitáculo. Y por ello, todo lo que sea reducir el consumo es básico para hacer viable su utilización. Por ejemplo, el uso de la bomba de calor permite consumir una tercera parte de la energía que se utilizaría para calentar o enfriar el habitáculo sin este innovador sistema.

El empleo de los neumáticos específicos de bajo rozamiento es también muy importante y permite reducir drásticamente el consumo y aumentar la autonomía. Casi un 30% del consumo de un vehículo se ve inducido por los neumáticos.

El Zoe, contrariamente a sus tres hermanos de gama eléctrica, solo puede ser recargado en un enchufe específico para recargar coches eléctricos, el llamado Wall Box. Con él, y dependiendo de la potencia de nuestra toma de electricidad, podremos recargar las baterías entre un mínimo de 30 minutos (para el 80% de la carga total) y 9 horas para una recarga completa. La toma eléctrica sobre la que se puede instalar el Wall box varía entre los 3 y los 43 kW.

Según estudios europeos sobre recarga de baterías en los coches eléctricos y en función de la autonomía del Zoe, el 90% de las recargas se realizarán en el wall box del hogar. Y además, será entre 2 y 3 veces por semana cuando se haga el rellenado de las baterías.

Para lanzar el nuevo modelo eléctrico, Renault organizó una presentación en Lisboa. En ella se pudieron hacer muchos kilómetros con este modelo que se mueve muy bien por ciudad y por las zonas extraurbanas. Una vez sentados al volante tan solo podemos seleccionar con una palanca muy parecida a la de un cambio automático si queremos ir hacia delante o hacia atrás, el punto muerto y la posición de parking.

Y solo hay una alternativa en cuanto al modo de conducción, normal o ECO. En este último modo se aumenta cerca de un 10% la autonomía por una menor utilización de la capacidad e aceleración máxima. Y es que con este modo seleccionado no se utiliza la máxima capacidad de aceleración salvo que mantengamos el acelerador pisado a fondo durante unos segundos, en cuyo caso se pasa al modo normal. Pero ojo, en el modo Eco el coche acelera muy bien, pero no lo hace a fondo.  

El coche acelera con una gran agilidad, con un valor de menos de 4 segundos para cubrir el 0 a 50 km/h, que es la aceleración típica en ciudad, en la salida de un semáforo. Aunque su velocidad máxima es de 135 km/h, en velocidades altas no está tan a gusto como en ciudad. Alcanza sin problemas los 120 km/h, pero le cuesta conseguirlo y, sobre todo, va gastando mucha batería.

Lo más importante es que este coche se mueve con una facilidad como no hay otro. Si pensamos en el mejor cambio automático de un coche, no lo hace como este, porque en algún régimen de giro debe ir cambiando de marcha aunque lo haga de forma muy suave, pero en este caso no hay marchas y el motor siempre empuja por igual.

El nivel de ruido es otra ventaja incuestionable de este Zoe frente a los de gasolina o gasóleo, pero en el lado negativo está el problema de sus baterías, de su recarga, de la posibilidad de quedarse tirado con ellas descargadas. Para ello, Renault aporta con este nuevo modelo soluciones muy interesantes.

Por un lado con su recarga muy rápida. Durante nuestra toma de contacto recorrimos cerca de 120 kilómetros y después hicimos una parada para comer. En el parking junto al restaurante estaban instalados los wall box y cuando salimos una hora después la batería estaba cargada a tope. Y eso con todos los coches de la presentación.

Para el otro problema Renault sigue con su política de vender el coche sin baterías y alquilar estas últimas. Con ello, el coche tiene garantía de por vida mientras se paga el alquiler. Y en la garantía se incluye el remolcado del vehículo hasta un borne de recarga pero con una limitación de un máximo de 80 kilómetros.

He dejado para el final un dato importante, su precio. Renault venderá el Zoe a partir de mayo en España por un precio final de 21.250 euros. A esta cantidad hay que descontar los 2.000 del Plan PIVE y los 5.500 euros que el Gobierno ya ha aprobado para los coches eléctricos aunque aún no se ha hecho oficial. Es decir, que su precio con ayudas será de 13.650 euros, más el alquiler de las baterías.

El coste del alquiler en Francia es de 79 euros mensuales para un recorrido de 12.500 euros al año y con un contrato a tres años. Aunque aún no se ha fijado oficialmente, parece ser que esta cifra es la misma que se aplicará en España, pero cada cliente puede ajustar el precio en función de sus condiciones y su kilometraje.

En mayo se iniciarán las ventas del Renault Zoe, el cuarto modelo eléctrico de la marca francesa tras el Kangoo, el Fluence y el Twizy, que supone un importante acercamiento hacia la viabilidad del coche eléctrico en nuestras calles. Su precio es de 13.650 euros una vez descontadas las deducciones oficiales, a lo que hay que sumar el alquiler de las baterías, que en Francia es de 79 euros al mes para una utilización de 12.500 kilómetros anuales y un plazo de tres años.