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Evoque, el coche definitivo
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PRUEBA RANGE ROVER EVOQUE 150 CV

Evoque, el coche definitivo

Con el Evoque la marca Land Rover ha logrado hacer pleno. Un coche de un aspecto realmente espectacular, con un buen comportamiento en carretera y unas

Foto: Evoque, el coche definitivo
Evoque, el coche definitivo

Con el Evoque la marca Land Rover ha logrado hacer pleno. Un coche de un aspecto realmente espectacular, con un buen comportamiento en carretera y unas posibilidades camperas reales, una buena mecánica por entrega de potencia y por consumos, en el que solo el precio elevado se le puede poner en el lado negativo de la balanza. En cualquier caso, es el coche definitivo.

No hay ninguna marca que consiga hacer crecer sus ventas como lo está haciendo Land Rover desde el lanzamiento del Evoque, que ha venido a revolucionar un mercado muy interesante como es el del todocamino. Este modelo se sitúa en la zona de los vehículos Premium por su estilo, su equipamiento y también por su precio. Y ofrece muchas más virtudes para cautivar a su público.

Pese a tener un aspecto muy llamativo, al mismo tiempo ha sabido mantener su posición como vehículo realmente útil. Y esa dualidad es la que resulta muy difícil de conseguir por parte de sus rivales y la que está marcando la diferencia, en estos momentos difíciles, entre Land Rover y el resto de marcas.

Y es que, cuando un fabricante busca hacer un SUV llamativo para rivalizar con el Evoque, lo primero que hace es poner un neumático de perfil bajo, que le hace más bonito, pero que al mismo tiempo penaliza sus posibilidades de utilización fuera del asfalto.

Land Rover no juega a eso, sino a hacer un coche muy vistoso y muy llamativo, realmente espectacular, pero sin perder la utilidad para la que ha sido creado. Y eso a pesar de que muchos de los clientes de un Evoque jamás sacarán su coche del mejor asfalto, pero esa es la filosofía indiscutible de Land Rover y lo que la convierte en una marca diferente.

Un ejemplo claro lo tenemos en su carrocería con aspecto de coupé. Sin duda este coche tiene un aspecto brutal. Esta parte trasera en caída, con forma de un coupé, es su principal encanto, aunque no el único. Pero esconde una pequeña trampa de los diseñadores. No es que el techo caiga en la parte trasera, sino que la línea de cintura sube mucho de delante hacia detrás.

De hecho, y aunque después de ver el coche uno piensa que los ocupantes de las plazas traseras tendrán que ir agachados, en realidad tienen el mismo espacio en su cota de altura que en el resto de los todocamino.  Y exactamente lo mismo se puede comentar con los neumáticos. El Evoque consigue un aspecto realmente espectacular a pesar de llevar unas ruedas de medida como las que lleva, con un perfil 65.

Si su exterior es muy especial, no lo es menos el interior donde encontramos los mejores materiales y una calidad de terminación propia de sus hermanos mayores de gama. Tapicería de cuero, blanco en nuestro caso, asientos eléctricos con posibilidad de ajustes casi inagotable, o un equipamiento de primera, con navegador de pantalla táctil.

Pero sobre todo tiene algo importante que ningún otro todocamino ofrece en su equipamiento, el Terrain Response. Gracias a este sistema, y mediante dos pulsadores situados detrás de la palanca de cambios, el conductor elige el terreno por el que va a circular, barro, nieve o arena.  De esta forma el sistema de tracción puede ajustar todo el funcionamiento de los controles de control y estabilidad y otros parámetros para que su funcionamiento sea óptimo.

La posición al volante es muy buena. Buena visibilidad hacia delante y algo peor la trasera, sobre todo si hay ocupantes en las plazas posteriores. Los mandos están situados de una forma muy lógica y el conductor tampoco deberá tener excesivos problemas para hacerse con los mandos de este Evoque.

Hemos elegido para esta prueba una versión bastante razonable, con el motor de 150 caballos y con la tracción 4x4. Creo que es algo imprescindible si se quiere tener un Land Rover de verdad, pero si realmente no se necesita para nada uno se puede ahorrar 2.000 euros en el precio final.

Es un cambio de convertidor, de seis marchas con una palanca redonda que cuesta un poco de tiempo acostumbrarse a su uso pero que luego funciona realmente bien. Esta palanca se baja o se sube respectivamente al apagar o encender el contacto y dispone de un modo S para que el funcionamiento sea más deportivo pero manteniéndose en el modo automático. Además, ofrece levas en el volante que suponen una mejora adicional y que permiten sacar el máximo partido del motor.

Con la situación que estamos viviendo de crisis y con pocas posibilidades de que al menos a corto y medio plazo se vuelva a la abundancia de antes, pensaba que la versión de 150 caballos sería suficiente. Sin embargo, yo creo que se queda un poco justa para un usuario medio, que busca rodar con cierta agilidad.

Y no es que no funcione bien este motor, pero es que circulando a los 120 legales veremos como en cuanto llegamos a una pendiente un poco pronunciada en la carretera, el cambio pone una marcha menos, lo que hace que el ruido del motor aumente y sobre todo que el confort de marcha y el consumo se resientan por esta circunstancia.

Por ello, creo que esta vez merece la pena apostar por la variante diesel más potente, el propulsor de 190 caballos. La diferencia de precio entre ambas versiones es de 3.000 euros y a cambio se gana mucho en posibilidades de uso y en agilidad.

En lo que a sus ruedas se refiere, una buena y una mala noticia, al menos desde mi punto de vista. Por un lado la buena que son neumáticos con un perfil 65 sobre llanta 19, lo que hace que tenga la suficiente altura de neumático como para no estar teniendo problemas en los caminos.

También bueno, que el vehículo calzaba unos M+S, la solución perfecta para esta época del año. Su funcionamiento es óptimo como pudimos comprobar tras una copiosa nevada en la que los caminos pese tener acumulada mucha nieve no nos plantearon ningún problema.

Procuro siempre ser lo más objetivo posible, pero hay una marca por la que tengo una especial predilección, Land Rover, porque cubre todas mis necesidades de conducción. Este Evoque que hemos probado en esta ocasión me gusta mucho para una persona que busca llamar la atención, ser protagonista de la situación. Es un gran coche.

Pero es que el Freelander es lo mismo de eficaz que el Evoque pero sin todo el estilo propio de Range Rover y su equipamiento, pero también con un precio más ajustado. El Discovery creo que es el mejor todo terreno disponible en el mercado, o al menos uno de los dos o tres mejores. Y si se habla del Defender es el todoterreno de trabajo por excelencia, un coche irrompible.

El Range Sport ofrece una perfecta combinación entre un coche de carretera confortable, rápido y seguro y un vehículo campero extremo cuando se hace necesario, con sus marchas reductoras. Y si hablamos del mejor 4x4 del mercado, yo sinceramente creo que es el Range Rover. 

Y eso a pesar de que no he conducido todavía el nuevo Range, una joya del mundo 4x4 que ya ha eliminado en su última generación hasta los problemas asociados que tiene el uso de un pesado chasis de largueros al sustituirlo por un monocasco. El chasis era algo obligado hasta que los técnicos de Land Rover han lanzado este nuevo Range.   

 

Con el Evoque la marca Land Rover ha logrado hacer pleno. Un coche de un aspecto realmente espectacular, con un buen comportamiento en carretera y unas posibilidades camperas reales, una buena mecánica por entrega de potencia y por consumos, en el que solo el precio elevado se le puede poner en el lado negativo de la balanza. En cualquier caso, es el coche definitivo.