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Desembarco eléctrico de Renault
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YA A LA VENTA EL FLUENCE Y EL KANGOO

Desembarco eléctrico de Renault

A partir de ahora Renault ya ofrece en su gama dos vehículos 100% eléctricos, el Fluence Z.E. y el Kangoo Z. E. con los que comienza

Foto: Desembarco eléctrico de Renault
Desembarco eléctrico de Renault

A partir de ahora Renault ya ofrece en su gama dos vehículos 100% eléctricos, el Fluence Z.E. y el Kangoo Z. E. con los que comienza su andadura en el mundo de los vehículos eléctricos y cuya oferta se ampliará en marzo con el Twizy fabricado en España y antes de finalizar el año 2012 con el Zoe, un vehículo compacto.

La apuesta de Renault por los coches eléctricos es muy fuerte, ya que quiere ser el principal protagonista de este particular mercado en los próximos años. Según palabras de Carlos Goshn, máximo responsable de Renault, en el año 2020 un 10% de los coches que se vendan en el mundo serán eléctricos.

Lo que ahora lanza Renault son dos modelos muy diferentes como son el Fluence, una berlina media, y el Kangoo, un vehículo comercial ligero para el reparto urbano y el transporte en zonas periurbanas. Dos interesantes vehículos que hemos podido conducir en las zonas costeras de Lisboa y Estoril.

El Renault Fluence Z.E. es una berlina basada en el coche con el mismo nombre con motor térmico pero que tiene una longitud de 13 centímetros más que aquel, con lo que su longitud total es de 4,75 metros. Su interior no ofrece diferencias con respecto al de motor térmico y tan solo en su maletero se notan cambios. Este maletero no tiene tanta profundidad, ya que en esa zona es donde se situan las baterías del coche. Con todo, su volumen es de 317 litros, algo justo pero razonable.

En su aspecto mecánico el coche incorpora un motor eléctrico de 95 caballos que proporciona un par constante 226 Nm disponibles desde el momento del arranque. Por supuesto, no hay marchas y la palanca de cambios, similar a la de un automático, ofrece el modo “D” para marcha hacia delante y “R” para marcha atrás.

Lo que más sorprende cuando uno se sienta al volante es que contrariamente a otros eléctricos y sobre todo a los coches híbridos, en este caso no hay varios modos de uso más o menos eficientes. Algo que es muy de agradecer por su sencillez. El sistema del vehículo optimiza su funcionamiento para conseguir la máxima autonomía sin renunciar a prestaciones.

Cuando estamos sentados al volante la puesta en marcha es silenciosa como casi todo en el Fluence Z.E. y a partir de ahí lo único que se puede hacer es acelerar o frenar. Si se hace con suavidad tendremos menos aceleración pero más autonomía de las baterías. Si necesitamos ir más rápido solo es necesario pisar el acelerador. No hay más, no hay botones que optimicen algo, no hay más opciones y creo que eso es perfecto, su sencillez de manejo.

Solo hay una posibilidad de mejorar la autonomía que es posicionar el climatizador en posición “eco”, lo que permite reducir hasta un 10% el consumo, o en casos muy necesarios apagar las luces o desconectar el climatizador.

Este Fluence es un coche perfecto… siempre que se adapte a nuestras necesidades. Si el uso que le vamos a dar es el de hacer todos los días 30 kilómetros de casa a la oficina y otros 30 de vuelta, si tenemos enchufe en los dos sitios y si no necesitamos un coche muy rápido con el que correr por una autopista (su velocidad máxima es de 135 km/h), puede ser nuestro coche ideal. De lo contrario, la opción del coche eléctrico es mejor que la olvidemos de momento.

Pero si nuestra utilización del coche se adapta a estas premisas puede ser una muy buena alternativa. El coste del vehículo con los incentivos puestos en marcha por el Gobierno es de 19.800 euros en el caso del acabado básico, el Expression, mientras que el Dynamique sube hasta los 20.900 euros. Estos precios no incluyen las baterías, que deben alquilarse.

El precio del alquiler es variable en función de las condiciones particulares del contrato, pero para un caso de 10.000 kilómetros y 36 meses el coste de las baterías es de 82 euros/mes. En cuanto al coste de la energía eléctrica a los precios actuales supone en torno al 20% del consumo de un coche diesel de última generación. O sea, un ahorro del 80% en este sentido.

La verdad es que este Fluence es un coche pensado para su uso como coche de empresa y dentro de unas condiciones en las que las necesidades de uso del vehículo se adapten a lo que el vehículo ofrece.

Este coche resulta muy agradable de conducir. Por un lado la ausencia de ruido del motor, pero sobre todo la suavidad de marcha y la capacidad de aceleración para su utilización en ciudad supone un importante valor añadido con respecto a un coche normal. Y saber que no estamos contaminando siempre es agradable.

Su cuadro de instrumentos es muy similar al de la versión térmica. Sin embargo, al reloj central de la velocidad se unen uno a la izquierda que indica la carga de la batería y a la derecha una pantalla en la que podemos ver distintas informaciones como autonomía, consumo, etcétera.

Igualmente su navegador Carminat Tom Tom, opcional, es específico e incorpora la opción de marcar en el mapa cuál es la autonomía en todo momento indicando claramente hasta donde podemos llegar con las baterías como están.   

Llama la atención la capacidad que tiene para recuperar energía y la retención que produce cuando se levanta el pie del acelerador. Aunque para la persona que va sentada a la derecha parece que su conductor está frenando mucho en un recorrido, en realidad lo que ocurre es que cada vez que levantamos el pie del acelerador el coche se frena por sí solo, produciendo mucha electricidad y haciendo que el uso del freno sea casi innecesario.   

Durante nuestra toma de contacto con el coche tratamos de ir deprisa, abusando del acelerador para ver cómo respondía y de verdad que sorprende su capacidad de aceleración. Eso sí, a cambio la autonomía quedó muy tocada llegando a situarse por debajo de los 100 kilómetros. Por el contrario, otros compañeros haciendo una conducción contraria a la nuestra, reduciendo al mínimo el consumo, lograron aumentar esta autonomía hasta más de 190 kilómetros.

El valor homologado por Renault según el ciclo NEDC en ciclo mixto es de 185 kilómetros, pero yo diría que un valor razonable de autonomía a poco que circulemos con un poco de cuidado con el acelerador puede ser de unos 130 o 140 kilómetros.

Solo un último detalle que no quiero que se me olvide comentarles, la garantía. El coche tiene una garantía de 2 años sin límite de kilómetros. En cuanto a la cadena cinemática, la garantía es de 5 años o 100.000 kilómetros y sobre las baterías, su garantía es total y permanente ya que al ser alquiladas a Renault, la propia marca se encarga de cualquier problema o avería e incluso cuando se lance una nueva generación de baterías más eficiente la propia marca se encargará de hacer el cambio de forma gratuita.

Por lo que se refiere al Kangoo, que también hemos podido conducir, se ofrece con tres variantes de carrocería, el normal cerrado, el Maxi de 2 plazas y el Maxi de 5 plazas. En este caso el motor es más pequeño de 60 caballos que permite mover con bastante soltura este vehículo de uso más industrial. Su longitud es de 4,20 metros el pequeño, mientras que el Maxi aumenta hasta los 4,60 metros. Y su capacidad de carga, invariante con respecto a los térmicos, es de 650 kilos.

Este vehículo tiene un valor añadido con respecto al normal de gasolina y es que las baterías se sitúan en la parte inferior del suelo de la zona de carga. Con ello, no se pierde nada en volumen o capacidad de carga mientras que su comportamiento es mucho mejor gracias a su centro de gravedad más bajo. Ofrece un mejor asentado sobre la carretera.

Kangoo desde 14.000 euros

Para no extenderme mucho más solo les diré que su autonomía homologada es de  175 kilómetros, pero esta cifra puede variar mucho, como en el Fluence. De hecho en condiciones de fuertes pendientes y de abusar del acelerador podemos hablar de sólo 80 kilómetros, pero por contra en ciudad esta autonomía aumenta y puede alcanzar los 200 kilómetros cuando se trata de rodar solo en ciudad y de hacerlo de una forma un poco suave.  

Un último detalle, sus precios. El Kangoo normal de dos plazas cuesta 14.000 euros, que suben a 15.200 en la versión Maxi de 2 plazas, mientras que el Maxi de 5 plazas, el más completo, cuesta 16.000 euros. Y a estos precios hay que sumar el coste de las baterías, en este caso de 75 euros al mes para un contrato de 15.000 kilómetros y 4 años.

Sin duda este es un coche ideal para su uso por empresas en el reparto urbano. De hecho la marca francesa ya tiene en marcha un pedido de 15.000 vehículos en Francia para Correos, para diversas empresas eléctricas y para compañías de distribución. Llega el cambio en la forma de entender el automóvil y lo hace de la mano de Renault y de sus vehículos eléctricos.

A partir de ahora Renault ya ofrece en su gama dos vehículos 100% eléctricos, el Fluence Z.E. y el Kangoo Z. E. con los que comienza su andadura en el mundo de los vehículos eléctricos y cuya oferta se ampliará en marzo con el Twizy fabricado en España y antes de finalizar el año 2012 con el Zoe, un vehículo compacto.