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"Yo soy el producto y ellos me hacen el márketing": la nueva forma de lograr empleo en EEUU
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"Yo soy el producto y ellos me hacen el márketing": la nueva forma de lograr empleo en EEUU

Los costes de encontrar trabajo aumentan a medida que la búsqueda de empleo se prolonga durante meses: "Es intentar hacer más ruido que nadie"

Foto: La ciudad de Nueva York. (Getty Images/Drew Angerer)
La ciudad de Nueva York. (Getty Images/Drew Angerer)
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Se necesita mucho dinero para ganar dinero, sobre todo cuando se trata de buscar trabajo hoy en día.

Josh Morgan, de 45 años, fue despedido de su alto cargo en finanzas a finales del año pasado. Tras varios meses de búsqueda sin resultados, pagó a una empresa unos 10.000 dólares por seis meses de ayuda. La empresa le proporciona reuniones semanales con un estratega de empleo para evaluar los puestos vacantes y le busca posibles empleos entre los reclutadores de talentos. También le creó un sitio web personal a Morgan y le permite utilizar un software que le ayuda a adaptar su currículum a las descripciones de los puestos. "Son como una empresa de marketing, y yo soy el producto", afirma Morgan, que vive en Greensboro, Carolina del Norte. Aún está buscando trabajo, pero dice que el precio merecerá la pena si le ayuda a conseguir un empleo más rápido. "Estoy en una posición privilegiada para poder hacerlo".

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Dos fuerzas convergentes están elevando el coste de encontrar un empleo para muchos estadounidenses. Una es la explosión de la industria informal de las suscripciones a redes de contactos y búsqueda de empleo, los servicios de orientación profesional y las herramientas de inteligencia artificial, todo ello aprovechando las frustraciones de los solicitantes de empleo en un mercado de contratación estancado. La otra es la creciente duración de la búsqueda de empleo media, ya que las empresas ralentizan la contratación y dejan puestos sin cubrir. El trabajador medio tarda ahora 24 semanas en encontrar un empleo tras perderlo, casi un mes más que hace un año, según los datos federales de julio. Y el número de parados de larga duración está aumentando en EEUU. Cuanto más tiempo tiene que batallar la gente en busca de trabajo, más suben los costes. "No preveía una inversión tan grande", comenta Kyle Talley, de 28 años, un antiguo técnico de audio que empezó a buscar trabajo en el sector de la programación o la ciberseguridad el año pasado.

Desde entonces, Talley ha gastado más de 200 dólares en LinkedIn Premium para establecer contactos y unos 900 dólares en clases de programación para demostrar a los empleadores que está al día en lo último en tecnología. Pagó 50 dólares por un orientador profesional y más de 700 por herramientas de IA de pago como Grok y ChatGPT Plus para mejorar su currículum y perfeccionar sus habilidades de programador. Otros 500 dólares los destinó a materiales de estudio para certificaciones que, según sus mentores y profesores, eran imprescindibles para conseguir trabajo. Lo que Talley ha desembolsado para la búsqueda de empleo no incluye todo lo que ha invertido en formarse para una nueva carrera. El año pasado gastó 17.000 dólares en un campamento de entrenamiento de programación de ocho meses y ahora planea asistir a la universidad para estudiar ciberseguridad. James Finley, ingeniero de software en Glen Carbon, Illinois, se sintió tan frustrado tras tres meses de búsqueda que se planteó poner la URL de su sitio web en una pancarta digital por 100 dólares a la semana. Desechó el plan tras recibir una oferta de trabajo la semana pasada. "Intenta hacer más ruido que nadie", dice Finley, de 39 años.

Lo que da resultado

Gastar dinero en LinkedIn Premium, donde los contactos pueden ayudar a los usuarios a encontrar a alguien de dentro, "tiene un ROI" —retorno de la inversión— bastante grande, asegura Edward Voelsing, fundador de Rivet Group, una empresa de selección de personal en la zona de Charlotte, Carolina del Norte. Las conexiones son útiles en un mercado estancado, en el que los solicitantes pueden presentar una media de 100 solicitudes por cada entrevista. Masha Tatianina, diseñadora de productos de 47 años, empleó una estrategia de este tipo antes de conseguir un puesto temporal en julio: se gastó varios cientos de dólares en tres meses de búsqueda de empleo. Además de LinkedIn Premium, pagó unos 80 dólares por FlexJobs, una base de datos de trabajo a distancia. Se suscribió a Teal, un sitio de empleo que sugiere puestos y recomienda cambios en el currículum, por unos 80 dólares. Además, está Claude, el asistente de inteligencia artificial de Anthropic, por 20 dólares al mes, lo que ella llama un "elemento clave" para la preparación de entrevistas.

Sin embargo, no hay garantía de que todos los gastos, y el ajetreo, den resultados. En busca de unas prácticas en empresas o ingeniería, Mialy Jacky, una estudiante de posgrado de 26 años, ha estado viajando a eventos para establecer contactos. En el proceso, ha gastado más de 1.000 dólares en inscripciones a conferencias y alojamiento, además de transporte y comida, y unos 75 dólares para unirse a asociaciones nacionales en busca de mentores. Jacky recibió una breve oferta de prácticas el verano pasado, pero tuvo que seguir buscando cuando se canceló el programa. Algunos de sus gastos se deben a que no quiere perder ninguna oportunidad: tras un inesperado retraso en su vuelo a Dallas, Jacky se compró un 'outfit' para hacer 'networking' de 50 dólares en T.J. Maxx, y luego condujo hasta las oficinas corporativas, distribuyendo su currículum, sin éxito.

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Ahora está preparándose para encontrar un trabajo a tiempo completo después de su graduación en noviembre y presupuestando 200 dólares para viajar a un evento de 'networking' en agosto en San Antonio. "No sé qué más hacer, en qué otros recursos no he pensado", comenta Jacky, que vive en West Monroe, Luisiana. A veces son los movimientos menos costosos los que dan resultados.

Andrew Yates, de 43 años, intentó durante 10 años introducirse en el campo de los recursos humanos sin éxito. Pidió 22.000 dólares en préstamos para obtener un máster en RR. HH. en la Universidad Cristiana de Colorado y así tener una cierta ventaja. Luego se gastó 225 dólares en hacer un examen a través de SHRM, un grupo del sector, para obtener una designación de "profesional certificado". ¿Qué fue lo que finalmente funcionó? Mencionó a un hombre que conoció en el gimnasio que estaba buscando trabajo, y su nuevo compañero de entrenamiento le dio una recomendación para su empresa. Yates fue contratado y se trasladó a Dallas para ocupar el puesto. Aquella suscripción mensual de 20 dólares al gimnasio acabó pagando dividendos, dijo: "Supongo que fue un gasto laboral, sin saberlo".

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo

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