Las inyecciones para adelgazar como Wegovy y Zepbound ya han transformado la medicina y generado miles de millones de dólares en ventas, pero apenas han arañado la superficie. En EEUU, donde la adopción es más alta, menos de uno de cada diez adultos toma un fármaco GLP-1, pese a que casi tres cuartas partes tienen sobrepeso u obesidad. A nivel mundial, el acceso es aún más limitado, frenado por los altos costes, los estrictos requisitos de cobertura y la escasez de suministro.
Una pastilla podría cambiarlo todo. Más barata de fabricar, más fácil de distribuir y más sencilla de tomar, un tratamiento oral contra la obesidad podría llevar por fin esta terapia a las masas.
En Wall Street, sin embargo, el entusiasmo parece haberse enfriado. El jueves, Eli Lilly perdió más de 100.000 millones de dólares de capitalización bursátil, con una caída del 14% en su acción, después de presentar resultados decepcionantes para su esperada píldora, orforglipron. Los pacientes con la dosis más alta del medicamento perdieron una media del 12,4% de su peso corporal tras más de un año de tratamiento.
El inyectable Zepbound de Lilly ha ayudado a los pacientes a perder más del 20% de su peso en ensayos clínicos, mientras que el Wegovy de Novo Nordisk ha mostrado reducciones de alrededor del 15%. Lilly había insinuado antes que su pastilla podría lograr una pérdida de peso similar a la de Wegovy. Eso disparó las expectativas y explica la decepción del mercado al conocerse el jueves unos resultados por debajo de ese listón.
Aun así, la píldora de Lilly podría convertirse en un éxito comercial, no por ser más potente, sino por ser más accesible. Un fármaco oral de una toma diaria, que no requiere refrigeración y es más fácil de producir, podría ampliar drásticamente el mercado. Podría recetarse con mayor facilidad en atención primaria, enviarse como cualquier otro medicamento y usarse en regiones donde los inyectables siguen siendo poco prácticos. También podría atraer a quienes evitan las agujas o a personas con obesidad más leve que busquen una opción sencilla para el mantenimiento a largo plazo.
Louis Aronne, experto en obesidad del NewYork-Presbyterian/Weill Cornell Medical Center, sostiene que una píldora contra la obesidad a precio competitivo podría transformar el tratamiento al permitir un uso más temprano y amplio, similar a cómo se gestiona hoy la tensión arterial: “No esperamos a que la gente tenga hipertensión grave”, afirma Aronne, asesor remunerado de Lilly que ha participado en sus estudios sobre obesidad.
El precio será clave. Lilly no ha revelado cuánto costará orforglipron, pero los inversores dan por hecho que será más barata que su inyectable Zepbound. El analista de CitiGeoff Meacham ha planteado un modelo de precios directos al consumidor, escalonados según los ingresos. Puede sonar demasiado igualitario para Wall Street, pero con la Casa Blanca presionando para bajar precios y eliminar intermediarios, ya no es impensable.
“Se puede seguir esperando que Lilly ofrezca precios a nivel de consumidor mientras tengamos un agujero tan grande en la cobertura en nuestro país”
En una llamada con analistas el jueves, el consejero delegado de Lilly, Dave Ricks, insinuó un precio más accesible, describiendo la pastilla como un medicamento que podría tratar a una población más amplia que sufre una “obesidad menos complicada”. “Se puede seguir esperando que Lilly ofrezca precios a nivel de consumidor mientras tengamos un agujero tan grande en la cobertura en nuestro país”, añadió.
Una pastilla para adelgazar también podría abrir el mercado más allá de EEUU. El año pasado, aproximadamente el 85% de las ventas de Zepbound y Mounjaro de Lilly procedieron de EEUU; en Novo Nordisk, más del 70% de los ingresos de Wegovy y Ozempic se generaron en el mercado estadounidense.
El mayor obstáculo es la fabricación. Los GLP-1 inyectables requieren instalaciones especializadas y complejos dispositivos de administración, lo que dificulta su producción a gran escala. Lilly y Novo Nordisk han tenido problemas para satisfacer la demanda en EEUU, lo que ha dado margen a versiones no oficiales y magistrales. Novo Nordisk incluso redujo su previsión de crecimiento de ventas este año, en parte por el millón de personas que usan ya estas copias.
El tropiezo de Lilly podría abrir una pequeña puerta a su rival danés. Novo Nordisk ya ha solicitado la aprobación de la FDA para lo que es, esencialmente, Wegovy en pastilla. El mercado se ha mostrado escéptico con este fármaco porque es una molécula grande, más cara y compleja de fabricar. Además, debe tomarse con el estómago vacío, un obstáculo para la adherencia en la vida real.
Los flojos resultados de Lilly hicieron subir un 7,5% la acción de Novo Nordisk en Wall Street el jueves. También garantizan que el mercado siga oteando el horizonte biotecnológico en busca de una pastilla mejor. “El raro fallo de Eli Lilly en su, por lo demás, impenetrable franquicia contra la obesidad podría crear una oportunidad para competidores más pequeños”, escribió el analista de William BlairAndy Hsieh. Viking Therapeutics, que desarrolla una terapia oral rival, subió casi un 12%.
Para los inversores, el mercado de la primera píldora real contra la obesidad basada en molécula pequeña se ofrece ahora a una valoración más razonable
Tras la caída, Lilly cotiza ahora a 24 veces beneficios previstos, muy por debajo de las casi 40 veces de hace unos meses. Esto sugiere que las estimaciones más optimistas —que orforglipron podría alcanzar entre 25.000 y 40.000 millones de dólares en ventas— ya han desaparecido de la acción. Para los inversores, el mercado de la primera píldora real contra la obesidad basada en molécula pequeña se ofrece ahora a una valoración más razonable.
El camino para llevar una terapia oral a las masas está lejos de ser sencillo y seguirá planteando preguntas. Pero una cosa está clara: las píldoras para adelgazar están en camino y abrirán un nuevo capítulo en el tratamiento de la obesidad, ampliando el acceso y acelerando su alcance global.
Escriba a David Wainer en david.wainer@wsj.com
Las inyecciones para adelgazar como Wegovy y Zepbound ya han transformado la medicina y generado miles de millones de dólares en ventas, pero apenas han arañado la superficie. En EEUU, donde la adopción es más alta, menos de uno de cada diez adultos toma un fármaco GLP-1, pese a que casi tres cuartas partes tienen sobrepeso u obesidad. A nivel mundial, el acceso es aún más limitado, frenado por los altos costes, los estrictos requisitos de cobertura y la escasez de suministro.