Los fabricantes de automóviles compiten por encontrar una solución al dominio de China sobre los imanes de tierras raras
Los principales fabricantes, temerosos de verse obligados a cerrar sus líneas de montaje, se plantean trasladar parte de la producción de piezas a China
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Cuatro grandes fabricantes de automóviles compiten por encontrar soluciones al dominio de China sobre los imanes de tierras raras, ya que temen tener que cerrar parte de su producción en cuestión de semanas.
Varios fabricantes de vehículos tradicionales y eléctricos, así como sus proveedores, están considerando trasladar parte de la fabricación de piezas de automóviles a China para evitar el cierre inminente de sus fábricas, según personas conocedoras de la situación.
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Entre las ideas que se barajan se encuentran la producción de motores eléctricos en fábricas chinas o el envío de motores fabricados en Estados Unidos a China para instalar los imanes. Trasladar la producción a China como forma de eludir los controles a la exportación de imanes de tierras raras podría funcionar, ya que las restricciones solo afectan a los imanes, no a las piezas acabadas, según las fuentes.
Si los fabricantes de automóviles terminan trasladando parte de la producción a China, supondría un resultado singular de la guerra comercial iniciada por el presidente Trump con la intención de devolver la fabricación a EEUU. "Si quieres exportar un imán [desde China], no te lo permiten. Sin embargo, si puedes demostrar que el imán se encuentra en un motor fabricado en China, sí puedes hacerlo", afirma un responsable de la cadena de suministro de uno de los fabricantes de automóviles. En abril, China comenzó a exigir a las empresas que solicitaran un permiso para exportar imanes fabricados con metales de tierras raras, como el disprosio y el terbio. El país controla aproximadamente el 90 % del suministro mundial de estos elementos, que ayudan a los imanes a funcionar a altas temperaturas. Gran parte de la tecnología moderna del mundo, desde los teléfonos inteligentes hasta los aviones de combate F-35, depende de estos imanes.
Trasladar la producción a China como forma de eludir los controles a la exportación de imanes de tierras raras podría funcionar
En la industria automovilística, las tierras raras son las que permiten que los motores de los vehículos eléctricos funcionen a alta velocidad. También se utilizan en funciones menos sofisticadas, aunque no menos importantes, como los limpiaparabrisas y los faros. Se suponía que China iba a suavizar los controles a la exportación de imanes de tierras raras como parte de un acuerdo de tregua arancelaria de 90 días con la Casa Blanca, pero el país ha ralentizado la concesión de licencias para imanes. Trump ha acusado a China de violar su acuerdo con EEUU, mientras que China ha rechazado la idea de que sea culpable, alegando "medidas discriminatorias y restrictivas" por parte de Washington, entre ellas la restricción de las exportaciones de chips de inteligencia artificial y la revocación de visados para estudiantes chinos.
Dado que las exportaciones de imanes de tierras raras se han paralizado prácticamente por completo, los fabricantes de automóviles se enfrentan a decisiones difíciles sobre si pueden seguir manteniendo algunas plantas en funcionamiento. En mayo, grupos industriales que representan a la mayoría de los principales fabricantes de automóviles y proveedores de piezas comunicaron a la administración Trump que la producción de vehículos podría reducirse o paralizarse de forma inminente si no se obtenían más componentes de tierras raras de China. "Aunque se están realizando esfuerzos para reforzar las cadenas de suministro y los proveedores de estos elementos fuera de China, esto llevará más tiempo y no aliviará la escasez inmediata de elementos vitales para los componentes de automoción utilizados en la producción de vehículos aquí en nuestro país", afirma la carta, firmada por los responsables de la Alianza para la Innovación en la Automoción y la MEMA, la Asociación de Fabricantes de Motores y Equipos.
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Enviar una pieza sin terminar al otro lado del mundo para instalar un imán del tamaño de un chicle aumenta el coste y el tiempo de fabricación, pero las empresas lo ven como la única alternativa al cierre total de algunas líneas de producción. La medida podría exponer a los fabricantes de automóviles a aranceles adicionales, pero los ejecutivos del sector creen que la alternativa sería aún peor. Las empresas automovilísticas también están buscando fuentes alternativas de imanes en Europa y Asia, en lugar de comprarlos directamente a las fábricas chinas, como hacen actualmente. Ninguna de estas fuentes podría suministrar imanes suficientes para satisfacer la demanda de la industria automovilística, según un responsable de una de las empresas.
Las personas cercanas a la operación afirman que se están barajando muchas ideas que podrían no llegar a materializarse. Las elaboradas soluciones que se están contemplando ponen en relieve la dependencia de EEUU de China para estos imanes. El país controla casi toda la capacidad de refinado que transforma los minerales en bruto en productos aptos para su uso. Los analistas afirman que China cuenta con unos conocimientos técnicos superiores para separar las tierras raras de las rocas que las rodean. Los fabricantes de automóviles estadounidenses no son los únicos que tienen dificultades para abastecerse de imanes procedentes de China.
China controla casi toda la capacidad de refinado que transforma los minerales en bruto en productos aptos para su uso
Las empresas automovilísticas de Japón y la India también han advertido de la inminente interrupción de la fabricación. En Europa, los fabricantes de automóviles afirman que el ritmo de concesión de licencias de exportación no ha seguido el ritmo de la demanda. "Aunque ya se han concedido algunas licencias, actualmente no son suficientes para garantizar una producción fluida", afirma Hildegard Müller, presidenta del grupo de presión de la industria automovilística alemana. "Si la situación no cambia rápidamente, ya no se pueden descartar retrasos en la producción e incluso parones". En EEUU, Ford Motor cerró la producción del Ford Explorer en su planta de Chicago durante una semana en mayo debido a la escasez de tierras raras, según ha declarado un portavoz.
La falta de imanes afecta más a los vehículos eléctricos e híbridos que a los coches y camiones convencionales. Un vehículo eléctrico típico contiene muchas más tierras raras que un modelo de gasolina, pero los imanes de tierras raras se encuentran en todos los vehículos modernos. Producir más coches de gasolina en lugar de vehículos eléctricos no es una solución, ya que las empresas correrían el riesgo de incumplir las normas federales de ahorro de combustible, lo que podría acarrear multas. Los créditos reglamentarios que los fabricantes de automóviles pueden comprar a los fabricantes de vehículos eléctricos, como Tesla y Rivian, para compensar sus emisiones, están agotados hasta el año 2027.
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Otra opción para conservar los escasos suministros de imanes es volver a la tecnología de motores eléctricos más antigua, que no utiliza imanes de tierras raras. Los fabricantes de automóviles dejaron de utilizar esos motores porque las versiones actuales son más baratas y eficientes. Los fabricantes de automóviles también están considerando eliminar algunas características de alta gama, como los asientos ajustables, que utilizan varios motores eléctricos diminutos. Los sistemas de altavoces de última generación que utilizan imanes de tierras raras también podrían sustituirse por versiones de menor calidad.
*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo
Cuatro grandes fabricantes de automóviles compiten por encontrar soluciones al dominio de China sobre los imanes de tierras raras, ya que temen tener que cerrar parte de su producción en cuestión de semanas.