La estrategia de cazar dividendos más rentable es la más sencilla
Los inversores se han apilado en fondos que ofrecen variaciones sobre la inversión en dividendos, pero el método más sencillo es el que ha producido el mayor rendimiento
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Es una de las estrategias de inversión con más éxito, pero fácilmente podríamos obtener mejores resultados. Decenas de fondos y cientos de miles de millones de dólares de los ahorros de los inversores conservadores se han volcado en la creencia de que las empresas que aumentan sus dividendos de forma constante a lo largo del tiempo han sido las que mejor rendimiento han tenido en el mercado a largo plazo.
En ocasiones, el crecimiento de los dividendos desvía nuestra atención: por ejemplo, el índice S&P 500 Dividend Aristocrats incluye a las 69 empresas que han aumentado sus repartos durante al menos 25 años. Cuando los equipos directivos deciden que no pueden subirlos ni un céntimo —Pfizer, General Electric, AT&T y Walgreens son algunos ejemplos— son castigados. Exxon Mobil lo pasó muy mal hace cinco años para mantenerse en la lista y lo consiguió por los pelos.
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Los dividendos han perdido importancia con el paso de las décadas, pero ni mucho menos se han extinguido. Ed Clissold, de Ned Davis Research, señala que más de cuatro quintas partes de las empresas del S&P 500 pagan uno, y que 324 los aumentaron o los empezaron a pagar el año pasado. Aunque no intencionadamente, fue una investigación realizada hace años por su firma la que avivó la obsesión por las empresas que aumentan sus dividendos. Utilizando una técnica más antigua para calcular los rendimientos que ha sido ampliamente reproducida, mostró resultados espectaculares específicamente para ese tipo de acciones.
Las “metodologías añadidas para reflejar los cambios en el sector” del equipo de investigación muestran que los generadores de dividendos han obtenido buenos resultados, pero que una estrategia más rentable —aunque venga acompañada de una mayor volatilidad y rotación— es centrarse simplemente en la rentabilidad por dividendo. La mitad superior de los valores con mayor rentabilidad ha batido a los generadores de dividendos tanto en los mercados alcistas como en los bajistas desde 1973.
Los dividendos han perdido importancia con el paso de las décadas, pero ni mucho menos se han extinguido
Sin embargo, hay que tener cuidado al centrarse únicamente en la rentabilidad: un método casero que funcionó hasta que dejó de hacerlo fue el de los 'Dogs of the Dow', popularizado en un libro de 1991 de Michael O'Higgins, 'Beating the Dow'. En él se recomendaba comprar cada año los 10 valores con más dividendos del índice de 30 acciones de primera clase. Consideremos un cambio: durante un debate reciente, la estratega de Bank of America, Savita Subramanian, fue preguntada por el presentador del pódcast Meb Faber si tenía algunas cribas sencillas que recomendara para elegir valores.
Ella dijo que dividir los valores de gran capitalización que pagan dividendos en cinco grupos según su rendimiento es el primer paso. Sin embargo, no es el grupo superior el que uno debería comprar, porque esos sí que podrían resultar perdedores —algo así como Walgreens antes de su derrumbe—. En su lugar, hay que comprar el segundo grupo de mayor rendimiento. "Es como la estrategia 'Steady Eddie' que cualquiera puede llevar a cabo y que puedes sacar de Internet de forma gratuita. Puedes aplicarla tú mismo cada mes, y ha sido una estrategia realmente interesante, muy, muy aburrida y poco atractiva que parece funcionar en la mayoría de los entornos de mercado", señala Subramanian.
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¿Cómo de bien funciona? Utilizando información de Hartford Funds, una inversión de 1.000 dólares en el S&P 500 o su predecesor realizada en 1930 se habría convertido en 8,6 millones de dólares hasta el año pasado. Una inversión en el segundo quintil de valores por rendimiento habría crecido hasta los 31 millones de dólares. ¿Podrías incluso obtener mejores resultados? Tal vez. Faber, el presentador del pódcast, dirige un conjunto de fondos como trabajo diario que se centra en un concepto llamado rendimiento para el accionista —el exceso total de efectivo desplegado por las empresas, que también incluye recompras y reducción de deuda neta—. A finales de 2023, comparó su Cambria Shareholder Yield ETF con un universo de 188 fondos de recompra o dividendos rastreados por Morningstar que habían existido desde su creación en mayo de 2013. Su rendimiento fue el mejor.
En realidad, esta ventaja podría subestimarse. Utilizar el exceso de efectivo para fines distintos del pago de dividendos es más eficiente en una cuenta sujeta a impuestos, una razón importante por la que Berkshire Hathaway no ha pagado dividendos durante casi 60 años. Nunca formará parte del S&P 500 Dividend Aristocrats, pero parece que le ha ido muy bien.
*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo*
Es una de las estrategias de inversión con más éxito, pero fácilmente podríamos obtener mejores resultados. Decenas de fondos y cientos de miles de millones de dólares de los ahorros de los inversores conservadores se han volcado en la creencia de que las empresas que aumentan sus dividendos de forma constante a lo largo del tiempo han sido las que mejor rendimiento han tenido en el mercado a largo plazo.