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No es solo Powell, a quien Trump está complicando ya la vida es a su sucesor en la Fed
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No es solo Powell, a quien Trump está complicando ya la vida es a su sucesor en la Fed

Los ataques del presidente a Powell podrían arrojar "una sombra de sospecha" sobre el próximo director del banco central

Foto: Foto: Reuters/Leah Millis
Foto: Reuters/Leah Millis
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El presidente Trump calificó esta semana al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, de "gran perdedor" por negarse a bajar inmediatamente los tipos de interés para amortiguar el golpe de su errática guerra comercial. Pero, aunque se retractó de su amenaza implícita de destituir a Powell, la conducta de Trump puso en evidencia que el mayor perdedor de su campaña de presión podría ser quienquiera que el presidente elija para sustituir a Powell el año que viene.

La exigencia de Trump de que la Fed baje los tipos de interés podría minar la confianza de los inversores en el próximo presidente de la Fed, según economistas y antiguos responsables políticos estadounidenses. Los inversores podrían preguntarse si el sustituto de Powell habrá acordado consultar al presidente sobre los tipos de interés. El mandato de Powell como presidente finaliza en mayo de 2026.

Foto: El presidente de la Fed, Jerome Powell. (EFE/EPA/Shawn Thew)
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La confianza de las empresas y los consumidores se ha desplomado en medio de la creciente incertidumbre sobre la política comercial. Mientras tanto, los aranceles más altos a los socios comerciales de Estados Unidos amenazan con poner a la Fed en un aprieto si los aranceles provocan un aumento de los precios tras varios años de inflación elevada. «Es una situación difícil para un banco central, en términos de qué hacer», declaró Powell la semana pasada.

Trump dijo a los periodistas el martes que "no tenía intención" de despedir a Powell después de que los mercados cayeran y el dólar se debilitara ante la preocupación de que la Casa Blanca pudiera intentar destituir al líder de la Fed. El día anterior, Trump había publicado en las redes sociales: "Puede haber una DESACELERACIÓN de la economía a menos que el Sr. Demasiado Tarde, un gran perdedor, baje los tipos de interés, AHORA". «No se puede denigrar a una persona así y luego dar un giro de 180 grados y esperar que el mercado asuma que la persona que usted elija para sustituirla tendrá una credibilidad extraordinaria», señala John Silvia, presidente de la consultora Dynamic Economic Strategy y ex economista jefe del Comité Bancario del Senado.

Trump dijo a los periodistas el martes que "no tenía intención" de despedir a Powell

Desde que la Fed acabó con la inflación alta en la década de 1980, los funcionarios han valorado la independencia del banco central respecto a la Casa Blanca, ya que eso tiende a hacer más eficaz su política de tipos de interés. A partir del presidente Bill Clinton en la década de 1990, los presidentes adoptaron un enfoque de no intervención con respecto a la Fed, porque reconocieron que acorralar a los banqueros centrales dificultaría la consecución de sus objetivos. «Criticar públicamente a la Fed por parte de los presidentes es un juego de tontos. La Fed no escucha, o si lo hace, siente la presión de demostrar su independencia, lo que se traduce en tipos de interés a corto plazo iguales o más altos», afirma Lawrence Summers, secretario del Tesoro de Clinton entre 1999 y 2001. «El mercado sí escucha y se pone nervioso, lo que se traduce en tipos a largo plazo más altos».

Si bien la Fed controla los tipos de interés a corto plazo, otros tipos o precios de activos pueden ser sensibles a los comentarios de Powell u otros dirigentes de la Fed cuando insinúan cambios en sus perspectivas económicas o en cómo esos cambios podrían influir en la futura fijación de los tipos de interés. Si los inversores llegaran a creer que el banco central ha sido secuestrado por el presidente, las declaraciones de este podrían acabar influyendo en los tipos de interés, lo que socavaría la autoridad de la Fed. Los últimos ataques de Trump a Powell «sin duda dejarán una sombra de sospecha sobre el próximo presidente. No se puede ignorar una postura tan amenazante hacia la Reserva Federal», asegura David Wilcox, economista de Bloomberg Economics y del Peterson Institute for International Economics.

Foto: El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. (Reuters/Nathan Howard)

Existe una "probabilidad abrumadora" a ojos de los participantes en los mercados financieros de que el próximo presidente «habrá dado al presidente Trump razones de peso para creer que, por muy insatisfecho que estuviera con la política monetaria del presidente Powell, tendrá motivos para estar satisfecho» con la nueva elección, señala Wilcox, ex asesor senior de la Fed. Trump ejerció una presión pública sostenida sobre la Fed para que recortara los tipos de interés en 2019, durante su primera guerra comercial. La Fed acabó bajando los tipos, aunque no tan rápido como quería el presidente, porque Powell y sus colegas consideraron que el impacto en la inversión empresarial podría anular cualquier efecto de la subida de precios provocada por los aranceles.

Trump ascendió a Powell, entonces gobernador de la Fed, a la presidencia para un mandato que comenzó en 2018, y el presidente Joe Biden volvió a nombrar a Powell para un mandato de cuatro años que comenzó en 2022. Trump tendrá la oportunidad de empezar a remodelar la Fed el año que viene, sustituyendo al menos a un gobernador y nombrando a uno de los siete gobernadores para ocupar la presidencia. Powell tiene la opción de permanecer en la junta de la Fed hasta principios de 2028. Trump ya está dejando su huella en el banco central. En febrero, el gobernador de la Fed Michael Barr renunció a su cargo de vicepresidente de supervisión bancaria después de que funcionarios de Trump amenazaran con despedirlo. Trump ha nominado a Michelle Bowman, una gobernadora de la Fed que él mismo nombró para la junta en 2018, para ese puesto. El poder de Trump para remodelar la Reserva Federal mediante la elección del próximo presidente se enfrenta a importantes controles.

Trump tendrá la oportunidad de empezar a remodelar la Fed el año que viene

El poder del presidente de la Fed reside en parte en su capacidad para alcanzar un consenso y liderar un grupo a veces rebelde de 12 presidentes de bancos de reserva y otros seis gobernadores. El presidente de la Fed solo tiene uno de los 12 votos del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), encargado de fijar los tipos de interés, que incluye a los siete gobernadores con sede en Washington y un grupo rotatorio de cinco presidentes de bancos regionales. Como resultado, el presidente de la Fed es similar al 'quarterback' de un equipo de fútbol americano. Puede decidir la jugada, pero no puede garantizar que todos sigan el plan. «Hay un límite a lo que Trump puede hacer con su propio presidente de la Fed. Cuanto más extrema sea la persona que elija, menos capaz será de arrastrar al FOMC con él», afirma Jason Furman, ex asesor económico del presidente Barack Obama.

A menos que Trump obtenga el poder de destituir a los gobernadores de la Fed, del que actualmente carece, «el sistema cuenta con controles enormemente poderosos, y aunque hay menos deferencia hacia el presidente que antes, el comité no tendrá ninguna deferencia hacia un presidente que sea un actor completamente político», señala Furman. Según las grabaciones del Despacho Oval, el presidente Richard Nixon presionó en privado al presidente de la Fed y antiguo asesor suyo, Arthur Burns, para que suavizara la política monetaria antes de las elecciones de 1972. Burns accedió y la Fed pasó el resto de la década luchando por controlar la elevada inflación. «Respeto su independencia», dijo Nixon cuando presentó a Burns como su candidato en 1970. «Sin embargo, espero que, de forma independiente, llegue a la conclusión de que mis ideas son las que deben seguirse».

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump. (Reuters) Opinión

En 1978, el presidente Jimmy Carter nombró a G. William Miller para suceder a Burns, pero Miller resultó tan ineficaz con sus compañeros y tan incompetente en materia de política monetaria que Carter lo trasladó al Departamento del Tesoro al año siguiente. Carter sustituyó a Miller por Paul Volcker. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo la semana pasada que la administración comenzaría a entrevistar a candidatos para el puesto en la Fed este otoño. Entre los principales candidatos se encuentran Kevin Warsh, ex asesor del presidente George W. Bush y gobernador de la Fed entre 2006 y 2011, y Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca. Bessent también es considerado por algunos observadores de la Fed como un posible candidato para el puesto.

En un discurso pronunciado en 2010, Warsh afirmó que estaba convencido de que «cualquier intento de influir de forma inadecuada en la política de la Fed sería objeto de una fuerte y enérgica reprimenda por parte de los responsables de la Fed y de los participantes en el mercado». Añadió que «la única popularidad que deben buscar los banqueros centrales, si es que buscan alguna, es la de los libros de historia». El gobernador de la Fed, Christopher Waller, nombrado para su cargo actual por Trump en 2020 y que, según algunos analistas, tiene posibilidades de suceder a Powell, dijo el jueves que la cuestión de cómo el banco central logrará mantener su independencia dependerá del próximo presidente. «¿Van a tomar el relevo y mantener la tradición de independencia del banco central, elaborando políticas de forma apolítica? Para mí, eso es fundamental... sea quien sea el próximo presidente», afirmó en una entrevista en Bloomberg Television.

Waller dijo que las críticas de Trump a la Fed no influirían en la forma en que los funcionarios realizan su trabajo. «Si no te gusta que te critiquen, no aceptes el cargo», afirmó.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo

El presidente Trump calificó esta semana al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, de "gran perdedor" por negarse a bajar inmediatamente los tipos de interés para amortiguar el golpe de su errática guerra comercial. Pero, aunque se retractó de su amenaza implícita de destituir a Powell, la conducta de Trump puso en evidencia que el mayor perdedor de su campaña de presión podría ser quienquiera que el presidente elija para sustituir a Powell el año que viene.

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