La caída del mercado hace añicos antiguas creencias sobre la inversión
Los aranceles están poniendo a prueba la costumbre de mantener las inversiones sin importar lo inestables que se vuelvan los mercados
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F9e3%2F161%2F247%2F9e316124789f28070c0656cf749aa3ad.jpg)
La manía arancelaria del presidente Trump está reescribiendo el manual de inversiones.
Tanto los estadounidenses de a pie como los profesionales de Wall Street llevan mucho tiempo acostumbrados a una subida constante de las acciones norteamericanas. Meterse de lleno a comprar en las caídas siempre parecía dar sus frutos, a menudo casi de inmediato, y los momentos de crisis se afrontaban con una respuesta enérgica del gobierno de EEUU, dispuesto a desatar estímulos e intervenir para calmar los mercados. Ahora, los aranceles de la administración Trump están desafiando las suposiciones a las que los estadounidenses se han aferrado durante las últimas dos décadas, poniendo a prueba su tendencia a mantener sus inversiones sin importar lo inestables que se vuelvan los mercados.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F4f2%2Ff50%2Fa26%2F4f2f50a26e78b0a172f7588dba939443.jpg)
En cierto sentido, ha sido el peor año para la estrategia de "comprar en la caída" en casi un siglo. Los inversores que han intervenido para comprar acciones en oferta se han quedado con pérdidas aún mayores. El S&P 500 ha caído un 1,3 % de media este año en la semana posterior a una pérdida de al menos el 1 % en un día, según Dow Jones Market Data. Esa sería la mayor caída de este tipo registrada, en datos que se remontan a la década de 1920. "Es un mundo diferente en el que tenemos que abrirnos camino", afirma Christopher Marangi, codirector de inversiones de valor de la gestora de fondos Gamco Investors.
La propuesta de Trump de una pausa de 90 días en algunos de sus planes arancelarios provocó un repunte monstruoso de las acciones a mitad de semana. Aun así, los inversores aseguran que se encuentran en un territorio desconocido y que están navegando por un mercado que no se parece a nada que hayan visto en sus carreras. Al día siguiente de la recuperación, las acciones volvieron a caer. Algunos incluso se preguntan si Estados Unidos seguirá siendo el mejor lugar para invertir. A principios de año, muchos apostaban por otro año de lo que llamaban excepcionalismo estadounidense en el mercado, una apuesta a que las acciones estadounidenses seguirían superando a las de otros países del mundo.
"Es un mundo diferente en el que tenemos que abrirnos camino"
En cambio, todo, desde los bonos estadounidenses hasta las acciones y el dólar, se ha visto golpeado una y otra vez. Los rendimientos de los bonos del Tesoro a 30 años, que aumentan cuando caen los precios de los bonos, subieron por cuarta sesión consecutiva hasta el 4,849 %. Esto supuso el mayor aumento de rendimiento en cuatro días desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020. El S&P 500 va a la zaga en más de 3 puntos porcentuales este año con respecto al índice MSCI que sigue la evolución de las acciones de todo el mundo, y va camino de registrar el peor rendimiento anual desde 2009, según Dow Jones Market Data. Solo ha ido por detrás en otras tres ocasiones en los últimos 16 años.
Entonces, ¿por qué la dinámica podría ser diferente esta vez? Por un lado, los analistas señalan que la intervención del gobierno, ya sea en forma de estímulo fiscal, programas masivos de la Reserva Federal para calmar los mercados o conversaciones entre bastidores con los líderes de Wall Street, desempeñó un papel muy importante a la hora de infundir confianza y poner en marcha repuntes durante crisis pasadas, como la venta masiva provocada por la pandemia. Esta creencia se ha arraigado tanto en Wall Street que ha llegado a conocerse como el "Fed put", llamado así por una opción que puede proteger a los inversores contra las caídas de las acciones. Ahora, la agitación del mercado está siendo causada por el propio gobierno. "El Fed put tiene un listón mucho más alto esta vez", señala Rupal Bhansali, director de inversiones de Double Duty Money Management, que invierte en acciones de todo el mundo. "Si cuentas con que te vaya a sacar del apuro, no te vale como estrategia".
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F8cb%2F5ae%2F433%2F8cb5ae4339756e2893122ede55918b1b.jpg)
En lugar de obtener una recompensa casi instantánea, los inversores que han comprado durante las históricas oscilaciones del mercado de este mes se han llevado un buen disgusto. Los inversores que desafiaron la ola de ventas para comprar cuando el S&P 500 se desplomó casi un 5 % tras el anuncio de Trump en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca sobre los aranceles tuvieron que soportar otra caída de casi un 6 % en la sesión siguiente. Los vaivenes a lo largo del camino también han sido impresionantes. El S&P 500 ha tenido movimientos intradía al alza o a la baja de al menos un 4,9 % en cada una de las últimas seis sesiones de negociación, el tramo más largo desde marzo de 2020, lo que hace más difícil aguantar.
De media, el S&P 500 se ha desplomado alrededor de un 2 % la semana después de caídas de un día de al menos un 3 %, y va camino de la mayor caída de este tipo desde 1998, según Dow Jones Market Data. Hasta ahora, muchos inversores siguen acumulando. Mientras que los mercados de acciones y bonos fluctuaron durante las seis sesiones de negociación hasta el miércoles, los inversores invirtieron 43.000 millones de dólares netos en fondos cotizados. Los flujos de ETF muestran a unos inversores que están haciendo todo menos entrar en pánico. El fondo S&P 500 de Vanguard, el fondo Nasdaq-100 de Invesco e incluso un fondo de riesgo que ofrece exposición con triple apalancamiento a acciones tecnológicas se encontraban entre los que más activos reunieron.
Los inversores que han comprado durante las históricas oscilaciones del mercado de este mes se han llevado un buen disgusto
En los cinco días previos al repunte masivo del miércoles, los inversores invirtieron una media de 10.000 millones de dólares al día en el fondo S&P 500 de Vanguard, unas cuatro veces la tasa media. "Sin duda hay gente que dice: Cuando la confianza baja tanto y cuando el mercado se desploma así, siempre ha resultado en una buena oportunidad de compra, así que voy a aprovecharla ahora", afirma David Kelly, estratega jefe global de J.P. Morgan Asset Management. Aun así, señala: "No apuestes a que si estos aranceles se mantienen, de alguna manera todo va a estar bien, porque no es así. Si se mantienen, vamos a tener una gran recesión en Estados Unidos, y vamos a surfrir una recesión global".
La mentalidad ha cambiado mucho desde los años posteriores a la crisis financiera, cuando el S&P 500 cayó a la mitad desde el verano de 2007 hasta su mínimo a principios de 2009 y dejó marcada a toda una generación de inversores. En 2011, las encuestas mostraron que aproximadamente el doble de estadounidenses consideraba que el oro era una mejor inversión que las acciones o los fondos de inversión. Sin embargo, el mercado inició un largo y lento repunte, impulsado por una década de tipos de interés ultrabajos. El S&P 500 ganó un 690 % desde que tocó fondo en marzo de 2009 durante la crisis financiera mundial. Ahora, incluso si EEUU pusiera en marcha los aranceles, Marangi asegura que las elevadas valoraciones con las que los índices estadounidenses han sido recompensados durante años podrían verse afectadas. La confianza de los inversores, y de los socios comerciales, se ha visto mermada. "Como mínimo, se ha producido cierto desgaste", señala Marangi.
*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo
La manía arancelaria del presidente Trump está reescribiendo el manual de inversiones.