Intrahistoria de un viraje histórico: por qué Trump ha dado marcha atrás con los aranceles
El secretario del Tesoro ha contribuido a persuadir al presidente para que se tomara más tiempo para negociar con los socios comerciales ante la presión de los líderes empresariales
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El presidente Trump finalmente se ha echado atrás. La caída de los mercados de acciones y bonos, junto con una campaña sostenida por ejecutivos, legisladores, grupos de presión y líderes extranjeros, ha tardado una semana en llevar a Trump a dar marcha atrás durante 90 días respecto a un elemento importante de su amplio plan arancelario.
El presidente ha dicho que la reacción a los aranceles se estaba volviendo un poco "exagerada", como un atleta nervioso incapaz de rendir, y ha confiado en sus instintos para cambiar de rumbo mientras veía hundirse el mercado de bonos y los líderes empresariales, incluido el director ejecutivo de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, expresaban su temor a una recesión. El episodio se ha desarrollado al estilo clásico de Trump: ha tomado una medida drástica, ha seguido de cerca la reacción, ha mantenido a sus asesores y aliados en vilo y luego ha reculado.
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En este caso, el extraordinario vuelco se anunció a través de la red social de Trump apenas unas horas después de que los llamados aranceles recíprocos entraran oficialmente en vigor. Lo hizo desde el Despacho Oval, sentado junto al secretario del Tesoro, Scott Bessent, y al secretario de Comercio, Howard Lutnick. Trump también ha subido significativamente los aranceles a China. Poco después de que Trump publicara su mensaje, mientras los mercados subían, Bessent se situó frente a la entrada del Ala Oeste y explicó que la decisión de pausar algunos de los aranceles se había discutido el domingo cuando los dos se reunieron. "Él y yo mantuvimos una larga conversación", dijo Bessent ante una multitud de periodistas. "Esta ha sido su estrategia desde el principio".
Bessent se vio desbordado ante las llamadas preocupadas desde Wall Street durante el fin de semana y sintió la necesidad de convencer a Trump de que era necesaria una pausa. Argumenta que no será una capitulación, ya que van a cerrar muchos acuerdos. Ha revelado poco públicamente sobre por qué el presidente y su equipo esperaron hasta el miércoles por la tarde para promulgarlo, y Trump ha dicho que tomó la decisión el miércoles por la mañana. Bessent afirma que más de 75 países se han puesto en contacto para buscar un acuerdo que alivie los aranceles, con Japón "a la cabeza de la lista".
El extraordinario vuelco se anunció apenas unas horas después de que los llamados aranceles recíprocos entraran oficialmente en vigor
Una de las claves del cambio ha sido la decisión de Trump de dar a Bessent más autoridad dentro de su equipo de asesores comerciales, según fuentes cercanas a las conversaciones, además de las negociaciones del domingo. Bessent voló el domingo a Florida y después fue autorizado para hacer comentarios públicos sobre los acuerdos, lo que tranquilizó a muchas personas cercanas a Trump que creían que el secretario del Tesoro podría acabar saliendo del Gobierno. Cuando los dos hombres regresaron juntos a Washington el mismo domingo en el Air Force One, Bessent instó a Trump a centrarse en las negociaciones, de acuerdo con una persona familiarizada con la conversación. Un alto funcionario del Tesoro ha declarado que la administración está unida en torno a la estrategia de Trump para promover la seguridad económica y nacional de Estados Unidos.
Otro factor que ha hecho que Trump esté más dispuesto a ceder en los aranceles es que muchos países están negociando con la administración. Trump también se ha dejado influir por el mercado de valores y por el desfile de líderes empresariales que han expresado su preocupación por los aranceles. En los últimos días, ejecutivos y grupos de presión han inundado el teléfono de la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles. Un asistente de la Casa Blanca ha señalado que es habitual que el jefe de gabinete del presidente atienda llamadas en su nombre. El mensaje que los directores ejecutivos transmitieron a Trump y a sus principales asesores fue que necesitaban encontrar una vía de escape. Trump no se mojó y le dijo a sus asesores que estaba dispuesto a sufrir. Reconoció en privado que su política comercial podría desencadenar una recesión, pero afirmó que quería asegurarse de que no causara una depresión, tal y como afirman personas familiarizadas con las conversaciones.
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Los ejecutivos bancarios, frustrados por su aparente falta de influencia con los funcionarios de la administración, han recurrido en los últimos días a los legisladores republicanos para presionar a Trump sobre los aranceles. Su mensaje apuntaba a que Trump iba a hundir la economía. A su vez, Trump también se ha mostrado receptivo. En los últimos días, ha estado preguntando a amigos y asesores sobre los mercados, y ha indicado que los está vigilando de cerca. El miércoles, almorzó en la Casa Blanca con el financiero e inversor Charles Schwab y se reunió con la gobernadora demócrata de Michigan, Gretchen Whitmer, que había advertido que Michigan ya estaba sintiendo el impacto de los aranceles en toda su industria automotriz, hechos que se produjeron después de su decisión, pero que indicaban que estaba recabando información de forma generalizada.
El martes por la noche, Trump dijo que había asimilado las malas noticias sobre la caída en picado del mercado de bonos. "Anoche pude ver que la gente estaba un poco inquieta", declaró Trump el miércoles sobre el mercado de bonos. Trump, un ávido espectador de las cadenas de noticias por cable, afirmó que había visto la entrevista de Dimon el miércoles por la mañana con Maria Bartiromo en Fox Business. Durante la entrevista, Dimon señaló que una recesión era un "resultado probable" del nuevo programa de aranceles, pero también defendió la idea de algunos aranceles como una forma de mejorar el comercio. Además instó al presidente a que diera tiempo a Bessent para hacer tratos. "Estoy adoptando una postura tranquila, pero podría empeorar", dijo Dimon. Según personas al tanto del asunto, Dimon no ha tenido una conversación seria con Trump en años. Aunque su aparición en el programa de Fox Business estaba prevista desde hacía tiempo, Dimon sabía que Trump y su círculo íntimo solían ver Fox y que su mensaje probablemente les llegaría.
Los ejecutivos bancarios han recurrido en los últimos días a los legisladores republicanos para presionar a Trump sobre los aranceles
Trump comentó a los periodistas el miércoles que había estado pensando en pausar los aranceles "durante los últimos días", y añadió que "probablemente lo decidió esta mañana, bastante temprano". Aseguró que no consultó con ningún abogado la redacción de su anuncio y que, en su lugar, se basó en las aportaciones de Bessent y Lutnick. "Lo escribimos desde el corazón", dijo Trump. "No queremos perjudicar a países que no necesitan ser perjudicados, y todos quieren negociar". Durante el transcurso de la jornada del miércoles, los principales funcionarios de la administración se desplegaron para reunirse con los legisladores, sin revelar apenas nada sobre el anuncio que estaba por llegar.
El representante de Comercio de los Estados Unidos, Jamieson Greer, estaba testificando sobre los aranceles ante la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes cuando Trump anunció la revocación. Unos 20 minutos después de que Trump hiciera el anuncio, el representante Steven Horsford (demócrata por Nevada) sacó finalmente el tema, preguntando si Greer estaba al tanto de la pausa. "Lo estoy, sí", dijo Greer. "Entiendo que la decisión se ha tomado hace unos minutos. Ha estado debatiéndose". Ante estas declaraciones, Horsford montó en cólera. "Se trata de aficionados", dijo. "Esto tiene que parar. ¿Cómo estás a cargo de las negociaciones si el presidente está tuiteando sobre esto desde donde demonios esté?".
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Bessent se retiró de un almuerzo el miércoles con el Republican Study Committee, el mayor grupo conservador del Congreso, poco antes de que se hiciera el anuncio. Los miembros del grupo se enteraron de camino al evento de que Bessent había sido convocado a una reunión con Trump y que su adjunto asistiría en su lugar. Los que llevan años observando a Trump no se sorprendieron por el giro de los acontecimientos. Trump utilizó su red social para hacer algunos comentarios alentadores sobre el mercado de valores el miércoles por la mañana. "¡TÓMATELO CON CALMA! Todo va a salir bien", publicó a las 9:33 a. m. el miércoles. "¡ES UN BUEN MOMENTO PARA COMPRAR! ¡¡¡DJT!!!", publicó unos minutos después. Un funcionario de la administración dijo que todavía no se había tomado ninguna decisión en ese momento. "La falta de lógica de esta estrategia se hizo evidente, no solo en los mercados, sino también con las expectativas de recortes más profundos en toda la economía", afirma Marc Short, que fue jefe de gabinete del exvicepresidente Mike Pence.
"Es un gran estudioso de los mercados y también habla con mucha gente fuera de la Casa Blanca", señala Short. Bessent y otros asesores de la Casa Blanca interpretaron la medida de Trump como parte de una estrategia de negociación en la que Trump adoptó un enfoque maximalista para obligar al mundo a sentarse a la mesa de negociaciones. Señalaron que China fue el blanco de los aranceles más elevados porque Pekín tomó represalias contra EEUU. Los observadores externos que se habían alarmado por los aranceles no tardaron en reforzar el nuevo mensaje de la Casa Blanca. "Esto ha sido una jugada maestra de @realDonaldTrump", dijo Bill Ackman, que había criticado a Trump en los días anteriores. "De libro, El arte de la negociación".
*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo
El presidente Trump finalmente se ha echado atrás. La caída de los mercados de acciones y bonos, junto con una campaña sostenida por ejecutivos, legisladores, grupos de presión y líderes extranjeros, ha tardado una semana en llevar a Trump a dar marcha atrás durante 90 días respecto a un elemento importante de su amplio plan arancelario.