Manual de supervivencia en época de caos bursátil: qué hacer y qué no hacer con tus ahorros
Pensar con claridad justo ahora es más difícil, pero también más importante que nunca
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"Esta vez es diferente": tal y como le gustaba decir al gran inversor Sir John Templeton, esas son algunas de las palabras que más caras nos pueden salir en el mundo de la inversión.
Sin embargo, el "esta vez no es diferente" también puede acabar saliéndote muy caro. Con el presidente Trump tratando de revertir décadas de globalización y anular las reglas comerciales del mundo, los mercados están en crisis por una buena razón. Sería una tontería pensar que nada ha cambiado y simplemente esperar a que todo se calme.
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Para prevalecer sobre este caos, hay que pensar con claridad en un momento en el que muchos inversores —y responsables políticos— están hechos un lío. La incertidumbre aguda desencadena automáticamente el miedo y el estrés en el cerebro humano, infundiendo en nuestros cuerpos la antigua respuesta de lucha o huida que es esencial para la supervivencia. El miedo fija nuestra atención en lo negativo, nos hace extremadamente sensibles a las señales sociales, obstaculiza nuestra memoria de trabajo y perjudica nuestra capacidad de pensar con agilidad.
Un acontecimiento sin precedentes en la vida de la mayoría de los inversores, como el aluvión de aranceles de Trump, agrava nuestro miedo y estrés. "Nadie ha visto esto antes, así que nadie sabe cómo reaccionar", afirma Elizabeth Phelps, neurocientífica de la Universidad de Harvard que estudia las emociones y la toma de decisiones. Normalmente, los inversores pueden consultar datos del pasado para poner en perspectiva un mercado en caída y calmar sus miedos. Sin embargo, en casi un siglo no ha ocurrido nada parecido a la guerra comercial de Trump. "Esto significa", dice Phelps, que los inversores de hoy "no tienen una experiencia en la que confiar para tranquilizarse". Ese es el motivo por el que pensar con claridad ahora mismo es más difícil, pero también más importante que nunca.
Un acontecimiento sin precedentes en la vida de la mayoría de los inversores, como el aluvión de aranceles de Trump, agrava nuestro miedo y estrés
El primer paso es dejar de obsesionarte con el daño a tu cartera. En su lugar, Jonathan Treussard, de Treussard Capital Management, con sede en Newport Beach, California, sugiere imaginar una sencilla pirámide. La pirámide se divide en tres capas, cada una de las cuales representa una probabilidad diferente de arrepentimiento. En la capa inferior se encuentran las decisiones que puedes tomar ahora y de las que es muy poco probable que te arrepientas más adelante. La segunda capa consiste en acciones de las que podrías llegar a arrepentirte más adelante. La tercera está formada por decisiones drásticas que son difíciles, si no imposibles, de revertir, lo que las convierte en candidatas principales para un profundo arrepentimiento en el futuro.
En la capa inferior de la pirámide se encuentran medidas como ajustar el presupuesto familiar; gastar menos y ahorrar más te ayudará a capear una tormenta del mercado. También puedes estudiar la posibilidad de aprovechar las pérdidas fiscales. ¿Tienes acciones o fondos que de repente valen menos de lo que pagaste por ellos? Consulta con tu asesor fiscal para ver si puedes convertirlas en una pérdida fiscal. Al venderlas y destinar los ingresos a un fondo diversificado de bajo coste, puedes reducir tu factura fiscal, disminuir tu riesgo y mantener tu exposición a las acciones a los nuevos precios más baratos de hoy. En el segundo nivel, las medidas de las que algún día te arrepentirás, al menos un poco, implican decisiones algo más importantes. Considera la posibilidad de tomar tus dividendos de acciones o fondos en efectivo en lugar de reinvertirlos en más acciones; esa liquidez adicional puede darte un colchón psicológico contra nuevas pérdidas.
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Si la caída del S&P 500 te ha asustado, mueve algo de dinero a acciones internacionales o a bonos, en particular a valores del Tesoro protegidos contra la inflación, que siguen ofreciendo un valor decente a pesar de que sus precios han subido recientemente. También puedes reequilibrar, vendiendo parte de lo que haya subido y comprando más de lo que haya bajado. Solo después de haber agotado la base y la segunda capa de la pirámide, dice Treussard, deberías considerar la capa superior, que consiste en decisiones arriesgadas como deshacerte de todas tus acciones o apostar fuerte por un repunte. El poder de esta pirámide de decisiones es que, si te ciñes a las dos capas inferiores, no tienes que acertar sobre cómo se desarrollará en última instancia la guerra comercial de Trump.
Tomar primero las decisiones más fáciles significa minimizar tu arrepentimiento futuro. Como puedes tomar muchas medidas simples en las dos capas inferiores de la pirámide, sentirás menos necesidad de lidiar con las decisiones mucho más difíciles —y potencialmente dolorosas— en su vértice. En resumen, "podemos y debemos participar en el razonamiento extremo", dice Treussard. Pero "no debemos actuar de forma extrema". Sobre todo porque a partir de aquí puede pasar cualquier cosa. La confianza en el sistema de comercio mundial se ha hecho añicos y su reparación requerirá dolor y paciencia. Podría haber inflación, recesión o algo peor. Aunque también podrían materializarse sorpresas positivas.
Tomar primero las decisiones más fáciles significa minimizar tu arrepentimiento futuro
Si, en respuesta, revisas toda tu cartera, no solo estás actuando como si supieras lo que el mercado va a hacer a continuación, lo cual es casi imposible, también estarías actuando como si supieras lo que Donald Trump va a hacer más adelante, algo del todo inviable. Aunque nada es seguro a corto plazo, hay algunas cosas que tienen muchas probabilidades de suceder a largo plazo. "En última instancia, los costes de los aranceles se darán a conocer y se anularán", afirma Bryan Taylor, economista jefe de Finaeon, una empresa de investigación de Irvine (California) que recopila y analiza siglos de datos financieros. "Cuando miras al pasado", añade, "ves que, al final, los mercados se recuperan, porque con el tiempo la lógica prevalece".
Mark Higgins es asesor financiero en IFA Institutional y autor de Investing in U.S. Financial History, un libro que narra la historia de los mercados desde 1790 hasta la actualidad. "Piensas que los mercados actuales son una locura, y lo son", afirma. "Pero si pensaras como alguien con 230 años, todo esto sería mucho menos sorprendente". La mayoría de los inversores de hoy en día, dice, "se sorprenderían de hasta qué punto han sido un circo los mercados financieros de este país en el pasado". Higgins añade: "Todas las generaciones piensan que todo se vendrá abajo. Será doloroso, pero lo superaremos".
Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo
"Esta vez es diferente": tal y como le gustaba decir al gran inversor Sir John Templeton, esas son algunas de las palabras que más caras nos pueden salir en el mundo de la inversión.