Cómo preparar tu cartera para el próximo caos del mercado
Oro, bonos del Tesoro o efectivo. A la hora de elegir un activo seguro, es tan importante saber quién más lo tiene como tener en cuenta sus propiedades fundamentales
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¿Qué pasa si todo va mal? Las inversiones diseñadas para preservar tu patrimonio ante una caída del mercado de valores también pueden ayudarte a mantener la cordura, permitiéndote evitar deshacerte de tus acciones favoritas cuando los precios caen. Sin embargo, encontrar este seguro de mercado se ha vuelto más difícil, ya que los bonos del Tesoro y quizás incluso el dólar ya no ofrecen la protección que solían ofrecer. Con razón el oro ha subido tanto.
El problema de fondo es que gran parte del seguro que proporciona cualquier inversión depende de cómo reaccionen los demás. Un problema secundario que es particularmente importante para los bonos del Tesoro es la nueva era de sensibilidad a la inflación. La venta masiva desde que el S&P 500 alcanzó su punto máximo a mediados de febrero es ilustrativa de lo que se supone que debe suceder y lo que no. Los bonos del Tesoro hicieron lo que se supone que deben hacer y se beneficiaron a medida que las acciones caían. No fue así con el dólar, que cayó con las acciones. El oro tuvo ambos comportamientos, cayendo inicialmente a medida que se vendían las acciones y luego subiendo a gran velocidad.
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Naturalmente, los rendimientos de unas pocas semanas no tienen mucho peso. En su lugar, analizaré cómo ha cambiado la protección que ofrecen los bonos del Tesoro en los últimos años, antes de hablar del dólar y el oro: los bonos del Tesoro solían ser la inversión ideal, ya que proporcionaban lo que equivalía a un seguro gratuito contra las caídas de las cotizaciones bursátiles desde finales de la década de 1990 en adelante. Cuando los tiempos eran buenos, los rendimientos de los bonos disminuían, por lo que los precios subían, y cuando corrían malos tiempos, la Reserva Federal recortaba los tipos, por lo que los precios de los bonos subían aún más. En los pánicos del mercado, los operadores se amontonaban en torno a los bonos del Tesoro, por lo que los precios de los bonos subían. La guinda del pastel era que, en períodos cortos, los rendimientos de los bonos tendían a subir y bajar con los precios de las acciones, por lo que los bonos del Tesoro contribuían a que una cartera de acciones fuera menos volátil sin renunciar a una gran rentabilidad.
El paso de una época en la que los inversores podían ignorar la inflación a otra en la que la inflación es una presión constante ha cambiado el comportamiento de los bonos del Tesoro y las acciones. Los rendimientos de los bonos ya no suben y bajan de forma fiable con los precios de las acciones, porque los temores a la inflación pueden hacer subir los rendimientos y bajar las acciones al mismo tiempo. Como aprendieron en 2022, los inversores pueden perder dinero con sus bonos del Tesoro incluso cuando las acciones caen. Los rendimientos de los bonos del Tesoro no se mueven de manera fiable en sentido contrario a las acciones, como lo hicieron desde la década de 1970 hasta finales de la de 1990. Ahora ya no se puede confiar en que proporcionen la recompensa deseada cuando caen las acciones.
Los bonos del Tesoro solían ser la inversión ideal, ya que proporcionaban lo que equivalía a un seguro gratuito contra las caídas de las cotizaciones
Esto no quiere decir que los bonos del Tesoro sean inútiles. De nuevo ofrecen un rendimiento razonable, del 4,3 % a 10 años, y deberían comportarse bien en una situación de pánico, al menos sin una liquidación al estilo de 2020. Lo que ocurre es que ya no se puede esperar que proporcionen ni los rendimientos a largo plazo ni la protección gratuita de la cartera a corto plazo que antes los hacían tan atractivos. El dólar tiene un problema diferente, pero la causa principal es la misma: es demasiado popular. Los estadounidenses no suelen pensar en el dólar como una opción de inversión, ya que es simplemente su moneda. No obstante, es la opción por defecto y puede que ya no sea la correcta.
Durante mucho tiempo, el dólar ha brindado una forma extraordinaria de seguro apodada la "sonrisa del dólar" por Stephen Jen, ahora director ejecutivo de Eurizon SLJ Capital. En los buenos tiempos para la economía estadounidense, se fortalece a medida que el dinero fluye en busca de ganancias. En los malos tiempos para la economía de EEUU, también se refuerza, ya que el dinero fluye en busca de activos seguros de Estados Unidos. La primera parte de la fórmula ha funcionado muy bien últimamente, quizá demasiado bien. El dinero ha entrado en tal cantidad que, en enero, el dólar se situó frente a los principales socios comerciales, ajustado a la inflación, en su nivel más alto desde el Acuerdo del Plaza de 1985 para debilitar la moneda. Los inversores extranjeros eligieron los EEUU porque su economía estaba en plena efervescencia y su mercado albergaba las prometedoras acciones de las grandes tecnológicas y de inteligencia artificial.
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¿Seguirá llegando más dinero si hay una recesión? El peligro es que el comercio del "excepcionalismo estadounidense" se ha generalizado tanto, incluso antes de que la victoria del presidente Trump en noviembre le diera un impulso final, que si Estados Unidos tiene problemas, el dinero saldrá del país en lugar de buscar seguridad. Normalmente, cuando los inversores entran en pánico, repatrían gran parte del dinero que tienen en acciones, compensado por el dinero que va a la seguridad de los bonos del Tesoro. Ahora hay mucho más dinero extranjero en acciones estadounidenses y menos dinero estadounidense en el extranjero del que retirarse. Matt Smith, gestor de fondos de Ruffer, afirma: "El dinero extranjero ha entrado en masa y ha permitido que el dinero estadounidense se destine al gasto de los consumidores y al endeudamiento del gobierno". Cuando eso se invierta, al dólar le costará más sonreír.
Las declaraciones de algunos miembros del equipo de Trump sobre el uso de un supuesto "Acuerdo de Mar-a-Lago" para castigar a los extranjeros que posean dólares podrían disuadir también a quienes normalmente estarían interesados en comprar dólares. El oro ya se ha beneficiado mucho de todo esto. El precio ha subido un 50% en poco más de un año, ya que los inversores apuestan por una mayor compra por parte de los bancos centrales extranjeros preocupados por aparcar su dinero en dólares. Esto podría ser un problema. A diferencia de los bonos del Tesoro y el dólar, el oro debería tener un buen comportamiento en una nueva era de presión inflacionaria. Pero al igual que los bonos del Tesoro y el dólar, ya ha entrado mucho dinero. ¿Cómo le irá en un momento de pánico?
El peligro es que el comercio del "excepcionalismo estadounidense" se ha generalizado tanto que si EEUU tiene problemas, el dinero saldrá del país
El oro ganó una cantidad similar en los 12 meses anteriores a marzo de 2008, a medida que aumentaban los temores de problemas financieros. Sin embargo, cuando primero Bear Stearns y luego Lehman Brothers quebraron, los precios del oro se desplomaron de más de 1000 dólares la onza a poco más de 700 dólares, ya que los inversores vendieron para pagar deudas.
El efectivo es el activo más seguro a corto plazo y, por el momento, tiene un rendimiento decente, pero no aumenta de valor cuando los tiempos son malos, por lo que se trata más de acertar con el momento del mercado que de invertir a largo plazo. A la hora de elegir un activo seguro, es tan importante saber quién más lo posee como pensar en sus propiedades fundamentales. Si todos venden presas del pánico, te quedas con algo que vale mucho menos en caso de que necesites vender en un apuro. Aún me gustan los bonos del Tesoro y podría tener más efectivo de lo habitual, pero todas las opciones son mucho menos atractivas de lo que solían ser.
*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo
¿Qué pasa si todo va mal? Las inversiones diseñadas para preservar tu patrimonio ante una caída del mercado de valores también pueden ayudarte a mantener la cordura, permitiéndote evitar deshacerte de tus acciones favoritas cuando los precios caen. Sin embargo, encontrar este seguro de mercado se ha vuelto más difícil, ya que los bonos del Tesoro y quizás incluso el dólar ya no ofrecen la protección que solían ofrecer. Con razón el oro ha subido tanto.