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Bolsas y aranceles: la guerra comercial de Trump es como la caída del Muro de Berlín
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Bolsas y aranceles: la guerra comercial de Trump es como la caída del Muro de Berlín

El momento actual podría equipararse a la caída del Muro de Berlín en materia de política y economía mundial

Foto: Donald Trump durante un mitin en Montana, Estados Unidos. (Getty/Michael Ciaglo)
Donald Trump durante un mitin en Montana, Estados Unidos. (Getty/Michael Ciaglo)
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Visité Berlín Oriental poco después de que la dictadura comunista abriera la frontera y allí arranqué un trozo de hormigón grafiteado del muro que había dividido Europa durante toda mi vida. Todo había cambiado. La semana pasada, podría haber sido el comienzo de un cambio tan importante como el que se produjo en 1989, pero llegó sin las impactantes imágenes de multitudes atravesando puestos de control armados, mientras los inversores se esfuerzan por asimilar la nueva realidad.

Hay tres grandes cuestiones con las que los inversores deben lidiar, y ninguna tiene respuestas sencillas. La más importante es la reestructuración de las alianzas mundiales y sus implicaciones a largo plazo. La más inmediata es la reacción de la Reserva Federal a los aranceles. En medio están la desglobalización, la pérdida de confianza entre países y el aumento potencial de las barreras financieras.

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump. (EFE/EPA/Samuel Corum)

Empecemos por el corto plazo. Los aranceles sobre Canadá y México, junto con un 10% adicional sobre China, amenazan con aumentos de precios instantáneos y la interrupción de la producción en todo EE.UU. a medida que las empresas tratan de deshacer la integración de sus cadenas de suministro de América del Norte. Goldman Sachs, que esperaba que los aranceles se retrasaran de nuevo, predice que los aranceles a Canadá y México añadirán 0,6 puntos porcentuales a la inflación subyacente, excluyendo alimentos y energía, con un ligero extra por el arancel a China. Con el aumento de las expectativas de inflación de los consumidores, la Fed está inmersa en una difícil situación.

Tradicionalmente, los bancos centrales tratan de ignorar las perturbaciones de la oferta, como los aranceles, ya que los aumentos de precios resultantes son puntuales. Eso les permitiría recortar los tipos para tratar de apoyar la economía, lo que también reduciría el daño a las acciones. Pero si los consumidores y las empresas piensan que las subidas de precios se repetirán, a la Fed le preocupará que esas expectativas por sí solas puedan provocar más inflación y estará menos dispuesta a recortar los tipos. Por ahora, los inversores apuestan por que la Reserva Federal se centre más en la economía y recorte los tipos. La probabilidad de que se produzcan al menos cuatro recortes este año se ha disparado al 38% desde el 4% desde que el presidente Trump asumió el cargo el 20 de enero, según CME FedWatch. Pero, ¿estará la Fed realmente dispuesta a recortar aunque los aranceles empujen la inflación al alza?

A largo plazo, las nuevas alianzas mundiales amenazan el orden postsoviético. La decisión de Trump de ponerse del lado de Rusia y Corea del Norte contra Ucrania en las Naciones Unidas ha sentado un poderoso precedente, impulsado por el trato que recibió el presidente ucraniano en el Despacho Oval. Europa ha captado el mensaje, y los políticos se han alineado para advertir de que el continente necesita convertirse en una potencia militar por derecho propio y no puede seguir dependiendo de la OTAN. Los nuevos préstamos que debaten la Comisión Europea y Alemania podrían recaudar cientos de miles de millones de euros para gastos militares.

Foto: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. (EFE/ Jim Lo Scalzo)

Algunos de los amigos de Estados Unidos están tratando de convencerse de que el mandato de Trump solo durará cuatro años y de que el próximo presidente estará más dispuesto a cumplir las promesas que el país ha hecho. Pero incluso algunos atlantistas comprometidos, como el canciller alemán entrante Friedrich Merz, reconocen que, una vez rota esa confianza, no se podrá reconstruir rápidamente. Y esta semana esa confianza se ha roto.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo.

Visité Berlín Oriental poco después de que la dictadura comunista abriera la frontera y allí arranqué un trozo de hormigón grafiteado del muro que había dividido Europa durante toda mi vida. Todo había cambiado. La semana pasada, podría haber sido el comienzo de un cambio tan importante como el que se produjo en 1989, pero llegó sin las impactantes imágenes de multitudes atravesando puestos de control armados, mientras los inversores se esfuerzan por asimilar la nueva realidad.

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