Es noticia
Los inversores quieren 'hacer a Europa grande de nuevo'
  1. Mercados
  2. The Wall Street Journal
un nuevo futuro por delante

Los inversores quieren 'hacer a Europa grande de nuevo'

La amenaza de la pérdida del apoyo militar estadounidense está desencadenando un cambio bien recibido en la Unión Europea, pero también supondrá una difícil prueba

Foto: Sede de operaciones de Euronext. (Reuters/Christophe Petit Tesson)
Sede de operaciones de Euronext. (Reuters/Christophe Petit Tesson)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

La victoria electoral de Donald Trump se consideraba el canto del cisne para unos activos europeos que llevaban mucho tiempo en apuros. Los inversores apuestan ahora por lo contrario. La renta variable europea ha registrado un rendimiento inferior al de sus homólogos estadounidenses casi ininterrumpidamente desde 2008. En los últimos años, el auge de la inteligencia artificial ha beneficiado a los gigantes tecnológicos estadounidenses y chinos, la guerra de Ucrania ha incrementado masivamente los costes energéticos de Europa y el giro hacia los coches eléctricos ha dejado a la potente industria automovilística alemana por detrás de Tesla y la china BYD.

Para colmo, la nueva administración estadounidense ha amenazado con imponer aranceles a los productos europeos y ha apartado a los líderes de la Unión Europea de las negociaciones de paz con Rusia. En un discurso en Múnich, el vicepresidente JD Vance arremetió contra el bloque e instó a sus países miembros a confiar en su propio gasto militar.

Foto: El candidato de la CDU, Friedrich Merz. (EFE/EPA/Hannibal Hanschke) Opinión

Sin embargo, lejos de desplomarse, el Euro Stoxx 50 ha subido un 12% desde las elecciones, frente al 3,5% del S&P 500. Los fondos de renta variable centrados en Europa registraron en la tercera semana de febrero su mayor afluencia desde principios de 2022, según la firma de análisis EPFR. Parte de la explicación es que Europa es el lugar idóneo para diversificarse en acciones de "valor" ahora que las altísimas valoraciones de los "Siete Magníficos" de la tecnología han empezado a parecer exageradas. Según las previsiones de rentabilidad de los beneficios para los próximos 12 meses, la renta variable europea ofrece una prima del 6% sobre la deuda pública protegida contra la inflación. Es el doble que la renta variable estadounidense.

Además, los últimos índices de gestores de compras, aunque mediocres, sugieren que la recesión del sector industrial alemán podría terminar pronto, al menos en ausencia de un nuevo impacto de los aranceles. Los analistas de Wall Street esperan que los fabricantes de automóviles Volkswagen, BMW y el propietario de Chrysler, Stellantis, empiecen a registrar un crecimiento positivo de los beneficios por acción —la métrica históricamente mejor correlacionada con el precio de sus acciones— en la segunda mitad del año. No obstante, lo especial de este repunte europeo es que no parece reflejar simplemente un efecto rebote, sino una transformación más duradera. Es lo que Jordan Rochester, estratega de Mizuho, ha bautizado como la operación MEGA (Make Europe Great Again).

El Euro Stoxx 50 ha subido un 12% desde las elecciones estadounidenses, frente al 3,5% del S&P 500

El año pasado, el expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi presentó un informe en el que instaba a los responsables políticos a reducir la enorme burocracia que atasca el mercado interior del continente. Cada vez son más las voces que se unen a él. La semana pasada, por ejemplo, los bancos centrales de Alemania, Francia, Italia y España escribieron una carta pidiendo al Ejecutivo comunitario que suavizara las nuevas normas sobre capital bancario que entraron en vigor en enero. Un aspecto crucial de la reforma que estudia la UE es permitir a sus bancos aparcar más activos fuera de sus balances: los recientes obstáculos a las fusiones transfronterizas, como el intento de compra de Commerzbank por UniCredit, están en manos de las autoridades.

Prestamistas de la eurozona antaño asediados, como UniCredit y Banco Sabadell, se han revalorizado hasta cotizar por encima de su valor contable tangible, cuando hace un año estaban muy por debajo. A pesar del reciente repunte, los grandes bancos de inversión como Deutsche Bank y BNP Paribas mantienen mayores descuentos y podrían tener más recorrido, especialmente si se producen reformas bancarias significativas. Draghi también ha abogado por impulsar sectores clave como los vehículos eléctricos y los chips. Hace unos días, Bruselas aprobó una ayuda estatal alemana de 920 millones de euros, equivalentes a unos 960 millones de dólares, para ayudar a Infineon, el mayor fabricante de chips del país, a construir una nueva planta de semiconductores. Aunque tales inversiones deben ser de una magnitud mucho mayor, las normas fiscales de la UE suponen un gran impedimento.

Foto: Banderas de la UE y China durante una cumbre en 2016. (Reuters/Jason Lee)
TE PUEDE INTERESAR
El fin de Occidente: Trump abre las compuertas de Europa para Pekín
Javier Brandoli. Sudeste Asiático

Según Capital Economics, solo el coste de que los países de la OTAN de la eurozona aumentaran su gasto en defensa al 3% del producto interior bruto supondría aproximadamente el 1% de la producción del bloque. Para que esto ocurra, es posible que los responsables políticos europeos tengan que crear cláusulas de escape en las normas que vinculan a cada país, o bien permitir un endeudamiento adicional a nivel de la UE. Sin embargo, como demuestran precedentes como el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial y la era de Ronald Reagan, no es raro que los cambios económicos comiencen con compras militares masivas, y la necesidad de compensar una retirada de EEUU podría sentar un precedente útil para el gasto europeo en otros ámbitos.

De hecho, el esfuerzo en defensa ya está obligando a los gobiernos a diseñar una estrategia industrial, porque los contratistas militares europeos solo suministraron el 22% de las necesidades de defensa del bloque entre mediados de 2022 y mediados de 2023, frente al objetivo del 50% para 2030. El fondo especial alemán de 100.000 millones de euros lanzado tras la invasión rusa de Ucrania, por ejemplo, sirvió sobre todo para comprar los cazas F-35 de Lockheed Martin.

No es raro que los cambios económicos comiencen con compras militares masivas

A corto plazo, el gasto adicional se centrará en necesidades inmediatas como municiones y misiles. Sin embargo, la UE también tendrá que alinear poco a poco los planes de desarrollo y adquisición de aviones, barcos y tanques de los distintos gobiernos, y fomentar la consolidación y colaboración entre empresas. Esto es propicio para las acciones de empresas como Leonardo, Thales, Safran y Rheinmetall, que van viento en popa en lo que va de 2025.

La cuestión crucial para los mercados es si Alemania —la nación que hasta ahora ha obstaculizado el gasto fiscal nacional y en todo el continente, así como la autonomía estratégica de la UE— también cambiará de rumbo. El lunes, al día siguiente de ganar las elecciones generales, el líder de centro-derecha y atlantista de toda la vida Friedrich Merz abogó públicamente por la independencia en materia de seguridad respecto a Estados Unidos. La crisis del euro y las secuelas de la pandemia ya demostraron que Europa es capaz de reaccionar cuando debe salir del abismo. Lo que los inversores deben tener en cuenta es que después siempre parece seguir tambaleándose al borde del mismo.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo

La victoria electoral de Donald Trump se consideraba el canto del cisne para unos activos europeos que llevaban mucho tiempo en apuros. Los inversores apuestan ahora por lo contrario. La renta variable europea ha registrado un rendimiento inferior al de sus homólogos estadounidenses casi ininterrumpidamente desde 2008. En los últimos años, el auge de la inteligencia artificial ha beneficiado a los gigantes tecnológicos estadounidenses y chinos, la guerra de Ucrania ha incrementado masivamente los costes energéticos de Europa y el giro hacia los coches eléctricos ha dejado a la potente industria automovilística alemana por detrás de Tesla y la china BYD.

Consejo de Europa Wall Street Journal Wall Street
El redactor recomienda