Cambia el paradigma de la guerra de la IA: la victoria no será para el que tiene más chips
Una mayor competitividad en el campo de la IA pondrá difícil a las grandes tecnológicas generar los márgenes de beneficio tipo oligopolio que esperan los inversores
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Cualquier cosa ligeramente relacionada con la inteligencia artificial se hizo añicos el lunes después de que los inversores se pasaran el fin de semana buscando desesperadamente en Google qué era DeepSeek-R1, el modelo chino de IA de bajo coste que salió a la luz la semana pasada.
El nuevo modelo de IA generativa, cuyo rendimiento se calcula en comparación con el modelo más reciente de OpenAI, asestó un duro golpe a dos de las creencias que han llegado a dominar la inversión en los dos últimos años. En primer lugar, que la IA necesita grandes cantidades de nuevas infraestructuras, energía y microchips, principalmente de Nvidia. Y en segundo lugar, que los ganadores de la IA serán las empresas tecnológicas estadounidenses dominantes.
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El desplome de la IA del lunes estuvo protagonizado por la primera de estas cuestiones, los chips que apoyaron el desarrollo de la IA, no por los propios desarrolladores de estos sofisticados sistemas. Las acciones de Nvidia cayeron un 17%, perdiendo más de medio billón de dólares de valor, los valores de energía nuclear Constellation Energy, Vistra, Oklo y NuScale Power cayeron entre un 21% y un 28%, y el proveedor de centros de datos Vertiv Holdings bajó un 30%. "Esto es un síntoma de una mayor oferta de IA que llega en un momento en el que la IA todavía está buscando un problema que resolver", afirma Robert Almeida, estratega de inversión global de MFS Investment Management. Los inversores deberían hacerse algunas preguntas.
¿Hasta qué punto la caída se debió al análisis fundamental y hasta qué punto al sentimiento de los inversores? Los movimientos de los precios parecen indicar que los inversores se han centrado en las cuestiones fundamentales de cómo el enfoque de DeepSeek conducirá a un menor consumo de energía y a una menor demanda de chips y centros de datos. Sin embargo, es difícil creer que los precios hayan subido tanto solo porque los inversores inteligentes han introducido estimaciones de crecimiento en sus hojas de cálculo y han valorado los flujos de caja resultantes. Mucho de lo que está ocurriendo es similar a cuando los inversores descubrieron internet. Se han dado cuenta de que la IA es algo de gran relevancia, pero aún no saben exactamente cómo o cuándo generará beneficios.
Las acciones de Nvidia cayeron un 17%, perdiendo más de medio billón de dólares de valor
En un mercado impulsado por el sentimiento, es aún más difícil saber qué pasará después. A mediados de diciembre me parecía que el mercado estaba demasiado hinchado, ya que los precios parecían demasiado alejados de la realidad. El problema es que el sentimiento es difícil de predecir: los inversores siempre pueden entusiasmarse aún más con algo, pero cuanto más entusiasmados están, más vulnerables son a un revés, hoy por hoy representado por DeepSeek. ¿Y las empresas de IA? ¿Qué posibilidades tienen OpenAI (respaldada por Microsoft), Anthropic (respaldada por Alphabet y Amazon), xAI (de Elon Musk) y todas las demás de ganar dinero cuando se enfrentan a un competidor de bajo coste? Después de todo, DeepSeek, al igual que Llama de Meta, se puede descargar y modificar gratuitamente.
El lunes, esta no era la principal de las preocupaciones, con Microsoft perdiendo un 2,1%, Alphabet un 4,2% y Amazon ligeramente al alza. Tienen grandes negocios rentables que están utilizando para financiar el desarrollo de la IA, y también podrán utilizar las técnicas que DeepSeek ha compartido para reducir sus propios costes. Pero acaban de perder una de las mayores barreras de entrada. Si el brazo tecnológico de un fondo de cobertura chino puede producir un nuevo modelo de IA por unos pocos millones de dólares, quizá otros puedan hacer lo mismo. Una mayor rivalidad dificultará que las grandes tecnológicas obtengan los márgenes de beneficio de oligopolio que esperan los inversores. Si las empresas no pueden obtener grandes beneficios, será aún más difícil justificar sus elevadas valoraciones. Estas valoraciones, recordemos, se basan en la suposición de que las herramientas de IA se utilizarán ampliamente y serán muy rentables, pero incluso los expertos tienen pocas explicaciones sobre cómo funcionará el modelo de negocio. También será más difícil explicar por qué están invirtiendo tanto dinero en centros de datos de IA.
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¿Se trata de otro bache en el camino? Mientras se formaba la burbuja de las puntocom en 1999-2000, se produjeron grandes correcciones de precios, pero no hicieron más que atraer a personas que se habían quedado fuera para que entraran y compraran lo que pensaban que eran gangas. El 4 de enero del 2000, el índice Nasdaq-100 cayó un 6,5%, el doble que el lunes, pero la burbuja tecnológica no estalló hasta marzo. Incluso entonces, el S&P 500 se recuperó casi por completo en septiembre, cuando comenzó una brutal venta masiva. ¿Cuál será el impacto económico? Incluso las correcciones de mercado más importantes suelen tener poco o ningún efecto sobre el crecimiento. Esta vez, sin embargo, podría estar en marcha un cambio de rumbo del mercado que afectaría a la actividad sobre el terreno, no solo a Wall Street.
Los inversores llevan un año animando a las empresas a invertir en la construcción de nuevos centros de datos, centrales eléctricas y todo lo relacionado con la red de suministro eléctrico. Las caídas de precios del lunes sugieren un menor apetito por las inversiones en el mundo real y podrían persuadir a las empresas a invertir menos en esos proyectos. Esa podría ser parte de la razón por la que los rendimientos del Tesoro a 10 años cayeron tanto el lunes, aunque también fue una huida hacia lo seguro por parte de los inversores.
Incluso las correcciones de mercado más importantes suelen tener poco o ningún efecto sobre el crecimiento
¿Recordarán ahora los inversores las ventajas de diversificar sus inversiones? A principios de año, los diez valores más grandes del S&P 500 representaban el 37% del índice, y solo uno, Berkshire Hathaway, estaba fuera de las grandes tecnológicas. El objetivo de comprar el S&P u otros grandes índices de mercado es obtener exposición a una serie de valores con comisiones bajas, pero la concentración creada por el mero tamaño de los gigantes del mercado significa que el mercado ofrece menos diversificación del riesgo que en cualquier otro momento desde que se inventaron los fondos indexados.
El lunes se puso de manifiesto el problema: los Siete Magníficos, Apple, Alphabet, Amazon, Meta, Microsoft, Nvidia y Tesla bajaron más de un 3%, ponderados por valor de mercado. Sin embargo, el resto del S&P 500 solo bajó un 0,4% sobre la misma base, mientras que el valor medio se mantuvo sin cambios. La diversificación implica un rendimiento inferior cuando los grandes crecen, pero ofrece protección cuando los inversores se entusiasman demasiado con una idea y llevan los precios demasiado lejos, como parece haber ocurrido con la IA.
*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo.
Cualquier cosa ligeramente relacionada con la inteligencia artificial se hizo añicos el lunes después de que los inversores se pasaran el fin de semana buscando desesperadamente en Google qué era DeepSeek-R1, el modelo chino de IA de bajo coste que salió a la luz la semana pasada.