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El economista jefe de Trump justifica aranceles del 50%... pero eso no es lo que más debería preocuparte
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El economista jefe de Trump justifica aranceles del 50%... pero eso no es lo que más debería preocuparte

Stephen Miran, propuesto como asesor de Trump, ha sugerido que unos aranceles más altos podrían ser el precio a pagar de los aliados a cambio del paraguas defensivo de EEUU

Foto: Foto de archivo de exportaciones en Los Ángeles. (Getty)
Foto de archivo de exportaciones en Los Ángeles. (Getty)
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Para servir como asesor económico de Donald Trump, ayuda compartir su creencia de que los aranceles hacen más rico a Estados Unidos. No hay muchos economistas que cumplan ese criterio. Stephen Miran es precisamente uno de ellos. Miran, elegido por el presidente electo para presidir su Consejo de Asesores Económicos (CEA, por sus siglas en inglés), ha escrito que Estados Unidos podría salir mejor parado con aranceles medios de alrededor del 20% y de hasta el 50%, frente al 2% actual.

Merece la pena estudiar las opiniones de Miran, y no solo porque vaya a asesorar a Trump. Ha descrito los aranceles como una herramienta. La intervención internacional para debilitar el dólar sería otra, que permitiría abordar una tensión global de raíces profundas: el apoyo económico y militar de Estados Unidos a otros países ha contribuido a un dólar sobrevalorado, un amplio déficit comercial y una base industrial vaciada. "Los aranceles generalizados y el abandono de la política del dólar fuerte pueden tener algunas de las ramificaciones más amplias de cualquier política en décadas, remodelando fundamentalmente el comercio mundial y los sistemas financieros", escribió Miran en un informe de noviembre para Hudson Bay Capital, donde es estratega sénior.

Foto: El presidente electo de EEUU, Donald Trump. (Reuters/Carlos Barria)

Miran escribió el informe A User's Guide to Restructuring the Global Trading System antes de ser nombrado a finales de diciembre como la elección de Trump para presidir la CEA, el "think tank" económico interno de la Casa Blanca. El informe, escribió Miran, reflejaba sus puntos de vista, no los de Trump, y está pensado no como apoyo a ciertas políticas, sino para "comprender la gama de posibles medidas que podrían aplicarse". Miran, de 41 años, se doctoró en Economía por la Universidad de Harvard en 2010 y desde entonces ha trabajado en los mercados financieros y es miembro del conservador Manhattan Institute.

Aunque novedosos, sus argumentos —incluidos los aranceles— se basan en la economía ortodoxa. Miran no es un opositor que asume que "todos los académicos deben estar equivocados", afirma David Cutler, un economista de Harvard que trabajó en la administración Clinton y fue uno de los directores del doctorado de Miran. Se "guía por la teoría y las pruebas". Eso no significa que sus propuestas vayan a funcionar, y es que su informe reconoce un alto riesgo de que no lo hagan: "Hay un camino a través del cual estas políticas pueden aplicarse sin consecuencias adversas materiales, pero es complicado".

Aunque novedosos, sus argumentos —incluidos los aranceles— se basan en la economía ortodoxa

Los economistas coinciden en que el comercio permite a un país consumir y producir más, y los aranceles lo dejan en una peor situación. Sin embargo, en las décadas posteriores a que Adam Smith defendiera definitivamente el libre comercio en 1776, los economistas identificaron las condiciones en las que un país podría estar mejor imponiendo un arancel. Supongamos que un importador es un monopsonista (un comprador lo bastante dominante como para influir en el precio que paga, igual que un monopolista influye en el precio al que vende). Se podría imponer un arancel de 10 dólares a un objeto importado, y su precio, en lugar de subir 10 dólares, se mantendría igual porque el exportador bajaría su propio precio en 10 dólares para evitar perder cuota de mercado.

Los consumidores salen indemnes. Aunque paguen un poco más, los ingresos arancelarios lo compensan con creces. El tipo que maximiza este beneficio neto se denomina "arancel óptimo". Miran cita investigaciones de Arnaud Costinot, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, y Andrés Rodríguez-Clare, de la Universidad de California en Berkeley, según las cuales un arancel de alrededor del 20% es óptimo, y uno de hasta el 50% aún podría dejar a Estados Unidos en mejor posición. Esto representa un argumento a favor de aranceles más altos como un objetivo en sí mismo, en contraste con la defensa de algunos aliados de Trump de los aranceles como una táctica de negociación.

Foto: El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, aparece en una tableta en un restaurante de Shanghái, China. (EFE/EPA/Alex Plavevski)

Una política arancelaria óptima es explícitamente "empobrecer al vecino": un país solo se beneficia perjudicando a otro. Desde la Segunda Guerra Mundial, mientras el mundo perseguía reducciones arancelarias recíprocas, "es difícil encontrar ejemplos reales de países que estuvieran motivados para perseguirlo de manera sistemática y deliberada", afirma Doug Irwin, historiador del comercio en Dartmouth College. La teoría de los aranceles óptimos tiene algunos inconvenientes en el mundo real. En primer lugar, no parece corroborada por los aranceles de Trump a China. En una entrevista, Costinot señaló que diversos estudios indicaron que los aranceles se transfirieron en su mayoría a los importadores estadounidenses (el informe de Miran cuestiona esos estudios).

Si otros países toman represalias, como lo hicieron China, la Unión Europea, México y Canadá en 2018, el arancel ya no es óptimo: ambas partes pierden. "Los aranceles de represalia de otras naciones pueden anular los beneficios en bienestar de los aranceles para Estados Unidos", reconoce Miran. Para disuadir las represalias, argumenta que la administración Trump podría "declarar que las obligaciones conjuntas de defensa y el paraguas de defensa estadounidense serían menos vinculantes o fiables para las naciones que implementen aranceles de represalia". En otras palabras, Estados Unidos podría no defender a Japón, Corea del Sur o a un miembro de la OTAN que adoptara medidas de respuesta.

Si otros países toman represalias, como lo hicieron China, la UE, México y Canadá en 2018, el arancel ya no es óptimo: ambas partes pierden

Hay otro problema: los aranceles solo dejan a Estados Unidos en mejor lugar si los precios de las importaciones apenas suben. Pero en ese caso, los consumidores no tienen ningún incentivo para pasar de los productos importados a los nacionales, lo que anula el objetivo de Trump de impulsar la fabricación estadounidense. Además, los aranceles podrían no reducir el déficit comercial porque el dólar sube en respuesta, lo que hace que las importaciones sean más baratas y las exportaciones menos competitivas.

Como alternativa a los aranceles, Miran señala que Estados Unidos podría debilitar el dólar a través de un "Acuerdo Mar-a-Lago", siguiendo el modelo del Acuerdo Plaza de 1985, en el que Estados Unidos y sus aliados actuaron conjuntamente para hundir el dólar. "Tras una serie de aranceles punitivos, socios comerciales como Europa y China se muestran más receptivos a algún tipo de acuerdo monetario a cambio de una reducción de los aranceles", escribió. Por otro lado, Estados Unidos también podría imponer una tasa a los compradores de deuda del Tesoro.

Foto: Imagen: L. M.
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Si esto provoca la venta de bonos a largo plazo, la Reserva Federal podría tener que comprarlos para limitar la presión al alza sobre los tipos de interés a largo plazo, indicó Miran. Es más probable que la Fed coopere con el Tesoro en intervenciones monetarias y de bonos a cambio de independencia en política monetaria, escribió. Trump ha exigido más voz en la política monetaria mientras que Miran ha propuesto en otros foros que el presidente y los gobernadores estatales tengan más control sobre la gobernanza de la Fed.

Una de las principales preguntas es si la amenaza de retirar el paraguas de defensa a los países que no cooperen sería efectiva. Estados Unidos no tiene ninguna alianza de defensa con México, Vietnam o China, que representan la mitad del déficit comercial estadounidense. El martes, Trump no descartó recurrir a la fuerza militar para despojar a Groenlandia de Dinamarca, y que se valdría de la "fuerza económica" para anexionarse Canadá. Ambos son miembros de la OTAN. Los aliados pueden deducir de las repetidas amenazas de Trump contra ellos que la garantía de defensa de Estados Unidos ya no existe. Rusia y China pueden sacar la misma conclusión, y aprovechar la oportunidad para aumentar la agresión contra sus vecinos. El propio Miran reconoció sin rodeos "consecuencias... potencialmente volátiles".

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo

Para servir como asesor económico de Donald Trump, ayuda compartir su creencia de que los aranceles hacen más rico a Estados Unidos. No hay muchos economistas que cumplan ese criterio. Stephen Miran es precisamente uno de ellos. Miran, elegido por el presidente electo para presidir su Consejo de Asesores Económicos (CEA, por sus siglas en inglés), ha escrito que Estados Unidos podría salir mejor parado con aranceles medios de alrededor del 20% y de hasta el 50%, frente al 2% actual.

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