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Estados Unidos necesita un milagro de productividad, y podría acabar consiguiéndolo
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Estados Unidos necesita un milagro de productividad, y podría acabar consiguiéndolo

El aumento de la productividad es la clave para una mejor economía y déficit presupuestario

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Fabrica de automóviles
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Estados Unidos podría estar en la cúspide de un auge de la productividad, similar al que desencadenó internet en la década de 1990. Las perspectivas de la deuda nacional y de muchos otros asuntos dependen de ello.

Los economistas consideran que la productividad de los trabajadores es uno de los motores más importantes de los resultados económicos a largo plazo. En esencia, no es más que la producción total de la economía dividida por el número de horas trabajadas, con la ayuda de inversiones en tecnología y capital. Cuando la productividad está en auge, permite que la economía crezca más rápidamente sin provocar inflación. Esto repercute positivamente en todo tipo de factores, incluida la salud fiscal del gobierno federal. Las fluctuaciones trimestrales de la productividad pueden ser notoriamente volátiles. La pandemia hizo casi imposible interpretar los datos, ya que tanto la producción total como las horas trabajadas oscilaron de forma violenta. Sin embargo, recientemente se ha observado una clara y alentadora tendencia al alza.

Foto: Una fábrica de coches en una imagen de archivo. (Reuters/Albert Gea) Opinión

Las estimaciones preliminares de la Oficina de Estadísticas Laborales muestran que la productividad laboral total del sector empresarial no agrícola aumentó un 2% respecto al año anterior en el tercer trimestre, el quinto trimestre consecutivo de crecimiento igual o superior al 2%. Esto es muy significativo, ya que la tasa media de crecimiento en los cinco años anteriores a la pandemia fue del 1,6%.

Jeff Schulze, responsable de estrategia económica y de mercado de ClearBridge Investments, sostiene que este salto de la productividad se debe a algunas características únicas del mercado laboral posterior a la pandemia. La gente ha cambiado de trabajo, de ubicación e incluso de sector a un ritmo acelerado, lo que significa que los trabajadores están ahora mejor adaptados a sus funciones, dijo en una entrevista. Además, la "extrema rigidez del mercado laboral" del periodo pospandémico llevó a las empresas a aumentar la inversión en tecnologías que ahorran tiempo y mano de obra.

Este salto de la productividad se debe a algunas características únicas del mercado laboral posterior a la pandemia

"Creo que los trabajadores están mucho mejor adaptados a sus puestos de trabajo hoy en día, y lo que está sucediendo es que, ahora que lo están y han desempeñado sus funciones durante un par de años, estamos viendo un aumento de la productividad que va a continuar durante los próximos dos años. Y todo ello incluso antes de que las inversiones en inteligencia artificial den sus frutos", afirma Schulze. "Cuando se mira al futuro teniendo en cuenta toda esta inversión en inteligencia artificial, no es difícil entusiasmarse con la idea de un auge de la productividad que nos lleve al 2,5% o incluso al 3%", añadió.

Para ver la gran diferencia que podría suponer una productividad más acelerada si se mantiene, consideremos las previsiones de deuda a largo plazo de la Oficina Presupuestaria del Congreso, o CBO, por sus siglas en inglés. Estas se basan en estimaciones de la productividad total de los factores, una medida algo más abstracta que tiene en cuenta la productividad tanto del trabajo como del capital. Pero los impulsores fundamentales y la dirección son similares a la productividad de la mano de obra. En su hipótesis de base de un documento de mayo de 2024, la CBO considera que la deuda pública federal pasará del 99% del producto interior bruto en 2024 al 116% en 2034. Esto supone un crecimiento de la productividad total de los factores de solo el 1,1% anual. Aumentar este crecimiento estimado de la productividad en medio punto porcentual significaría que el ratio deuda/PIB alcanzaría un mucho más manejable 108% del PIB en 2034.

Foto: Un hombre trabaja en una fábrica. (Europa Press)

Los optimistas sostienen que Estados Unidos podría hacerlo mucho mejor. El estratega Ed Yardeni, de Yardeni Research, es partidario de un panorama de "locos años 20", según el cual prevé un rápido crecimiento en esta década, impulsado en parte por un auge de la productividad de la IA. Debido a la volatilidad de los datos de productividad, prefiere fijarse en una media móvil de cinco años de crecimiento de la productividad laboral, que alcanzó un ritmo anualizado del 1,9% en el tercer trimestre de 2024, desde un mínimo de solo el 0,6% en el cuarto trimestre de 2015. Yardeni cree que podría alcanzar el 3,5% en la segunda mitad de esta década. "Puede sonar delirante, pero los anteriores auges de productividad de finales de los 50, los 60 y finales de los 90 alcanzaron picos de entre el 3,5% y el 4%", afirma.

Según Yardeni, cada uno de estos auges tuvo sus propios impulsores: la construcción de autopistas interestatales y la rápida suburbanización de los años 50, los ordenadores centrales y los motores a reacción de los años 60 y, por supuesto, los ordenadores personales e internet en los 90. Como ponen de manifiesto estos ejemplos, las inversiones de los sectores público y privado pueden impulsar el aumento de la productividad. Bajo la administración de Biden, el optimista argumento de un auge de la productividad se basó en parte en el gasto fiscal del gobierno federal, que fue diseñado para fomentar o "atraer" la inversión privada en prioridades como la producción nacional de chips, la energía limpia y los vehículos eléctricos, según Jason Draho, jefe de asignación de activos para las Américas de UBS Global Wealth Management y otro defensor de los "locos años 20". Él es menos optimista en cuanto a que los impuestos de sociedades más bajos bajo la segunda administración Trump tengan un impacto tan positivo en la inversión, señalando que gran parte de la ronda anterior de recortes de impuestos empresariales se gastó en recompras de acciones y dividendos en su lugar.

"Los anteriores auges de productividad de finales de los 50, los 60 y finales de los 90 alcanzaron picos de entre el 3,5% y el 4%"

Pero otros ven formas en que la política fiscal puede seguir fomentando la inversión en tecnología que mejore la productividad. Schulze, de ClearBridge, apunta a la amortización total de las inversiones en equipos, una disposición de los recortes fiscales de 2017 que comenzó a eliminarse gradualmente en 2023, pero que podría renovarse como parte de un nuevo paquete fiscal. Por su parte, Yardeni asegura que empezó a hablar de un escenario de "locos años 20" en 2019, y que nunca se basó en suposiciones sobre política. "Lo que he aprendido a lo largo de los años es a respetar lo bien que le va a la economía a pesar de Washington", indica.

Para aquellos que esperan que la economía estadounidense pueda mantener su crecimiento y resistencia, pase lo que pase en la capital del país, el crecimiento de la productividad tiene la clave. Las lecturas trimestrales de productividad, por volátiles que sean, serán uno de los indicadores más importantes que habrá que vigilar en los próximos años.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo

Estados Unidos podría estar en la cúspide de un auge de la productividad, similar al que desencadenó internet en la década de 1990. Las perspectivas de la deuda nacional y de muchos otros asuntos dependen de ello.

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