EEUU se prepara para aumentar sus exportaciones de gas a Europa con la llegada de Trump
Los perforadores esperan nuevos centros de exportación y regulaciones más laxas bajo la próxima presidencia de Trump
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Toby Rice, director de uno de los mayores productores de gas natural de Estados Unidos, afirma que el mantra "Drill, Baby, Drill" (perforar, perforar y perforar) que resurgió durante la campaña presidencial ha pasado de moda. Ahora se trata de "Build, Baby, Build" (construir, construir y construir). Los inversores en gas natural confían en el crecimiento potencial tras un año en el que los precios históricamente bajos redujeron los beneficios y los planes de perforación. Al mismo tiempo, el gobierno de Biden puso en duda las ventajas de hacer aún más grande la máquina de exportación de gas natural licuado de Estados Unidos, la mayor del mundo.
A medida que los activistas climáticos han ido advirtiendo sobre las emisiones que calientan el planeta, el presidente Biden ha reforzado las normas medioambientales y ha destinado sumas sin precedentes a las energías limpias, sin mencionar casi nunca la producción récord de petróleo y gas. Ahora, con el presidente electo Donald Trump a punto de asumir el cargo, la preocupación por el clima ha ganado relevancia, ya que está previsto que entren en funcionamiento nuevos centros de GNL.
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La Casa Blanca en ciernes ha prometido acelerar la infraestructura futura que podría ayudar a las empresas de gas a canalizar el combustible a nuevos compradores en el país o en el extranjero, promoviendo potencialmente otra era de desarrollo. "La fuerza política ha superado a las fuerzas del mercado", afirma Rice, director ejecutivo de EQT, con sede en Pittsburgh, que produce grandes cantidades de gas en el Marcellus Shale, que se extiende por los Apalaches. "Dejemos que actúen las fuerzas del mercado".
El mercado estadounidense del gas natural se ha visto limitado en los últimos años por la oposición pública a los nuevos gasoductos y por un arduo proceso de concesión de permisos que Washington ha intentado revisar sin éxito. Rice, que hace poco visitó el Capitolio para hablar del gas natural, sostiene que este Congreso podría ser diferente. Sin embargo, Wall Street apuesta a que los cambios más inmediatos con Trump se traducirán en mejores perspectivas para las futuras instalaciones de GNL, donde buques cisterna del tamaño de rascacielos se cargarán de suministros superenfriados de camino a centrales eléctricas y fábricas en el extranjero. Estados Unidos, que ya es el mayor exportador de GNL del mundo, está a punto de estrenar proyectos que se espera que empiecen a enviar gas a buen ritmo el año que viene, y hay más programados para 2028. Trump se ha comprometido a apoyar proyectos adicionales más allá de esa fecha.
La Casa Blanca en ciernes ha prometido acelerar la futura infraestructura que podría ayudar a las empresas de gas a canalizar el combustible
El Departamento de Energía de Biden advirtió este mes de que "las exportaciones sin restricciones" aumentarían las emisiones globales, incrementarían la volatilidad del mercado y elevarían los precios nacionales al por mayor en un 31% para 2050. Pero otros analistas, al igual que Rice, cuestionan el impacto final en los costes de los hogares. "Cuando se dice que los precios están subiendo, es porque hemos tenido unos precios del gas natural históricamente bajos", señala Rice, cuya empresa fue una de las que frenaron la perforación en respuesta a la caída de los precios en los dos últimos años.
Para un sector con un largo historial de perforaciones excesivas que han provocado dolorosas crisis, la amenaza a largo plazo podría ser la construcción de demasiadas instalaciones de exportación ante un posible exceso de oferta mundial. La Secretaria de Energía, Jennifer Granholm, advirtió en una declaración sobre el informe de su agencia que los proyectos "ya aprobados serán más que suficientes para satisfacer la demanda mundial de GNL estadounidense durante las próximas décadas".
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Rice no se lo cree. En su opinión, el GNL estadounidense es idóneo para sustituir al gas ruso que Europa sigue importando. Lo mismo ocurre con las cantidades récord de carbón que aún se queman para alimentar a China, India y el resto del mundo. "Las emisiones mundiales siguen aumentando vertiginosamente", explica Rice, que añade que sus recientes reuniones en Washington sugieren una evolución en la forma de pensar sobre la energía. "La gente está reevaluando cómo hemos llegado hasta aquí, y la conclusión a la que van a llegar es que necesitamos construir más de todo".
*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo
Toby Rice, director de uno de los mayores productores de gas natural de Estados Unidos, afirma que el mantra "Drill, Baby, Drill" (perforar, perforar y perforar) que resurgió durante la campaña presidencial ha pasado de moda. Ahora se trata de "Build, Baby, Build" (construir, construir y construir). Los inversores en gas natural confían en el crecimiento potencial tras un año en el que los precios históricamente bajos redujeron los beneficios y los planes de perforación. Al mismo tiempo, el gobierno de Biden puso en duda las ventajas de hacer aún más grande la máquina de exportación de gas natural licuado de Estados Unidos, la mayor del mundo.