¿Tambores de década perdida en bolsa? Una razón para no vender justo ahora
Como señala Deutsche Bank, la rentabilidad del mercado bursátil en los últimos 25 años no ha sido tan buena
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Últimamente, las acciones han tenido una racha tan espectacular que es fácil olvidar que no siempre ha sido así. El martes, un equipo de estrategas de Deutsche Bank ofreció una dosis de perspectiva a sus clientes al publicar un informe que analiza la evolución de la economía y los mercados mundiales en los últimos 25 años.
El cuarto de siglo que comenzó en el año 2000 ha coincidido con una acumulación masiva de deuda mundial, junto con un deterioro de las tendencias demográficas en todo el mundo desarrollado y también en partes del mundo emergente. La progresiva expansión de la globalización parece haberse encontrado con un obstáculo, ya que el crecimiento del comercio mundial como porcentaje del PIB mundial parece haberse estancado.
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Si retrocediéramos 25 años en el tiempo, muchos de estos acontecimientos podrían parecer sorprendentes. Por ejemplo, en el año 2000, la Oficina Presupuestaria del Congreso de EE. UU. había previsto que el gobierno federal podría saldar toda su deuda pendiente en 2013, como señaló el equipo de Deutsche Bank. Pero poco después, la relación deuda/PIB de EE. UU. comenzó un avance implacable, superando recientemente el 100% por primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Igualmente sorprendente para los inversores contemporáneos podría ser el análisis de Deutsche Bank sobre la evolución de las acciones desde el 31 de diciembre de 1999. La trayectoria del S&P 500 en ese periodo sigue marcada por la caída de las puntocom, la crisis financiera de 2008 y el shock inflacionario de 2022 tras la crisis del COVID-19. Debido a estos periodos convulsos, el último cuarto de siglo ha sido el segundo periodo de menor rentabilidad anual compuesta de los nueve que se remontan a 1800, según Deutsche Bank. ¿Cuál fue el único intervalo en el que las acciones obtuvieron peores resultados? Los 25 años transcurridos entre los albores del siglo XX y 1924.
En el año 2000, la Oficina Presupuestaria del Congreso de EEUU había previsto que el gobierno podría pagar toda su deuda pendiente en 2013
Esto debería ser una útil comprobación de la realidad para los inversores, y una lección para los que en Wall Street anuncian una "década perdida". Recientemente, estrategas de Goldman Sachs y Vanguard han advertido de que la rentabilidad anual de las acciones en los próximos años podría situarse en la parte baja del rango de entre el 1% y el 9%. "Así pues, aunque varios mercados alcistas de renta variable en el periodo comprendido entre 2000 y 2024 [cuarto de siglo] han hecho que esta clase de activos parezca indestructible en ocasiones, la realidad es que las múltiples ventas y crisis han dejado los rendimientos de todo el periodo relativamente modestos en comparación con los datos históricos", afirma Jim Reid, responsable de economía global e investigación temática de Deutsche Bank, cuyo equipo elaboró el informe.
A las acciones no solo les ha ido mal en términos absolutos. También han sufrido en relación con otras clases de activos, sobre todo con el oro. En realidad, a los inversores les habría ido mejor si hubieran invertido todo su dinero en este metal en diciembre de 1999 y lo hubieran mantenido allí. Desde entonces, el S&P 500 ha registrado una rentabilidad real anual compuesta del 4,9%, frente al 6,8% del oro. Se trata de un caso único entre los nueve periodos de un cuarto de siglo examinados por Deutsche Bank.
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El oro también tiene una ligera ventaja sobre las acciones en 2024. El SPDR Gold Shares ETF ha subido un 25,6% este año hasta la fecha del martes, superando por poco una ganancia del 25,5% para el S&P 500, según muestran los datos de FactSet. Y aunque las acciones han logrado superar a los bonos, el S&P 500 no había eclipsado los rendimientos acumulados por los bonos del Tesoro y los bonos corporativos hasta hace relativamente poco. Dejando todo esto a un lado, el equipo de Deutsche Bank sigue convencido de que las acciones son la mejor opción para los inversores con un planteamiento a largo plazo. "Es cierto que en algunos periodos el rendimiento de la renta variable es inferior, pero no suele persistir mucho más allá de una década", afirma el equipo de Deutsche Bank.
Pero hay otra razón por la que los inversores deberían considerar quedarse con las acciones, según Deutsche Bank. No solo han obtenido mejores resultados que alternativas como los bonos a largo plazo, sino que la trayectoria insostenible de acumulación de deuda mundial aumenta la probabilidad de otro repunte inflacionario cuando los gobiernos de todo el mundo intenten reducir la deuda. En el pasado, los periodos de inflación persistente han sido mucho más benévolos con las acciones que con los bonos, aunque ambas clases de activos sufrieron un revés en 2022. Las acciones estadounidenses terminaron a la baja el martes, cuando el repunte posterior a las elecciones se tomó un respiro. El S&P 500 cayó un 0,3%, mientras que el Nasdaq Composite bajó un 0,1%. El índice industrial Dow Jones Industrial Average cedió 382 puntos, un 0,9%, hasta los 43.911.
*Contenido con licencia de MarketWatch. Traducido por Federico Caraballo
Últimamente, las acciones han tenido una racha tan espectacular que es fácil olvidar que no siempre ha sido así. El martes, un equipo de estrategas de Deutsche Bank ofreció una dosis de perspectiva a sus clientes al publicar un informe que analiza la evolución de la economía y los mercados mundiales en los últimos 25 años.