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Si Trump intenta destituir a Powell, el presidente de la Fed está dispuesto a ir a los tribunales
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Si Trump intenta destituir a Powell, el presidente de la Fed está dispuesto a ir a los tribunales

Jerome Powell estaba listo para una batalla legal cuando el presidente planteó su despido hace seis años. Si vuelve a ocurrir, podría tener que pagar él mismo las facturas

Foto: Donald Trump durante un mitin en Montana, Estados Unidos. (Getty/Michael Ciaglo)
Donald Trump durante un mitin en Montana, Estados Unidos. (Getty/Michael Ciaglo)
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Cuando un frustrado Donald Trump coqueteó con destituir al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en una disputa sobre los tipos de interés allá por 2018, los líderes de la Fed prepararon en privado una respuesta de emergencia: un proceso legal contra el presidente para proteger la integridad del banco central de Estados Unidos. Powell le dijo al entonces secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, que lucharía contra su destitución si el presidente lo solicitaba, según personas familiarizadas con el asunto. Y es que a Trump le molestaba que la Fed subiera los tipos de interés en contra de sus deseos.

Para Powell, la desagradable perspectiva de un enfrentamiento legal —uno que podría tener que pagar de su propio bolsillo— era imprescindible para preservar la capacidad de los futuros presidentes de la Fed de servir sin la amenaza de ser destituidos por una disputa política. Seis años después, Trump vuelve a la Casa Blanca y el drama latente de su tensa relación con Powell vuelve a estar a la vista. Cuando la semana pasada le preguntaron si dimitiría si se lo pidieran, Powell ofreció una única respuesta: "No". Y lo mismo respondió cuando se le preguntó si el presidente tenía autoridad para destituirle.

Foto: Donald Trump durante un mitin en Montana, Estados Unidos. (Getty/Michael Ciaglo)

Powell, exejecutivo de capital privado y licenciado en Derecho, fue presionado más tarde para que explicara su razonamiento. Su respuesta fue de nuevo tajante: "La ley no lo permite". Sus inquebrantables contestaciones dejaron al descubierto la perspectiva de que cualquier intento de forzar la salida de Powell antes de que termine su mandato en 2026 se resolvería probablemente en una batalla legal sin precedentes, la misma para la que los líderes de la Fed se habían preparado hace años. "Si el presidente consiguiera esto, eso significaría que cada futuro presidente de la Fed está sujeto a la destitución a capricho del presidente del Gobierno", asegura Scott Alvarez, quien se desempeñó como asesor general de la Fed de 2004 a 2017. "No creo que sea un precedente que Jay quiera sentar, y por eso creo que lucharía contra ello. Es un precedente enorme".

Para estar seguros, Powell y otros altos funcionarios de la Fed se han esforzado por evitar decir algo provocativo sobre Trump o las elecciones. En consonancia con su enfoque de bajo perfil y sin dramas, Powell no ha tratado de plantear públicamente la cuestión de su situación laboral. La semana pasada resurgió como tema solo en respuesta a repetidas preguntas hipotéticas. Además, Trump no ha indicado en ningún momento que planee destituir a Powell. "Le dejaría cumplir su mandato, sobre todo si pensara que está haciendo lo correcto", declaró Trump a Bloomberg News en una entrevista en junio.

Powell y otros altos funcionarios de la Fed se han esforzado por evitar decir algo provocativo sobre Trump o las elecciones

Las personas que han asesorado a Trump sobre la cuestión no se ponen de acuerdo sobre hasta dónde debería llegar el presidente. Los que tienen experiencia en los mercados han desaconsejado sustituir a Powell. Scott Bessent, un gestor de inversiones que actualmente es asesor de Trump, sugirió el mes pasado que Trump debería anunciar a quién planea elegir como sucesor de Powell para que este presidente "en la sombra" pudiera tratar de socavar a Powell, quitándole toda su capacidad de maniobra. En una entrevista la semana pasada, Bessent dijo que, en vista de las recientes críticas a la idea, ya no creía que mereciera la pena.

Otros asesores están buscando la manera de desafiar a Powell más directamente. Creen que el banco central y sus partidarios en Washington y Wall Street han convertido en un fetiche la independencia de la Fed hasta un punto que no está respaldado por el derecho constitucional y no es bueno para la economía. Horas después de que Powell diera a entender la semana pasada que lucharía contra cualquier destitución, el senador Mike Lee (republicano por Utah) publicó un artículo con un comentario en el que sugería que la Fed debería responder ante la Casa Blanca. "Otra razón más por la que deberíamos #EndTheFed (acabar con la Fed)", escribió en X.

Foto: Interior de Wall Street. (Getty/Spencer Platt)

En un segundo mandato como presidente, Trump se enfrenta a circunstancias nuevas en su relación con la Fed en dos aspectos importantes. En primer lugar, Trump tiene menos opciones inmediatas de dejar su impronta en el conjunto de la institución. En su primer mandato como presidente, fue capaz de cubrir cinco vacantes en el consejo de siete personas en su primer año en el cargo. Ahora, no hay vacantes en el consejo de la Fed, y solo un puesto quedará libre en los próximos dos años.

En segundo lugar, tratar de destituir al presidente de la Fed ahora, cuando el banco central no ha terminado de librar su batalla contra la inflación, sería más perturbador para los mercados que durante su primer mandato, cuando la inflación era previsiblemente baja. Tanto los tipos de interés a corto plazo, que fija la Fed, como los tipos a largo plazo, impulsados por fuerzas más amplias, son mucho más altos que durante el primer mandato de Trump. Trump ha prometido en repetidas ocasiones reducir la inflación y los tipos de interés. "Recordemos que la inflación es un destructor de países", dijo Trump en mayo cuando se le preguntó sobre los altos costos de los préstamos. "Y no podemos correr ese riesgo".

Destituir al presidente de la Fed ahora sería más perturbador para los mercados que durante su primer mandato

Aun así, la mayor volatilidad de la inflación podría aumentar las perspectivas de un enfrentamiento entre la Fed y la Casa Blanca de Trump si las nuevas políticas avivan la preocupación dentro del banco central en torno a la inflación. Por ejemplo, si los recortes de impuestos financiados por el déficit o una nueva ronda de aranceles llevan a los inversores a esperar una mayor inflación, la Fed podría mantener los tipos de interés más altos de lo que lo haría en otras circunstancias. Trump también hereda un escenario fiscal más complicado, con el Tesoro listo para refinanciar billones de dólares en deuda en los próximos años que tomó prestados a tipos de interés mucho más bajos. "Lo que Trump puede hacer con la Fed tiene un último regulador, que es el mercado", argumenta Mark Spindel, un gestor de inversiones que coescribió una historia sobre la independencia de la Fed.

Si Trump intenta desbancar a Powell, los mercados reaccionarían "muy mal", asegura Michael Feroli, economista jefe de EEUU en JPMorgan Chase. Algunos analistas creen que el repunte de los rendimientos de los bonos en las últimas semanas refleja las expectativas de un crecimiento económico impulsado por el déficit en un segundo mandato de Trump. "Si eso se combina con la incertidumbre sobre quién va a dirigir la Fed, se podría dar algo muy problemático", asegura.

Foto: Jerome Powell, presidente de la Fed. (Reuters/Evelyn Hockstein)

La Fed ha protegido su independencia a la hora de fijar la política monetaria desde la altísima inflación de la década de 1970. El presidente Richard Nixon presionó en privado a su presidente de la Fed y antiguo asesor, Arthur Burns, para que suavizara la política antes de las elecciones de 1972, según las grabaciones del Despacho Oval. Y Burns accedió. Tras años de alta inflación que se subsanaron con una dura recesión a principios de la década de 1980, la Reserva Federal y otros bancos centrales de todo el mundo buscaron y obtuvieron de sus gobiernos una considerable autonomía operativa, o "independencia", para fijar los tipos de interés pensando en el bien de la economía a largo plazo. La independencia de los bancos centrales también evita que los políticos tengan que asumir la culpa de las medidas impopulares para contener la inflación.

El presidente Barack Obama puso a Powell en la junta de la Fed en 2012, y Trump lo nombró para dirigir la Fed en 2018. El presidente Biden lo volvió a nombrar para un mandato de cuatro años en 2022, y 80 senadores votaron para aprobar su confirmación. Su actual mandato como presidente se extiende hasta mayo de 2026. Tiene otro mandato de 14 años en el consejo, que termina a principios de 2028. Trump ha dicho en alguna ocasión que tiene autoridad para destituir a Powell, pero también ha reconocido que la ley no es clara al respecto. "Estuve amenazando con cesarle", dijo Trump el mes pasado en el Economic Club de Chicago, en referencia a su primer mandato. "Había dudas sobre si se podía o no".

El presidente Barack Obama puso a Powell en la junta de la Fed en 2012, y Trump lo nombró para dirigir la Fed en 2018

En el primer mandato de Trump, después de que sus asesores le comunicaran que no podía despedir a Powell, Trump le dijo a Powell durante una llamada telefónica: "Supongo que me tendré que quedar contigo". Meses más tarde, Trump dejó caer la idea de cesar a Powell como presidente y nombrar a otro gobernador de la Fed para ocupar el cargo. En cierto modo, los comentarios de Powell de la semana pasada no llamaron la atención porque dijo las mismas cosas hace cinco años. "Si recibieras una llamada del presidente hoy o mañana, y te dijera: 'Te estoy despidiendo, recoge tus cosas, es hora de irte', ¿qué harías?", le preguntó un legislador a Powell durante su testimonio en 2019. "Bueno, por supuesto que no haría eso", respondió Powell. "Mi respuesta sería no".

Mantuvo la misma opinión en privado, por deber con la institución y sus sucesores. "Nunca, nunca, nunca dejaré este trabajo voluntariamente hasta que termine mi mandato bajo ninguna circunstancia. Bajo ningún concepto", dijo a un visitante aquel año. "No se me ocurre en lo más mínimo que pueda haber alguna situación en la que no termine mi mandato, salvo que me muera". En aquel momento, los líderes de la Fed decidieron que si se cuestionaba la condición de Powell como presidente del consejo de la Fed, el órgano independiente del banco central encargado de fijar los tipos de interés, el Comité Federal de Mercado Abierto o FOMC, por sus siglas en inglés, cerraría filas reuniéndose para reelegir inmediatamente a Powell como su presidente.

Foto: Donald Trump. (Reuters/Jonathan Drake)

El FOMC está compuesto por los siete gobernadores de la Fed con sede en Washington y un grupo rotatorio de presidentes de los 12 bancos de la Fed, que son instituciones casi privadas. Los presidentes de los bancos regionales de la Fed no son nombrados por el presidente, sino por los directores de los bancos, que suelen ser ejecutivos de empresas locales o de organizaciones sin ánimo de lucro. El FOMC elige a su propio presidente en su primera reunión del año. El resultado es que intentar destituir a Powell aportaría pocos beneficios prácticos porque Powell probablemente seguiría al frente de la institución hasta que se resolviera cualquier litigio, lo que podría prolongarse más allá de su mandato.

Álvarez, exconsejero general de la Reserva Federal, cree que Powell ganaría un litigio sobre este asunto, en parte porque los legisladores que redactaron y enmendaron la ley que creó la Reserva Federal debatieron y decidieron en repetidas ocasiones no incluir disposiciones que permitieran al presidente destituirlo a voluntad. Los siete gobernadores de la Reserva Federal son nombrados por el presidente para un mandato de 14 años y deben ser confirmados por el Senado. La ley dice que solo pueden ser destituidos por causa justificada, lo que los tribunales han interpretado como mala conducta o abandono del deber. Existe otra ley que permite al presidente designar a uno de los siete gobernadores como presidente de la Reserva Federal para un mandato de cuatro años, también sujeto a la confirmación del Senado, pero esta no dice nada sobre si se aplica la misma norma de destitución.

El resultado es que intentar destituir a Powell aportaría pocos beneficios prácticos porque Powell probablemente seguiría al frente de la institución

"El alegato de que Jay Powell no puede ser relevado antes del final de su mandato de cuatro años es bastante sólido", asegura Álvarez. Además, los jueces del Tribunal Supremo Brett Kavanaugh y Samuel Alito han indicado, en opiniones separadas a lo largo de la última década, que consideran que el banco central es único entre las agencias reguladoras federales. Cualquier batalla legal probablemente tendría que ser pagada por Powell, ya que no está claro si la propia Reserva Federal tendría capacidad para impugnar su destitución. Gestionar las opiniones presidenciales ha sido durante mucho tiempo parte del trabajo del líder de la Fed, pero se ha llevado a cabo sobre todo en privado. El presidente Lyndon B. Johnson preguntó una vez si podía despedir al presidente de la Reserva Federal, William McChesney Martin, por un desacuerdo político. Sus abogados dijeron que no y en lugar de ello, convocó a Martin a su rancho de Texas para reprenderle por subir los tipos de interés, diciendo que era despreciable, según la versión de Martin.

Sin embargo, Johnson ocultó la disputa al público. "Vuestro trabajo es provocar una pelea. El mío es evitarla", dijo Johnson a los periodistas mientras estaba sentado en su porche con Martin. Powell ha dicho que su objetivo principal es preservar una Reserva Federal que trascienda las divisiones políticas centrándose en un análisis riguroso y basado en pruebas. "Me siento responsable de la institución", dijo en marzo.

Foto: Donald Trump durante un mitin en Michigan. (Reuters/Brian Snyder)

Esta primavera, Powell desestimó las preocupaciones sobre posibles desafíos a la independencia de la Fed, incluso después de que The Wall Street Journal informara de que aliados de Trump estaban elaborando ideas para reducir la autonomía del banco central. Cuando se le preguntó sobre el tema en mayo, Powell señaló el fuerte apoyo en el Capitolio a una Fed independiente. "Por lo tanto, estoy menos preocupado por eso de lo que el tipo de cosas que han aparecido en la prensa últimamente podrían sugerir", dijo.

Durante el primer mandato de Trump, los republicanos del Senado actuaron a menudo para salvaguardar la autonomía de la Fed, frustrando los intentos de confirmar a varios candidatos que consideraban no cualificados. Algunos legisladores republicanos que forman parte del comité que supervisa la Fed dijeron esta primavera que les preocuparía si Trump intentara hacer cambios en la autonomía de la Fed. "Tengo que pensar en la Fed para los próximos 50 años, no para los próximos cuatro, y la independencia es importante", dijo el senador Thom Tillis (republicano por Carolina del Norte) a principios de este año. Spindel, el gestor de inversiones, se preguntaba si la independencia de la Fed obtendría la misma defensa por parte de los senadores en un segundo mandato de Trump. "Parte de Trump 2.0 va a ser averiguar dónde termina la autoridad ejecutiva", dijo.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo

Cuando un frustrado Donald Trump coqueteó con destituir al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en una disputa sobre los tipos de interés allá por 2018, los líderes de la Fed prepararon en privado una respuesta de emergencia: un proceso legal contra el presidente para proteger la integridad del banco central de Estados Unidos. Powell le dijo al entonces secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, que lucharía contra su destitución si el presidente lo solicitaba, según personas familiarizadas con el asunto. Y es que a Trump le molestaba que la Fed subiera los tipos de interés en contra de sus deseos.

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