Los recortes fiscales de Trump llegan en el momento ideal para las acciones. En el futuro, la cosa se complica
La bajada de los impuestos sería una bendición para un mercado que empezaba a llegar a su límite, pero los aranceles podrían causar daños a largo plazo
Para los mercados bursátiles, los resultados a corto y largo plazo del "Trump trade" no serán necesariamente los mismos.
Hasta ahora, la victoria del presidente electo Donald Trump el martes ha sido bien recibida por los inversores, como ocurrió en 2016. El S&P 500 subió un 2,5% hasta un cierre récord el miércoles, impulsado por las intenciones declaradas por Trump de, entre otros recortes fiscales, reducir el impuesto de sociedades del 21% al 15% para las empresas que fabrican en Estados Unidos. En 2018, tras la entrada en vigor de la primera ronda de reducciones fiscales de Trump, el beneficio por acción, o BPA, del S&P 500 aumentó un 21%, frente al incremento del 11% del año anterior.
Gran parte podría depender de si los republicanos ganan el control mayoritario en la Cámara, pero algunos analistas de Wall Street piensan que una nueva ola de recortes de impuestos podría impulsar el BPA en algún punto entre el 5% y el 10%. La inyección de liquidez podría llegar en el momento adecuado para rescatar un mercado que empezaba a adelantarse a los acontecimientos.
La mayoría de las empresas del S&P 500 ya han presentado sus resultados del tercer trimestre, y el 75% de ellas han obtenido mejores resultados de los esperados por los analistas, según FactSet, en línea con la media de los últimos 10 años. Ahora se espera que los beneficios por acción sean un 9,6% más altos en 2024 que el año anterior. No obstante, están empezando a aparecer fisuras. Por un lado, el S&P 500 ha podido sorprender al alza porque los analistas habían rebajado sus previsiones un 3,6% desde finales del segundo trimestre. Esto es más que la media de la última década, que es del 3,3%.
La inyección de liquidez podría llegar en el momento justo para rescatar a un mercado que empezaba a adelantarse a los acontecimientos
Y lo que es más importante, muchos ejecutivos han venido advirtiendo de que el crecimiento de los beneficios podría ser más débil de lo previsto por los analistas en el cuarto trimestre, así como en 2025. Entre los 62 miembros del S&P 500 que han proporcionado estimaciones para el periodo de octubre a diciembre, 42 de ellos —es decir, el 68%— han dado una estimación media de los beneficios por acción que está por debajo de lo que Wall Street esperaba antes del inicio de la temporada de presentación de informes, según FactSet.
Se trata de un porcentaje de previsiones negativas menor que el de las empresas a principios de año, pero muy superior a las medias de cinco y diez años, del 58% y el 62%, respectivamente. Supone un retroceso con respecto a las previsiones optimistas del segundo y tercer trimestres de este año. Las empresas orientadas al consumo, como el fabricante de suelos Mohawk Industries, la cadena hotelera Hilton y los operadores de cruceros Carnival y Royal Caribbean, están detrás de muchas de las perspectivas decepcionantes. Es cierto que todas ellas están expuestas al impacto puntual de los huracanes, pero también han aludido a una demanda más débil.
Los analistas confían en que los valores relacionados con la inteligencia artificial sigan liderando el S&P 500. Sin embargo, esto conlleva riesgos: como demuestran las débiles ventas del iPhone 16 de Apple, las grandes inversiones en IA podrían tardar en dar sus frutos, lo que presionaría a las megacorporaciones a recortar sus vastos presupuestos de inversión. Sin duda, Trump hereda una economía que parece gozar de buena salud, si se excluyen los fenómenos meteorológicos y la huelga de los maquinistas de Boeing. Pero una orientación más prudente sugiere que la renta variable está cada vez más sobrevalorada.
"Los analistas y los directivos de las empresas se enfrentan a la realidad de que resulta difícil convertir un crecimiento económico sólido en las expectativas de aceleración que se incluyen en las estimaciones de beneficios", advirtió Lisa Shalett, directora de inversiones de Morgan Stanley Wealth Management, en un informe dirigido a los clientes esta semana.
Trump hereda una economía que parece gozar de buena salud
De hecho, las previsiones para los próximos 12 meses muestran que el margen de beneficio neto del S&P 500 superará con creces el 13%, lo que supone un récord. Sin embargo, sobre la base de los beneficios de los últimos 12 meses, es posible que ya hayan alcanzado un máximo en torno al 12%. Como resultado, la brecha entre las relaciones precio-beneficio retrospectivas y prospectivas es la mayor de la historia fuera de la burbuja puntocom y el repunte pandémico de finales de 2020 y 2021. Las acciones podrían estar aún más caras de lo que parecen, a menos que se reacelere el crecimiento de los beneficios.
Las políticas fiscales de Trump hacen que este escenario sea más probable. Los déficits presupuestarios han sido la principal fuente de ampliación de los márgenes de beneficios en los últimos años, y sus recortes de impuestos y aumentos de gasto propuestos podrían llevar el déficit de más del 5% del PIB —ya un récord fuera de guerras, pandemias y recesiones— a entre el 7,7% y el 12,2% en 2035, según estimaciones del bipartidista Comité para un Presupuesto Federal Responsable.
Aun así, si bien los recortes fiscales de 2017 impulsaron mecánicamente las ganancias para los inversores, no llevaron a las empresas a aumentar significativamente las inversiones de capital, lo que pone en duda que tales políticas generen beneficios permanentes de productividad. Esa incertidumbre se debe a un problema más general con el "Trump trade": si bien algunas de sus políticas tienen un beneficio inmediato para los inversores, las posibles desventajas de otras —a saber, sus aranceles propuestos de quizás un gravamen general del 10% a los socios comerciales, más un arancel del 60% a China— son a más largo plazo y más difíciles de medir.
Su primera ronda de medidas proteccionistas contribuyó a una recesión mundial del sector manufacturero en 2019, que hizo que el BPA cayera un 0,5% en el S&P 500, y un 16% en el subsector "industrial". El impacto podría ser más duro esta vez, sobre todo si otras naciones toman fuertes represalias. Sin embargo, una gran incertidumbre envuelve cuál será la forma final de los aranceles, o qué productos podrían quedar excluidos. Es posible que el mercado tenga ante sí un camino más despejado a corto plazo. Pero el destino definitivo es cada vez más difícil de determinar.
*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo
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