El mercado se ha vuelto menos eficiente y todo apunta a un culpable inesperado
El aumento de la ineficiencia no significa que sea más fácil batir al mercado, afirma Cliff Asness
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El mercado tendrá suerte si consigue mantener el ritmo de la inflación durante la próxima década.
Basta con echar un vistazo a la tabla que aparece al final de este artículo, en la que se destacan diez indicadores de valoración con un buen historial a la hora de pronosticar la rentabilidad total del mercado bursátil a largo plazo ajustada a la inflación. Nueve de ellos son más bajistas de lo que han sido en más del 95% de los meses desde el 2000. Siete son más bajistas que en al menos el 95% de los meses desde 1970.
Los escépticos dirán que el mercado lleva varios años sobrevalorado y que, al menos hasta ahora, ha resistido la atracción gravitatoria de la valoración y ha seguido alcanzando lo que parecen nuevos máximos históricos. Para ellos, así como para los inversores que llevan mucho tiempo prestando atención al valor fundamental, recomiendo un artículo reciente de Cliff Asness, fundador de AQR Capital Management: “La hipótesis del mercado menos eficiente”. El artículo de Asness, que se publicará próximamente en el Journal of Portfolio Management, es un manifiesto de por qué los inversores en valor con suficiente paciencia acabarán triunfando.
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Su argumento es que la mayor ineficiencia del mercado tiene dos consecuencias relacionadas: habrá más valores que en el pasado que se desvinculen del valor fundamental, y su sobrevaloración tardará más en corregirse. La implicación para la inversión es que la inversión en valor seguirá batiendo al mercado a largo plazo, pero la duración de ese largo plazo será más larga que antes, y muy probablemente más larga de lo que la mayoría de los inversores tienen paciencia para tolerar. Asness sospecha que las redes sociales son las principales responsables de la menor eficiencia del mercado de valores. Esto se debe a que la eficiencia del mercado se basa esencialmente en la “sabiduría de la multitud”, y la multitud es sabia sólo en la medida en que cada miembro de la multitud piensa de forma independiente. Sin embargo, las redes sociales convierten a la antigua multitud independiente en una “turba coordinada, despistada e incluso peligrosa”.
Asness se pregunta de forma retórica: “La negociación instantánea, gamificada, barata, las 24 horas del día, que ahora incluye 'fondos de un día' en tu teléfono, después de que todos tus prejuicios se vean reforzados por las recomendaciones en las redes sociales de charlatanes y estafadores con seudónimos dudosos, filtrados y entregados a ti por los algoritmos de esas empresas que, como es sabido, empujan a la gente a extremos cada vez más profundos. ¿Qué podría salir mal?”.
La implicación para la inversión es que la inversión en valor seguirá batiendo al mercado a largo plazo, pero su duración será más larga
También baraja las otras dos hipótesis que los analistas han propuesto en los últimos años para explicar por qué el mercado puede haberse vuelto menos eficiente: la creciente prevalencia de los fondos indexados y los bajos tipos de interés. Pero concluye que desempeñan un papel relativamente pequeño. “Estoy mucho más seguro de que las redes sociales” son las culpables: “el exceso de confianza que se produce cuando la gente piensa que todos los datos del mundo están al alcance de su mano”, unido a que la inversión se está convirtiendo en una "negociación gamificada, sin falsedades, instantánea y 24/7".
Es importante subrayar, como hace Asness, que el aumento de la ineficiencia no significa que sea más fácil batir al mercado. Recuerda el famoso argumento esgrimido hace tres décadas por William Sharpe, premio Nobel de Economía en 1990, según el cual basta con la simple aritmética para demostrar que el inversor activo medio y el asesor se quedarán rezagados con respecto al mercado. La eficiencia del mercado es una cuestión aparte. De hecho, la implicación del argumento de Asness es que será más difícil batir al mercado en el futuro, por varias razones. Reconocer e identificar la sobrevaloración exigirá resistencia al consenso de Wall Street que, debido a las redes sociales, será mucho más estridente y aparentemente más convincente que en años anteriores. Y, dado que los mercados tardarán más que antes en corregir la sobrevaloración, los inversores en valor necesitarán aún más paciencia y disciplina que hasta ahora.
Situación actual de los modelos de valoración
Entretanto, la siguiente tabla repasa la situación actual de los diez modelos de valoración que he señalado en artículos anteriores por sus buenos resultados a la hora de predecir las rentabilidades a largo plazo del mercado bursátil. Es difícil no llegar a la conclusión de que el mercado está peligrosamente sobrevalorado.
*Contenido con licencia de MarketWatch. Traducido por Federico Caraballo
El mercado tendrá suerte si consigue mantener el ritmo de la inflación durante la próxima década.