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El alemán que quiere devolver a la extrema derecha al poder (y tiene posibilidades)
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El alemán que quiere devolver a la extrema derecha al poder (y tiene posibilidades)

Björn Höcke quiere ser el primer político en encabezar un gobierno de extrema derecha en Alemania después de la guerra. Las encuestas le dan opciones

Foto: Björn Höcke, en el estado de Turingia durante un acto de campaña electoral. (Getty Images/Stringer)
Björn Höcke, en el estado de Turingia durante un acto de campaña electoral. (Getty Images/Stringer)
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Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la cuna del nazismo ha mantenido alejadas del poder a las fuerzas de extrema derecha. Sin embargo, un antiguo profesor de instituto que nunca ha ocupado un cargo político aspira a cambiar esta situación.

Björn Höcke, el incendiario líder del partido político Alternativa para Alemania, conocido como AfD, en el estado de Turingia, al este de Alemania, encabeza la lista antes de las elecciones regionales del 1 de septiembre, según una encuesta realizada el 13 de agosto por el centro de sondeos INSA. Esto sitúa a un hombre que en una ocasión dijo que era problemático representar a Hitler como "el mal absoluto" en la primera línea para convertirse en el primer político de extrema derecha de la posguerra en ganar unas elecciones estatales alemanas.

Aunque no llegue a gobernar, una victoria en las urnas haría historia en Alemania. La coronación de uno de los grupos de extrema derecha más duros de Europa marcaría también un punto de inflexión para una región en la que los partidos de derecha han encontrado el éxito suavizando sus extremos ideológicos.

Foto: berlin-1936-juegos-olimpicos-nazis

"Sería un punto de inflexión, un terremoto", afirma Axel Salheiser, director científico del Instituto para la Democracia y la Sociedad Civil de Jena, la segunda ciudad más grande de Turingia. "Sería muy simbólico que un partido de extrema derecha ganara, precisamente aquí, en la antigua Alemania del Este, donde la experiencia de la dictadura se extiende a lo largo del siglo XX". Turingia es uno de los tres estados del este de Alemania que celebran elecciones en septiembre, de un total de 16 estados del país. La mayoría de los sondeos han mostrado a la AfD en cabeza en los tres durante el verano, con Höcke manteniendo la mayor ventaja, nueve puntos por delante de la conservadora Unión Demócrata Cristiana de Alemania, según INSA. A la AfD le resultaría difícil repetir ese éxito a nivel nacional, donde los escándalos han mermado sus índices de popularidad.

En los mítines organizados en Turingia como "fiestas familiares", Höcke ha transmitido un talante sonriente y positivo. Físicamente, Höcke, de 52 años y padre de cuatro hijos, es un hombre canoso pero de aspecto juvenil, con una imagen poco amenazadora e incluso amistosa. Tras un mitin celebrado este mes en la pintoresca plaza del mercado de Apolda, una ciudad de tamaño medio del norte de Turingia, un sonriente Höcke, vestido con vaqueros y una camisa abierta a pesar de la lluvia, firmó fotografías, estrechó manos y compartió abrazos con simpatizantes, uno de los cuales había traído galletas hechas a mano.

"Sería muy simbólico que un partido de extrema derecha ganara en la antigua Alemania del Este"

Su discurso previo tuvo un tono más duro. Tras calificar la reunificación alemana de experimento "para transformar una sociedad monocultural en una sociedad multicultural", dijo: "Me pregunto: ¿nos preguntaron alguna vez si queríamos ser multiculturales? No, no nos preguntaron, y por eso ese experimento multicultural terminará en Turingia el 1 de septiembre".

El mensaje antiinmigración de la AfD podría recibir un impulso después de que un atentado terrorista dejara tres muertos en la ciudad occidental de Solingen el viernes y de que la policía detuviera más tarde a un sospechoso sirio. Antes de la detención, Höcke publicó un vídeo de las secuelas del ataque en X, preguntando: "¿De verdad quieres acostumbrarte a esto?". Nieto de refugiados expulsados de los territorios alemanes perdidos tras la guerra, Höcke nació y creció en Alemania occidental. Profesor de historia y deportes, se unió a la AfD poco después de su creación en 2013 y creó la sección del partido en Turingia, convirtiéndola pronto en un bastión de la derecha.

Foto: La carpa en la que estaba teniendo lugar el acto. (EFE/EPA/Ronald Wittek)

Además de la inmigración, uno de los temas recurrentes es su frustración con la cultura del recuerdo en Alemania. En un discurso de 2017 sobre el extenso monumento al Holocausto de Berlín, dijo: "Los alemanes somos el único pueblo del mundo que ha plantado un monumento a la vergüenza en el corazón de su capital". Ese año, declaró a The Wall Street Journal que "el gran problema es que se presenta a Hitler como el mal absoluto". En 2019, un tribunal se puso del lado de los manifestantes que habían llamado fascista a Höcke, diciendo que la etiqueta no era difamatoria, sino que descansaba en "una base de hechos verificables".

La AfD en su conjunto sigue siendo un partido relativamente amplio, que acoge tanto a conservadores como a nacionalistas y militantes nativistas. No obstante, la agencia de inteligencia nacional alemana ha etiquetado a la rama de Turingia como organización de extrema derecha porque afirma que sus posturas son "contrarias a la dignidad humana, la democracia y el Estado de derecho". La designación permite a la agencia vigilar encubiertamente las comunicaciones de los líderes de la AfD de Turingia, lo que Höcke y sus socios han denunciado como una violación de sus derechos.

La agencia de inteligencia nacional alemana ha etiquetado a la rama de Turingia como organización de extrema derecha

Lo que distingue a Höcke en la AfD no son solo sus posiciones, sino también la variedad de su público, afirma Manès Weisskircher, politólogo de la Universidad Politécnica de Dresde. Apela a intelectuales de derecha, pero también a manifestantes callejeros y grupos de la sociedad civil ajenos al partido, dijo Weisskircher. En dos juicios distintos celebrados este año, un tribunal declaró a Höcke culpable de utilizar dos veces a sabiendas en discursos la frase "Todo por Alemania", un lema que estaba grabado en las dagas de las SA, el ala paramilitar del Partido Nazi, y que la legislación alemana prohíbe. Höcke ha negado conocer el origen de la frase. Antes del primer juicio, escribió en X que se le perseguía porque había "expresado mi patriotismo 'incorrectamente'". El tuit provocó que Elon Musk le preguntara "¿Qué has dicho?" y más tarde "¿Por qué es ilegal?".

Aunque nunca ha formado parte de los órganos ejecutivos centrales de la AfD, Höcke y sus partidarios acabaron saliendo victoriosos de una serie de conflictos internos que llevaron al exilio a la mayoría de los miembros destacados del ala moderada del partido. Jörg Meuthen, un antiguo presidente de la AfD que abandonó el partido en 2022, dijo en un documental televisivo este año que se arrepentía de haberse opuesto en 2017 a una iniciativa para expulsar a Höcke.

Foto: El canciller alemán, Olaf Scholz, y su homólogo polaco, Donald Tusk. (M. Kappeler)

"Fundamentalmente, considero que los objetivos que persiguen Höcke y su gente son sin duda peligrosos para la democracia", declaró Meuthen a las emisoras públicas NDR y WDR. El jefe de gabinete de Höcke, Robert Teske, declaró en un correo electrónico que "nuestro país tiene problemas mayores que los comentarios de un expresidente de partido". En los últimos años, Höcke ha alcanzado una especie de tregua incómoda con la dirección nacional de la AfD, que lo trata como un elemento molesto al que no se debe alienar por su influencia en los bastiones orientales del partido.

"Es muy popular en el Este, tiene buena imagen. Me di cuenta cuando asistí a los actos con él", dijo Alice Weidel, copresidenta de la AfD, en mayo. "Höcke representa una determinada corriente política en el partido y tenemos que reconocerlo". Höcke no ha querido ser entrevistado para este artículo, pero Stefan Möller, su número dos y copresidente de la AfD de Turingia, ha declarado: "Sí, hubo situaciones en las que [Höcke] utilizó la provocación, incluso en su comunicación política, como forma de agitar su discurso. Pero eso fue hace mucho tiempo. Hoy está más pendiente de evitar esas provocaciones".

"Fundamentalmente, considero que los objetivos que persiguen Höcke y su gente son sin duda peligrosos para la democracia"

Incluso si la AfD obtiene la mayor parte de los votos en Turingia, Höcke aún se enfrenta a enormes obstáculos para convertirse en gobernador. Sin perspectivas de reunir más del 50% de los votos, necesitaría un socio de coalición y ningún otro partido se ha mostrado hasta ahora dispuesto a comprometerse. "No soy ningún oráculo", dijo Salheiser, director del instituto con sede en Jena, "pero parto de la base de que, independientemente de su porcentaje de votos y de cuántos escaños parlamentarios obtenga, la AfD no formará parte del próximo gobierno".

Möller discrepa, afirmando que el partido tiene importantes coincidencias políticas con la CDU de centro derecha y que Höcke también podría unirse al BSW, un nuevo partido populista de izquierdas cuyas posiciones favorables a Rusia y populistas a menudo se hacen eco de las de la AfD. Según las encuestas de Forsa, el BSW cuenta con un 18% de los votos frente al 30% de la AfD en el estado, lo que sugiere que ambos podrían conseguir la mayoría.

A la pregunta de si una victoria en Turingia podría impulsar las ambiciones nacionales de Höcke, Möller respondió: "Podemos ser un modelo a seguir, incluso para otros estados o para otros grupos de la AfD. Lo que funciona bien en Turingia también podría funcionar bien en otros casos".

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la cuna del nazismo ha mantenido alejadas del poder a las fuerzas de extrema derecha. Sin embargo, un antiguo profesor de instituto que nunca ha ocupado un cargo político aspira a cambiar esta situación.

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