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El hombre que reescribió el manual del éxito de los 'hedge funds' y llegó a la cima de Wall Street
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Historia de un ascenso

El hombre que reescribió el manual del éxito de los 'hedge funds' y llegó a la cima de Wall Street

El rendimiento de Citadel está contribuyendo a ganar una guerra de estilos en el sector de la inversión profesional

Foto: Ken Griffin, CEO de Citadel. (Getty/Apu Gomes)
Ken Griffin, CEO de Citadel. (Getty/Apu Gomes)
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Ken Griffin quiere que los que visiten las oficinas de su compañía de fondos de cobertura de 63.000 millones de dólares, Citadel, no tengan ninguna duda sobre su lugar en la cima de Wall Street. El mensaje que se lee en las puertas de los ascensores de su sede de Miami reza: "El gestor de fondos de cobertura más rentable de todos los tiempos".

Alude a una clasificación no oficial del sector a la que se aupó Citadel tras un año de ganancias récord de 16.000 millones de dólares en 2022. Y Griffin está impaciente por contárselo al mundo. "Ganamos más dinero que cualquier firma haya ganado en la historia de los mercados de capitales", afirmó Griffin sobre Citadel y una compañía hermana, Citadel Securities. "Aquí es donde viene la gente cuando quiere cambiar el mundo de las finanzas".

A pesar de toda la fanfarronería de Griffin, el rendimiento de Citadel está ayudando a ganar una guerra de estilos dentro de su especialidad. Griffin se hizo con un sector dominado durante mucho tiempo por operadores individuales como George Soros y David Tepper y lo atomizó, empleando a decenas de equipos que gestionan de forma semiautónoma sus propias carteras. El año pasado, el fondo insignia de la empresa subió un 15,3%, superando la subida del 7,4% del índice general del sector de los fondos de cobertura. Es una gran recuperación tras el casi fracaso de la empresa en la crisis financiera de 2008-2009.

Foto: Imagen de la torre en la que Griffin se ha comprado el piso más caro de EEUU. (CC)

En la actualidad están emergiendo otras compañías de inversión más difusas como Citadel. Citadel y unas pocas docenas de otras empresas de fondos de cobertura de estructura similar poseen alrededor del 9% de los activos del sector, pero representan más de una cuarta parte de los puestos de trabajo en fondos de cobertura y alrededor del 30% de la huella bursátil del sector en EEUU, según Goldman Sachs. Griffin, de 55 años, es conocido dentro de Citadel como un jefe intenso y exigente, cuya mirada de ojos azules es fuente de incomodidad para los empleados. Está obsesionado con evitar la autocomplacencia y en una reciente carta a los inversores declaró que quiere "crear el equipo más formidable de la historia de los fondos de cobertura".

Con una fortuna que Bloomberg estima en unos 42.000 millones de dólares, ha trasladado esa misma intensidad a su vida fuera de la oficina. Ha donado unos 75 millones de dólares a causas conservadoras y a candidatos republicanos para las elecciones de este año, lo que le ha situado recientemente en el segundo puesto de la lista de contribuyentes que han revelado sus gastos en este ciclo electoral, por detrás del heredero de la banca Tim Mellon, según datos de OpenSecrets.

Griffin, de 55 años, es conocido dentro de Citadel como un jefe intenso y exigente, cuya mirada es fuente de incomodidad para los empleados

Griffin también ha donado cientos de millones de dólares al Memorial Sloan Kettering Cancer Center y a su alma mater, la Universidad de Harvard, aunque declaró que suspendería sus donaciones a este centro por su gestión del antisemitismo en el campus, calificando a los estudiantes activistas de las universidades de élite como "llorones consentidos". Tras la filtración de sus declaraciones de la renta a la agencia de noticias sin ánimo de lucro ProPublica, llevó al Departamento del Tesoro a los tribunales, consiguiendo finalmente una disculpa del Gobierno.

Su cartera de propiedades incluye la casa más cara jamás comprada en Estados Unidos y una vivienda histórica en Miami construida para el candidato presidencial Williams Jennings Bryan. Tiene previsto construir uno de los rascacielos más grandes de Nueva York y otro en Miami para alojar a los cada vez más empleados de su imperio de fondos de cobertura y comercio, que en la actualidad suman más de 4.600 personas. Trasladó la sede de Citadel fuera de Chicago en 2022, a raíz de una disputa con el gobernador de Illinois sobre delitos violentos.

Foto: (iStock)

Griffin pasa semanas a finales de cada año revisando personalmente el impacto que miles de empleados han tenido en la empresa y además pregunta a algunos de ellos sobre sus opiniones. Antes de recibir una oferta de trabajo, los futuros empleados deben pasar por un largo proceso de evaluación profesional, con preguntas que se remontan a sus metas y logros en la infancia. Asegura que las pérdidas de la empresa en la crisis financiera ya no son un tema de conversación con los inversores, y añade con aire triunfalista: "La historia la escriben los ganadores".

Al igual que le gusta hablar de sus victorias, le encanta hundir a los que dudan de él. Todavía recuerda el nombre de un fondo de cobertura de la competencia que apostó contra los bonos de Citadel en 2008, y cómo lo vendió a bajo precio después de que su negocio se marchitara. Hace poco, contó en un podcast la historia de un banquero que le criticó por extralimitarse cuando Citadel contrató a un ingeniero espacial en sus inicios. "Ahora, 30 años después, el banco para el que trabajaba ya no existe, y Citadel y Citadel Securities son dos de las empresas más importantes del mundo en los mercados financieros", dijo Griffin.

Este artículo se basa en conversaciones con más de dos docenas de personas familiarizadas con los negocios de Griffin y Citadel.

Ganancias y pérdidas

Criado en Florida, Griffin formó parte de un equipo de fútbol de instituto que quedó segundo en el estado, aprendió a programar y fundó una empresa de software educativo de venta por correo cuando era adolescente. Estudió Económicas en Harvard y operaba con bonos desde su dormitorio. En 1990 fundó Citadel en Chicago. Los fondos de cobertura arquetípicos de entonces estaban dirigidos por fundadores que a menudo ponían su nombre en la puerta y tenían la última palabra sobre lo que el fondo compraba o vendía. Estas empresas de un solo gestor solían centrarse en una estrategia de inversión o clase de activos. Griffin tenía una visión más expansionista.

Desde las raíces de Citadel en los bonos convertibles, Griffin se diversificó hacia el arbitraje estadístico, un tipo de comercio cuantitativo, en 1994; la selección de valores en 2001 y la inversión en materias primas en 2002. Muchas de las estrategias de la empresa se diseñaron para ser neutrales con respecto al mercado, es decir, equilibrando las apuestas de que algunos activos subirían con las de que otros bajarían. Tras un periodo de pérdidas en bolsa en torno a 2006, Griffin y su equipo introdujeron cambios para depurar las habilidades de los seleccionadores de valores. A partir de entonces, cada cartera necesitaba una mezcla de inversiones en empresas de distintos tamaños, perfiles de crecimiento y otros factores subyacentes. El objetivo era una cartera alta en "riesgo idiosincrático".

Muchas de las estrategias de la empresa se diseñaron para ser neutrales de cara al mercado

"¿Cómo sabes si simplemente has tenido suerte o si eres inteligente cuando has tenido un buen año?", comentó Oliver Weisberg, antiguo ejecutivo de Citadel que ahora dirige Blue Pool Capital. "Ken quiere que ganes dinero, pero también quiere asegurarse de saber quién tiene talento para repetir buenas inversiones". Griffin solía cambiar su escritorio de sitio para estar cerca de las divisiones que empezaban o tenían problemas. Cuando Citadel necesitó una nueva base de datos para rastrear sus posiciones y transacciones, Griffin compró un libro sobre el tema y la programó él mismo. Sin embargo, la crisis financiera de 2008-09 cortó temporalmente sus alas. Sus grandes fondos registraron pérdidas del 55%, casi tumbando la firma. Tardó hasta 2012 en recuperar lo perdido.

Citadel empezó a parecerse cada vez menos a un fondo de alto riesgo tradicional y más a un conjunto de minifondos de alto riesgo. Tras la apertura de las unidades de selección de valores, Griffin creó equipos independientes dedicados a determinados sectores y que gestionaban sus propias posiciones. Por encima de las carteras de los equipos individuales existe un importante "fondo central" que compensa las posiciones concentradas y se suma a las operaciones de alto potencial. Los gestores de la cartera central pueden vender valores a los que están expuestos varios equipos de Citadel como cobertura, o aumentar las apuestas realizadas por los equipos que han determinado que tienen probabilidades de obtener buenos resultados, normalmente sin su conocimiento.

Foto: Una planta termosolar, similar a la que motivó la reclamación.

La lista de fondos de cobertura más rentables llamó la atención de Griffin cuando Citadel ocupó el quinto lugar en 2017. Convirtió en objetivo de toda la firma escalar puestos en la clasificación. En 2018, las firmas "multigestor" estaban creciendo más rápido que el resto de la industria y comenzaban a representar sus mayores lanzamientos. Para entonces, Citadel tenía más demanda de inversores que capacidad, lo que le llevó a dejar de captar activamente nuevo capital y empezar a devolver el exceso de beneficios cada año. Tras una de esas devoluciones a principios de 2020, Griffin se lamentó ante cientos de empleados de Citadel reunidos en el hotel JW Marriott de Chicago de que no encontraban suficientes oportunidades para poner ese dinero a trabajar.

Las primeras semanas de la pandemia demostraron el atractivo de los fondos de cobertura multigestor para los inversores. Cuando un índice bursátil mundial se desplomó un 20% en febrero y marzo de 2020, los fondos de cobertura perdieron colectivamente un 7,3%, mientras que las firmas multigestor perdieron menos de un 1%, según Goldman Sachs. El fondo insignia de Citadel terminó el año con una subida del 24,5%. Griffin atribuye a la vuelta relativamente temprana de Citadel a la oficina su rendimiento en la era de la pandemia. "Fue uno de los mejores momentos de la historia de las finanzas: competir contra gente en pijama", bromea.

Controversia

La locura por las acciones meme de 2021 amplió el reconocimiento del nombre de Griffin mucho más allá de Wall Street, y lo convirtió en un enemigo entre las masas de inversores particulares. En enero de 2021, Citadel y sus socios concedieron a Melvin Capital un salvavidas de 2.000 millones de dólares después de que el fondo de cobertura se viera atrapado en un "short squeeze" cuando las acciones de GameStop se dispararon. Esto atrajo la atención de los inversores particulares que leían Reddit y querían castigar a los vendedores en corto.

Cuando la aplicación de trading Robinhood restringió la comercialización de GameStop y otras acciones de memes a finales de ese mes, se extendieron en las redes sociales teorías infundadas de que se debía a la presión de Citadel Securities, la empresa de trading también propiedad de Griffin que ejecutaba las órdenes de los clientes de Robinhood. Más tarde, el Congreso llamó a declarar a Griffin sobre el papel de su empresa en la historia. Los autodenominados "simios" aficionados a la cadena de cines AMC enviaron por correo cajas de plátanos a las oficinas de Citadel y, además, el número de teléfono móvil de Griffin se filtró en internet, recibiendo decenas de llamadas preguntándole por qué había limitado las operaciones en Robinhood.

La locura por las acciones meme de 2021 amplió el reconocimiento de Griffin mucho más allá de Wall Street, y lo convirtió en un villano

En el trabajo, Griffin se centra en cuestiones cotidianas, como los errores en el procesamiento de operaciones, aunque no tengan mucha importancia para la rentabilidad de la empresa. "Una vez que una empresa deja claro que tolera la complacencia en algún lugar, es bastante fácil que se extienda por todas partes", dijo. Griffin ha reclutado para Citadel a otros ejecutivos que comparten su misma motivación. Joanna Welsh, campeona de powerlifting, se incorporó en 2017 como responsable de riesgos. Pablo Salame, un extenista adolescente originario de Ecuador que llegó a la cima de los rangos ejecutivos en la división de trading de Goldman, ahora se desempeña como codirector de inversiones de Citadel. "Contratamos a personas que han ganado en la vida", afirma Griffin. "Que hayan ganado solo en las finanzas a menudo no es suficiente".

Los gestores de carteras que de otro modo habrían abierto sus propios fondos han aceptado cada vez más ofertas de Citadel y sus homólogos para dirigir sus propios equipos dentro de sus muros. Las guerras de ofertas se desataron en todo el sector incluso para los operadores de nivel medio, con paquetes salariales que pueden ascender a decenas de millones de dólares. Dejarlo puede ser más difícil. Los empleados de Citadel que quieren irse a un competidor están sujetos a largas cláusulas de no competencia, como es habitual en el sector. Citadel fue también uno de los primeros fondos de cobertura en someter a sus trabajadores a acuerdos de no asociación que les impiden trabajar en empresas a las que se hayan marchado sus antiguos compañeros.

El mejor año de su historia

Los últimos años han sido muy buenos para Citadel. En 2022, el sector de los fondos de cobertura se tambaleó después de que la Reserva Federal empezara a subir los tipos de interés para controlar la inflación. Los fondos con fuertes participaciones en valores de alto crecimiento y en empresas tecnológicas emergentes sufrieron particularmente. Citadel tuvo el mejor año de su historia en ingresos, con su fondo insignia generando una rentabilidad del 38%. Alrededor de la mitad de los beneficios globales de Citadel fueron generados por su unidad de materias primas (que comprende 25 equipos diferentes), en particular sus operadores de gas natural.

La rentabilidad del 15,3% que Citadel obtuvo en su fondo insignia en 2023 superó a Millennium, Point72 y otros competidores. Estas ganancias han duplicado con creces la ventaja de Citadel sobre su competidor más cercano en la lista de fondos de cobertura más rentables, según LCH Investments. Mientras que la mayoría de los fondos de cobertura cobran comisiones de gestión fijas, Citadel cobra directamente a los clientes todos los costes de gestión de los fondos, desde los salarios hasta los alquileres de oficinas y la tecnología. Griffin tomó la idea de este modelo de comisiones "pass-through" de uno de los primeros inversores de Citadel, Edward Thorp, un pionero de Wall Street y autor de la guía matemática de blackjack "Beat the Dealer". Los gastos de fondos de firmas como Citadel pueden ascender a más del 7% de los activos en un año determinado, según Barclays.

Foto: Trabajador de Citadel Securities en la Bolsa de Nueva York. (Reuters/Brendan McDermid)

Este año, el principal fondo de Citadel ha subido un 8,8% hasta finales de julio. Griffin se centra ahora en mantener su ventaja. Las nuevas empresas que imitan las estrategias de Citadel son cada vez más numerosas y sus rivales intentan captar a su plantilla con paquetes salariales que, en ocasiones, son 10 veces superiores. "Algunos de nuestros competidores, que se dedican a reclutar personal de Citadel de forma agresiva, a veces se limitan a lanzar números irracionales a la gente, y lo único que puedes decir es: que Dios te bendiga, buena suerte y adiós", afirma Griffin.

También es cada vez más crítico con las normativas financieras que considera perjudiciales. Citadel fue miembro fundador de un grupo con sede en Texas, la National Association of Private Fund Managers (Asociación Nacional de Gestores de Fondos Privados), que ganó un pleito en junio para invalidar las nuevas normas de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos que rigen las condiciones y la información de los fondos de cobertura.

El pasado febrero, Griffin voló a Finlandia para la excursión anual del equipo de materias primas de Citadel. En la cima de un lago helado, se subió a la cabina de un coche deportivo McLaren para competir contra algunos de los empleados que más dinero generan de Citadel. Los miembros del equipo de Citadel también se enfrentaron en una partida de euchre, un juego de cartas del Medio Oeste. Un gestor de inversiones de gas natural de Citadel se impuso al volante, pero Griffin ganó al euchre.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo

Ken Griffin quiere que los que visiten las oficinas de su compañía de fondos de cobertura de 63.000 millones de dólares, Citadel, no tengan ninguna duda sobre su lugar en la cima de Wall Street. El mensaje que se lee en las puertas de los ascensores de su sede de Miami reza: "El gestor de fondos de cobertura más rentable de todos los tiempos".

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