Los 'desechados' de Wall Street encierran un tesoro oculto
Si los inversores hubieran comprado los desechos de los fondos indexados, podrían haber ganado 74 veces más dinero desde 1991
Suele ser mejor evitar las relaciones por despecho, pero quizá no sea así en la bolsa.
En un artículo que comienza afirmando que "a nadie le gusta que le dejen plantado", dos expertos en inversiones revelan algunos rasgos sorprendentes, y potencialmente lucrativos, de las empresas que se han abandonado a sí mismas. Con cerca de la mitad del dinero invertido en acciones estadounidenses ahora en fondos indexados, y muchos gestores activos con carteras que se les parecen —solo intenta batir al mercado hoy en día sin valores de los "Siete Magníficos" como Nvidia o Microsoft—, los descartes de los índices lo tienen difícil para encontrar nuevos pretendientes.
Es entonces cuando los inversores deberían lanzarse, afirma Rob Arnott, presidente de la empresa de asesoría Research Affiliates, junto con su colega Forrest Henslee. Esta semana han presentado un índice bursátil llamado NIXT que habría hecho ganar a los inversores unas 74 veces su dinero desde 1991 comprando valores descartados de los índices.
La idea fundamental no es revolucionaria: muchos fondos de cobertura ganan dinero, o lo intentan, comprando valores que están a punto de entrar en un índice muy popular, como el S&P 500, y vendiendo en corto los que están a punto de salir. Saben que habrá compradores y vendedores forzados a los que no les importa el precio. Sin embargo, en lugar de dedicarse a especular con esos valores durante una noche, NIXT los incluye después de que se hayan deshecho de ellos. Y, aunque no está comprometido con esos perdedores para siempre, les da una fecha de cinco años, una eternidad para los amantes del dinero rápido. Lo sorprendente es la duración de los buenos resultados.
Una forma práctica de ver el efecto es pensar en el valor de una acción eliminada en relación con el S&P 500 como si fuera equivalente a uno el día de su exclusión. Los antiguos miembros de los índices S&P 500, Russell 1000 y Nasdaq-100 valían una media de 2,25 veces más un año antes de su eliminación, lo que supone una caída considerable. Pero luego les empieza a ir mejor que al índice y se mantienen así durante cinco años, hasta alcanzar el 1,28. En otras palabras, superan al mercado en un 5% anual. Las empresas que se incorporan a un índice tienden a subir previamente y a quedarse rezagadas durante el primer año, pero ni mucho menos tanto. ¿A qué se debe esta diferencia? Las que se descartan también se negocian menos y, por lo tanto, muchos fondos tienen que venderlas todas a la vez. "Parte de lo que estamos viendo es un rebote de esa presión", afirma Arnott. "Es un patrón bastante extraordinario".
En lugar de dedicarse a especular con esos valores durante una noche, NIXT los incluye después de que se hayan deshecho de ellos.
Arnott es partidario de los fondos indexados, que suelen batir a la mayoría de los gestores activos a lo largo de los años, pero es todo un iluminado en el mundo de los cerebritos de las finanzas que tratan constantemente de construir la mejor estrategia. Un artículo que escribió en 2005 con Jason Hsu y Philip Moore contribuyó a iniciar la corriente de la "smart beta", que ahora guía más de un billón de dólares en activos. Research Affiliates, fundada apenas tres años antes, afirma haber creado estrategias que ahora utilizan fondos que en total gestionan unos 150.000 millones de dólares.
La idea central del artículo original de Arnott era crear un índice basado en factores fundamentales, como la rentabilidad, en lugar del valor de mercado. Su principal índice bursátil estadounidense batió a uno estándar ponderado por capitalización en 1,8 puntos porcentuales al año desde 1992 hasta 2022, una ventaja sustancial. El que sigue a las pequeñas empresas fue incluso mejor, superando al índice comparable en 2,7 puntos al año.
Entre otras ventajas, los índices fundamentales son más propensos a mantener los valores rechazados. Sin embargo, los inversores que invierten en fondos de índices simples y que se aferran a ellos no deberían preocuparse: la consecuencia de dejar pasar las empresas descartadas es mínima, porque son literalmente un error de redondeo cuando se descartan. Pero, para quienes busquen algo más atrevido, las empresas descartadas por sí solas pueden resultar especialmente atractivas en estos momentos.
Los valores que se eliminan son, por naturaleza, pequeños y baratos. Entre 1991 y 2022, las acciones eliminadas cotizaron con un descuento del 26% respecto al S&P 500 en términos de su relación precio/beneficios, mientras que las acciones añadidas obtuvieron una prima del 83%. Y puesto que Arnott predice que las acciones de valor de pequeña capitalización están preparadas para superar al S&P 500 después de ir a la zaga durante años, cree que el nuevo índice también podría estar bien posicionado.
Entre otras ventajas, los índices fundamentales son más propensos a mantener los valores rechazados
¿Cuál es el truco? A diferencia de un índice fundamental, que puede absorber mucho dinero, existirán límites en cuanto a cuánto puede seguir a los valores rechazados antes de que el efecto disminuya. "Lo hemos diseñado hasta 1.000 millones de dólares, y funciona bien", dice Arnott. Aún hay otra pega: existe un índice barato y de amplio seguimiento que lo ha hecho incluso mejor. Los inversores que compraron y mantuvieron el Nasdaq-100, compuesto principalmente por grandes valores tecnológicos de EEUU, han padecido algunas burbujas salvajes y desplomes desgarradores, pero ganaron unas tres veces más que el S&P 500 entre 1991 y 2023.
Los inversores que creen que la inteligencia artificial no ha hecho más que empezar pueden seguir concentrando sus apuestas en índices repletos de valores glamurosos. Sin embargo, quienes estén dispuestos a probar suerte con valores cortos, oscuros y feos podrían llevarse una grata sorpresa.
*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo
Suele ser mejor evitar las relaciones por despecho, pero quizá no sea así en la bolsa.