En la guerra de las consolas, Super Mario sigue siendo el rey
Nintendo está cerca de renovar su popular consola Nintendo Switch. Y a diferencia de Sony y Microsoft, puede tomarse su tiempo para incorporar potentes novedades
![Foto: La empresa Nintendo Switch. (EFE/Friedemann Vogel)](https://images.ecestaticos.com/k4e4Bxhngt7G2v0MFzI0SUM0byo=/0x0:1920x1080/1200x900/filters:fill(white):format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ffef%2F577%2F047%2Ffef577047a396323f2156fe3ad8a79a4.jpg)
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Un consejo rápido: no compres una Nintendo Switch estas Navidades, ya que su sucesora saldrá probablemente el año que viene. La innovadora Switch, que cumple ocho años, ha sido un éxito arrollador para la compañía japonesa. Ha vendido más de 143 millones de unidades, superando a los productos rivales de Sony y Microsoft. Sus ventas han superado los 102 millones de unidades de la propia Wii de Nintendo, lo que la convierte en la tercera consola de videojuegos más vendida de la historia. El precio de las acciones de Nintendo llegó a un máximo histórico el mes pasado, antes de que la reciente caída del mercado acabara con todas sus ganancias del año.
Para muchos de los que crecieron con ella, Nintendo es un sinónimo de videojuegos. Su Nintendo Entertainment System estableció básicamente el mercado de los videojuegos domésticos en la década de 1980. Con la PlayStation de Sony y la Xbox de Microsoft uniéndose a la contienda, los fabricantes de consolas compiten por mejorar cada vez más los gráficos, impulsados por un hardware cada vez más potente. Lanzadas en 1994 y 2001, las consolas PlayStation y Xbox van ya por su quinta y cuarta versión, respectivamente.
![Foto: El anuncio de la nueva Switch 2 se está haciendo de rogar (Reuters/Andrew Kelly)](https://images.ecestaticos.com/r73fAvFmuzCUf-Qu5YAO2VRD7fw=/253x0:2273x1515/1200x900/filters:fill(white):format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ffb6%2F374%2F4a2%2Ffb63744a22d01865416cb22b9ddd6668.jpg)
Sin embargo, Nintendo ha conseguido seguir un camino diferente. En lugar de lanzarse a una carrera armamentística de títulos realistas y a menudo violentos dirigidos a adolescentes y adultos jóvenes, Nintendo se centró en crear juegos divertidos que atrajeran un público más amplio, incluidos personas que no suelen jugar. Tanto Switch como Wii, su anterior gran éxito, ofrecen juegos que permiten a familias y amigos jugar juntos en entornos informales. Por eso, la Switch no necesita un hardware tan potente como el de sus rivales. Lo que le falta en potencia bruta lo compensa con un diseño más creativo y con sus mandos desmontables.
Pero todas las consolas han tenido que enfrentarse al auge de los ordenadores de bolsillo que casi todo el mundo lleva consigo hoy en día. Desde la aparición de los teléfonos inteligentes se han escrito obituarios prematuros para las consolas de videojuegos. Los juegos para móviles han crecido a pasos agigantados y el año pasado acapararon cerca de la mitad de los 184.000 millones de dólares de ventas del mercado, frente al 28% de las consolas, según Newzoo. No obstante, los ingresos procedentes de los videojuegos no son pocos, ya que las consolas no han dejado de registrar cifras de crecimiento en la última década.
Desde la aparición de los teléfonos inteligentes se han escrito obituarios prematuros para las consolas de videojuegos
Para la industria, y especialmente para la propia Nintendo, habrá mucho en juego con la próxima consola de la compañía. La propia historia de Nintendo ofrece una dolorosa lección sobre cómo podría ir mal. Antes de lanzar la Switch en 2017, la compañía estaba sumida en la resaca del éxito arrollador de la consola Wii. Wii U, la sucesora de la Wii, fue un gran fracaso y vendió menos de 14 millones de unidades. Durante esa época oscura, Nintendo perdió dinero durante dos años consecutivos, en 2013 y 2014.
Hace apenas cuatro años, la Switch era uno de los productos más codiciados del confinamiento, se vendía en el mercado secundario muy por encima de su precio de catálogo y su juego Animal Crossing era un éxito arrollador. Ganó 1.000 millones de dólares en un solo trimestre, y eso que ni siquiera coincidió con el típico periodo navideño. Ahora, sin embargo, las ventas de la Switch están en declive. Los ingresos de Nintendo se redujeron casi a la mitad interanual el trimestre pasado, lo que hace más urgente que su sucesora sea un éxito rápido.
![Foto: Foto: EFE/Kiyoshi.](https://images.ecestaticos.com/sS0RAJRnkHUboLb-qlxKYBkxunU=/0x0:1920x1080/1200x900/filters:fill(white):format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F019%2F4c7%2F74b%2F0194c774bf895036c41f93e8923a2c0a.jpg)
Pero incluso si Nintendo logra igualar el ingenioso diseño de la Switch, la guerra de consolas se está transformando en algo muy diferente. Microsoft, por ejemplo, afrimó en febrero que llevará algunos de sus títulos exclusivos a las consolas de Sony y Nintendo. Del mismo modo, Sony también ha lanzado algunos de sus juegos en Windows. Microsoft, por su parte, está ofreciendo más juegos en su servicio de suscripción Game Pass, parecido a Netflix.
Desde hace tiempo, el modelo de negocio de las consolas de videojuegos consiste en ofrecer juegos exclusivos. Los consumidores eligen una en concreto porque hay ciertos juegos a los que quieren jugar que solo están disponibles en esa plataforma. Eso, a su vez, ha ayudado a los fabricantes de consolas a fidelizar a los jugadores y venderles otros juegos. Por eso, la compra de Activision Blizzard, desarrolladora de juegos, por 75.000 millones de dólares por parte de Microsoft ha puesto de los nervios a Sony. La saga de shooters de Activision, Call of Duty, ha sido una fuente de ingresos importante para PlayStation. Microsoft acordó mantener la serie en PlayStation durante 10 años, en parte para calmar las preocupaciones de la competencia.
La compra de Activision Blizzard por 75.000 millones de dólares por parte de Microsoft ha puesto de los nervios a Sony
Pero también tiene sentido desde el punto de vista comercial. Uno de los factores que ha impulsado el cambio tectónico de la industria es que la producción de juegos se ha vuelto muy cara. Desarrollar los títulos más grandes, los llamados "triple A", suele llevar años y supone una inversión enorme. El juego de aventuras postapocalípticas de Sony Horizon Forbidden West, lanzado en 2023 para sus consolas PlayStation, tardó cinco años y costó más de 200 millones de dólares, al mismo nivel que las superproducciones de Hollywood.
Estos juegos tienen gráficos realistas e increíblemente detallados. Muchos incluyen voces de famosos y se desarrollan en vastos mundos virtuales que los jugadores pueden explorar durante cientos de horas. Teniendo en cuenta esos costes y los riesgos comerciales de un fracaso, tiene sentido que los creadores de juegos repartan el coste entre más plataformas. Esto es especialmente cierto hoy en día, porque tienen que competir por tiempo y atención con los juegos para móviles.
![Foto: Varios 'gamers' juegan con la Nintendo Switch. (EFE)](https://images.ecestaticos.com/aYrk8V44Lz1iL3n2804V9QO_LIQ=/0x0:2272x1398/1200x900/filters:fill(white):format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fa2e%2F024%2F416%2Fa2e024416d711e4deebd728438167554.jpg)
Los títulos exclusivos son el pan de cada día de Nintendo. Los jugadores compran las consolas de Nintendo sobre todo para jugar a sus juegos. Pero, a diferencia de sus competidores, las características de la empresa se han labrado un nicho que evita la inflación de los costes de desarrollo de los juegos. Esto la ha hecho más rentable que la división de juegos de Sony en los últimos años. Su larga historia también ha creado muchos personajes de videojuegos, como Super Mario, que se han convertido en nombres conocidos y han dado el salto a otros medios, como la gran pantalla y los parques temáticos de Universal.
Nintendo, con su posicionamiento único, tiene lo que se necesita para mantenerse en el juego, especialmente si su nueva consola tiene éxito. Sony, que siempre ha ido un paso por delante de Microsoft en la guerra de consolas, puede aprovechar su mayor número de usuarios. La apuesta de Microsoft por servicios de suscripción como Game Pass es más incierta, pero sus abultados bolsillos, como demuestra la adquisición de Activision, pueden ayudarla a mantenerse en la partida. A pesar de los retos que plantean los smartphones, las consolas —hardware específico optimizado para videojuegos que puede utilizarse en pantallas grandes— probablemente estén aquí para quedarse. Otra cuestión es si eso deja espacio suficiente para tres empresas rentables.
*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo
Es la eterna pregunta que se hacen los padres durante las vacaciones: ¿Debo regalar a mis hijos una videoconsola? ¿Y cuál?