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36 horas en Bajmut: la desesperada batalla de una unidad para contener a los rusos
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Tras 10 meses de batalla

36 horas en Bajmut: la desesperada batalla de una unidad para contener a los rusos

Un grupo de 16 reclutas perdió a 11 que murieron o fueron capturados. ¿Mereció la pena? Depende de una ofensiva ampliamente anticipada

Foto: Foto: EFE/Oleg Petrasyuk.
Foto: EFE/Oleg Petrasyuk.
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El soldado Oleksiy Malkovskiy, desempleado y padre de tres hijos, disparó una granada propulsada por cohete por primera vez en su vida en el frente de batalla de Bajmut el pasado mes de febrero.

Las tropas rusas estaban asaltando uno de los bloques de apartamentos que su grupo de 16 reclutas, muchos de los cuales se habían alistado días antes y no habían recibido entrenamiento alguno, había sido asignado a defender.

11 de los 16 hombres del grupo de reclutas de Malkovskiy murieron o fueron capturados

Malkovskiy falló. Los rusos dispararon su propio RPG, acertando en la pared junto a él y dejándole conmocionado. Salió corriendo del edificio y se escondió en un huerto, con los oídos zumbándole. Cuando regresó al anochecer, los cadáveres de dos de sus compañeros yacían en la habitación.

Durante las 36 horas que pasó en un brutal combate casa por casa en la ciudad del este de Ucrania, 11 de los 16 hombres del grupo de reclutas de Malkovskiy murieron o fueron capturados, según los soldados supervivientes y los familiares de los desaparecidos.

Rusia se hizo finalmente con el control sobre Bajmut durante el fin de semana, tras una batalla de 10 meses que Kiev utilizó para reducir a las fuerzas rusas. Aunque ninguno de los bandos ha revelado sus bajas, muchos miles de soldados de ambos bandos han muerto en el frente de Bajmut, según estimaciones occidentales. Muchos más han resultado heridos.

Foto: Leopard 2A4 reacondicionado por Santa Bárbara Sistemas. (EFE)

En un esfuerzo por preservar las brigadas entrenadas y equipadas por Occidente para una ofensiva ampliamente anticipada, y con muchos de sus soldados profesionales muertos, Kiev envió soldados movilizados y unidades de defensa territorial, a veces con entrenamiento y equipamiento irregulares.

El éxito o fracaso final de la estrategia ucraniana en Bajmut dependerá de los resultados de la ofensiva mayor.

"Si puedes evitar tener que desviar tu fuerza de combate decisiva hacia algo como Bajmut, que tendría un impacto negativo a largo plazo en la contraofensiva general, entonces hazlo", afirmó el teniente general retirado Ben Hodges, ex comandante del Ejército de Estados Unidos en Europa. "Por supuesto, sigues pagando un alto precio", añadió.

Los 16 hombres, incluido Malkovskiy, alistados en la 5ª compañía de la 93ª Brigada Mecanizada de Ucrania, partieron de Járkov el 16 de febrero en autobús hacia la base de la brigada, a dos horas y media en coche hacia el sur.

Foto: Escenas de destrucción total en la ciudad de Bajmut (Maxar)

Los pasajeros eran en su mayoría hombres pobres de pueblos del noreste de la región de Járkov, muchos de ellos desempleados, con trabajos ocasionales como manitas o por turnos en fábricas de la capital regional. Muchos habían recibido avisos de movilización ese mes, según sus expedientes de servicio militar. Aunque algunos habían cumplido el servicio obligatorio años o décadas antes, casi ninguno había entrado en combate activo.

Pasaron dos noches en la base, donde se les entregaron uniformes y fusiles de la época soviética, según documentos y fotos militares. El 18 de febrero, fueron conducidos a Kostyantynivka, a 16 millas de Bajmut, y alojados en una casa a las afueras de la ciudad de guarnición.

Posaron para las fotos con sus fusiles delante de los iconos religiosos colocados en la repisa de la casa, bebiendo bebidas energéticas en las literas de uno de los dormitorios, y fumando y comiendo en la cocina.

Foto: Miembros de la legión Libertad de Rusia, del Ejército ucraniano. (Reuters/Alex Babenko)

La mañana del 21 de febrero, el sargento mayor de la compañía llegó para informarles de que tenía órdenes de enviar a los hombres a Bajmut en grupos de seis. Las fuerzas rusas se estaban acercando al río que divide la ciudad, presionando a las unidades ucranianas que se defendían de los constantes bombardeos de mortero y artillería.

Algunos de los hombres amenazaron con escribir una negativa oficial a seguir la orden, alegando falta de entrenamiento. Vladyslav Yudin, un exconvicto de la ciudad oriental de Luhansk, declaró que le había dicho al sargento mayor que nunca había empuñado un arma, y mucho menos disparado, y que tenía miedo. "Bajmut te enseñará", le respondió.

Cuando el primer grupo de hombres llegó a Bajmut esa noche, les dijeron que siguieran a un comandante hasta su posición. Caminaron por callejones entre las ruinas de edificios bombardeados, pasando por encima de postes de teléfono caídos y proyectiles rusos sin explotar.

Foto: El grupo mercenario Wagner alza la bandera rusa sobre las ruinas de un edificio sin identificar de Bajmut. (Telegram)
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Llegaron a un bloque de apartamentos de gran altura separado de las tropas rusas del edificio contiguo por un cobertizo, una alambrada y un pequeño jardín. Tomaron posiciones junto a las ventanas del primer piso. Entonces les dispararon con granadas y morteros, y Yudin cuenta que vio cómo mataban delante de él a Serhiy Didik, un aldeano de 36 años, y al comandante. "Fue un infierno", afirmó.

A menos de 300 metros, el granjero Serhiy Puhasiy estaba en una casa bajo un fuerte ataque ruso que obligó a su grupo a salir. Bajo fuego de metralleta desde el tercer piso de otro edificio, vio caer a su jefe de pelotón y a otro soldado. Se encontró expuesto mientras las balas zumbaban a su alrededor. Cayó al suelo y pronto se vio rodeado de soldados rusos.

"¿Estás solo?", le preguntó uno de los rusos, atándole los brazos, mientras otro le quitaba el fusil de las manos y el chaleco antibalas. Respondió que sí.

Foto: Un militar ucraniano cerca de la ciudad de Bakhmut, en la región de Donetsk. (Reuters/Radio Free Europe/Serhii Nuzhnenko)

Desde aquella batalla del 21 y 22 de febrero, y una misión posterior el 2 de marzo para la que los miembros supervivientes de la unidad fueron enviados de vuelta a Bajmut, las esposas de los desaparecidos han estado buscando información. Han escrito a la Cruz Roja y a las Naciones Unidas, han llamado a una línea directa del gobierno ucraniano y han publicado en docenas de páginas de redes sociales sobre los desaparecidos.

La esposa de Puhasiy, Anzhela, recibió la noticia de la desaparición de su marido el 24 de febrero, tres días después de haber hablado con él por última vez. "Es como estar al borde de un precipicio. No soy ni esposa ni viuda", expuso en una entrevista a principios de abril. "Lo peor es no saberlo".

Vladyslav, el hijo de nueve años de la pareja, se dibujó a sí mismo encima de un tanque con una bandera ucraniana, rumbo al frente. "Papá, yo te salvaré", escribió.

Foto: Un soldado francés patrulla un pueblo de Bossangoa, al norte de la República Centroafricana. (Reuters/Andreea Campeanu)

A principios de marzo, dos oficiales del ejército se presentaron en casa de Vasiliy Zelinskiy, un trabajador por turnos de una fábrica de acero de 51 años al que se le había diagnosticado una dolencia en la columna vertebral, para comunicar la noticia de su desaparición. Su esposa, Olena, empezó a sollozar y les preguntó: "¿Cómo puede ser que se hayan llevado a un hombre sin entrenamiento y una semana después haya desaparecido?". Cuenta que uno de los hombres bajó la mirada, y el otro respondió: "estamos en guerra. Nadie les entrenará ahora".

El 2 de abril, un canal vinculado al grupo paramilitar Wagner que encabezó el asalto ruso a Bajmut publicó una foto de la identificación militar de Didik y declaró que se había confirmado su muerte. Pero la esposa de Didik, Valentina, está convencida de que sigue siendo cautivo de los rusos. "Sé que mi marido está vivo", declaró en un mensaje a The Wall Street Journal. "Mi corazón lo siente".

Las esposas de los hombres desaparecidos están enfadadas porque fueron enviados a Bajmut sin entrenamiento. La gran mayoría de los soldados movilizados en Ucrania reciben al menos una preparación mínima, y los casos de hombres sin formación a los que se ordena combatir no están muy extendidos. Pero la legislación ucraniana no especifica cuánto tiempo debe durar el entrenamiento, y los abogados dicen que los reclutas no tienen muchas opciones más allá de presentar una queja a través de sus comandantes o de una línea directa del Ministerio de Defensa.

Foto: Miembros del Cuerpo de Voluntarios rusos. (Reuters/Viacheslav Ratynskyi)

Los legisladores ucranianos presentaron en febrero un proyecto de ley que exige un mínimo de tres meses de preparación para las tropas movilizadas, pero no ha avanzado en el Parlamento. El Ministerio de Defensa ucraniano negó haber enviado soldados sin entrenamiento a Bajmut, y un oficial de la 93ª declaró que no había oído hablar de casos de este tipo en su unidad. "Si ocurre, está mal", añadió. Un portavoz de las fuerzas armadas ucranianas declinó hacer comentarios.

A mediados de abril, Puhasiy fue liberado en un canje de prisioneros tras casi dos meses de cautiverio ruso. Estuvo recluido en una prisión de la parte de la región ucraniana de Luhansk ocupada por Rusia, antes de ser trasladado a una celda de una fábrica abandonada. A él y a otra docena de personas les vendaron los ojos, los condujeron a Bajmut y les dijeron que cruzaran a pie la línea del frente mientras las tropas rusas se comunicaban por radio con las ucranianas, asegurándose de que ambos bandos no disparaban.

Al final, Puhasiy cree que fue su brevísimo servicio militar lo que le salvó de la ejecución a manos de sus captores. Cuando los soldados rusos miraron su cartilla militar y vieron la fecha en que había sido movilizado, menos de una semana antes, le preguntaron cuánto tiempo había combatido. "24 horas", respondió. Dice que le advirtieron de que, si lo volvían a capturar, no sobreviviría.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.

El soldado Oleksiy Malkovskiy, desempleado y padre de tres hijos, disparó una granada propulsada por cohete por primera vez en su vida en el frente de batalla de Bajmut el pasado mes de febrero.

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