Los fármacos para adelgazar que sí funcionan ponen en jaque a la industria de perder peso
Para las empresas dedicadas a la pérdida de peso, la cuestión ahora es si deben adoptar los fármacos, seguir insistiendo en la dieta y el estilo de vida o encontrar un término medio
Las empresas dedicadas a la pérdida de peso, que durante mucho tiempo fomentaron el conteo de calorías y la fuerza de voluntad, se enfrentan a la creciente popularidad de los nuevos fármacos. Annick Lenoir-Peek, abogada que reside en Durham (Carolina del Norte), lleva luchando con su peso desde que era adolescente. Ha probado la dieta Atkins y la Keto, y se ha gastado miles de dólares a lo largo de décadas en programas de adelgazamiento como Noom, Nutrisystem y WeightWatchers.
Desde que empezó a tomar Ozempic a finales de noviembre, ha perdido unos 10 kilos. Cuenta que sus niveles de colesterol y glucosa han mejorado y puede comer muchas menos calorías sin sentir hambre. Ha notado pocos efectos secundarios y tiene más energía que cuando probaba dietas hipocalóricas. Actualmente está de viaje por Europa del Este y dice que está haciendo más excursiones de las que habría hecho si pesase más.
Las personas como Annick —que están entre los clientes más fiables del negocio de las dietas— están provocando una crisis existencial en la industria, que obtuvo 76.000 millones de dólares en 2022 en ventas de programas médicos y de pérdida de peso, refrescos dietéticos y alimentos congelados bajos en calorías, membresías de gimnasios y otras categorías, según la empresa de investigación Marketdata LLC.
Los fármacos como Ozempic, Wegovy y Mounjaro han revolucionado el negocio de la pérdida de peso en Estados Unidos. Se perfilan como éxitos de ventas para Novo Nordisk, que fabrica Ozempic y Wegovy, y Eli Lilly, que fabrica Mounjaro. Los fármacos también están echando por tierra la creencia arraigada de que la dieta, el ejercicio y la fuerza de voluntad son el camino hacia la pérdida de peso.
"Creo que [los nuevos fármacos] van a transformar el sector de la pérdida de peso de una forma bastante importante", opina Alex Fuhrman, analista de investigación sénior de Craig-Hallum Capital Group LLC. "El enfoque tradicional de la pérdida de peso fue durante mucho tiempo el único, a excepción de las intervenciones quirúrgicas más drásticas. Ahora, el enfoque conductual de la pérdida de peso va a estar bajo presión".
Algunas grandes empresas, como WeightWatchers, están adoptando estos fármacos, a veces denominados GLP-1, y apuestan por ellos como parte esencial del futuro del sector. Otros presentan sus programas de dieta y ejercicio como una alternativa natural a los fármacos y defienden la idea de que no existe una solución rápida. Algunos señalan los inconvenientes de los medicamentos: efectos secundarios como náuseas y diarrea, y la perspectiva de tener que tomarlos a largo plazo para no engordar. Para las empresas, está en juego su modelo de negocio; para los consumidores, su salud.
"La mayoría de mis clientes han seguido un montón de dietas diferentes. Han hecho de todo", cuenta Alix Turoff, dietista titulada y entrenadora personal. "Nadie puede seguirlas porque son increíblemente restrictivas".
Un cambio en la industria
Las empresas llevan décadas lucrándose a costa de los sueños de adelgazar de los estadounidenses. WeightWatchers, fundada en 1963, llevó su promesa de pérdida de peso mediante el seguimiento de los alimentos y cambios en el estilo de vida a generaciones de estadounidenses. En los años 80, Jane Fonda enseñaba a los estadounidenses a sentir el ardor en sus músculos; más tarde, la dieta Atkins se hizo popular instando al público a reducir la ingesta de hidratos de carbono.
Los fármacos para perder peso han ido y venido, a menudo asociados a problemas de salud. La combinación de dieta y fármacos conocida como fen-phen (del nombre en inglés de sus ingredientes activos principales, la fenfluramina y la fentermina) se consideró un tratamiento milagroso en la década de 1990, pero se retiró del mercado cuando algunos consumidores desarrollaron problemas cardiacos. Dexatrim, una píldora de venta sin receta muy popular en su día, se relacionó con un mayor riesgo de infarto cerebral.
Y, aun así, EEUU siguió engordando, con alrededor del 42% de los adultos del país con obesidad, según los datos recopilados entre 2017 y marzo de 2020 por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, frente al aproximadamente 31% registrado en 1999-2000.
Lo sorprendente de Ozempic, Wegovy y Mounjaro es que sí conducen a una pérdida de peso significativa, según investigadores, médicos y pacientes. Ozempic y Mounjaro están aprobados para tratar la diabetes de tipo 2, pero los pacientes también los toman para perder peso. Wegovy está aprobado para la pérdida de peso en personas obesas o con sobrepeso y afecciones relacionadas. Un suministro de Ozempic para un mes cuesta unos 892 dólares, sin seguro. En el caso de Wegovy, el precio asciende a unos 1.350 dólares.
Para las empresas dedicadas a la pérdida de peso, la cuestión ahora es si deben adoptar los fármacos, seguir insistiendo en la dieta y los cambios de estilo de vida, o encontrar un término medio.
La decisión de WeightWatchers de comprar Sequence, una empresa de asistencia sanitaria remota que pone en contacto a sus miembros con médicos que pueden recetarles Ozempic, Wegovy, Mounjaro y otros medicamentos para adelgazar, ilustra mejor este cambio. De hecho, lleva 60 años diciendo a sus afiliados que pueden adelgazar controlando lo que comen, revisando su peso con frecuencia y haciendo otros cambios en su estilo de vida. Pero cada vez son menos las personas que apuestan por esa promesa: el número de suscriptores de la empresa se redujo a 3,5 millones a finales de 2022, frente a los 4,2 millones de un año antes, y por debajo de su máximo histórico de 5,03 millones de suscriptores a finales del primer trimestre de 2020.
Ahora, WeightWatchers ve una oportunidad de comercializar el acceso a los nuevos fármacos entre sus antiguos miembros. "Probablemente podríamos haber atendido mejor a algunas personas", reconoce Sima Sistani, directora ejecutiva de la empresa. "Estos medicamentos pueden ayudar a algunos a adherirse a un programa como WeightWatchers". Añade que muchos miembros actuales también son candidatos potenciales para los fármacos.
La aceptación que ha mostrado WeightWatchers hacia los fármacos ha molestado a algunos dentro de su propia comunidad. Algunos miembros han expresado su decepción e incluso una sensación de traición. Sistani, que ha recibido algunos mensajes de miembros enfadados, dice estar sorprendida por la reacción. "Hay sectores de nuestra comunidad que creen que, como lo hicieron de la forma más difícil, entre comillas, eso es lo que debe hacer todo el mundo", afirma.
WeightWatchers también planea crear programas dirigidos a los miembros que utilicen los medicamentos GLP-1, ya que, cuando las personas pierden peso rápidamente, suelen perder una cantidad importante de masa muscular. El fármaco puede provocar cambios drásticos en el apetito, por lo que es posible que necesiten orientación adicional para nutrirse adecuadamente.
Noom Inc., que cuenta con un programa de dietas en línea que codifica por colores los alimentos en función de las calorías, lanzó discretamente el otoño pasado un programa que ofrece medicamentos GLP-1 a sus clientes, y en diciembre contrató a su primer director médico para gestionar el servicio. El principal programa de pérdida de peso de Noom puede costar entre 70 dólares al mes a 209 dólares al año, según el plan. (Novo Holdings, accionista mayoritario de Novo Nordisk, fabricante de Ozempic y Wegovy, es inversor en Noom). Los clientes que se inscriban en el programa básico de dietas y coaching de Noom podrán optar a fármacos para adelgazar si cumplen los requisitos. Por ahora, Noom no menciona este servicio en su sitio web ni hace publicidad del programa.
Según Linda Anegawa, la nueva directora médica de Noom, el programa está en fase piloto. Ha afirmado que "creemos que tratar la pérdida de peso desde un punto de vista médico es un complemento natural de la herramienta de cambio de conducta de Noom, que lleva más de una década desarrollándose".
Los inconvenientes
Otras empresas de pérdida de peso han señalado los inconvenientes de los nuevos fármacos. "Los primeros efectos secundarios son náuseas y diarrea masivas. Lo más preocupante son los efectos secundarios no estudiados", afirma Dan Chard, presidente y director ejecutivo de Medifast, cuyo programa Optavia generó unos ingresos de 1.600 millones de dólares en 2022.
Chard señala que los efectos secundarios a largo plazo de un medicamento pueden tardar años en aparecer por completo. También sostiene que la venta sin receta de los medicamentos es motivo de preocupación. Además, presenta Optavia como una alternativa o un complemento a los medicamentos. En el plan más popular de Optavia, los usuarios consumen entre 800 y 1.000 calorías a través de cinco "repostajes" al día, productos de la marca Medifast como batidos, barritas y sopas, y una comida casera de su línea Lean and Green.
Los usuarios son emparejados con entrenadores, la mayoría de los cuales empezaron como usuarios de Optavia, que obtienen una comisión por las ventas de los productos de la empresa y proporcionan apoyo e información sobre hábitos saludables. "Confiamos en nuestro enfoque", afirma Chard.
Herbalife, empresa mundial de venta directa que ofrece productos como batidos y barritas sustitutivos de comidas y suplementos nutricionales, considera que desempeña un papel tanto alternativo como complementario al de los nuevos fármacos, según afirma Kent Bradley, director general de salud y nutrición de la empresa. Mantiene que un cambio sostenible a largo plazo requiere un cambio en el estilo de vida.
El Dr. Bradley rechaza la idea de que los medicamentos puedan dejar obsoletos a los sustitutivos de comidas de su empresa. Su hermano es optometrista, y Bradley compara la introducción de los GLP-1 con lo que ocurrió en el campo de la oftalmología con la introducción de la cirugía Lasik. Cuenta que, cuando apareció el Lasik, los colegas oftalmólogos de su hermano especularon con que los optometristas, que recomiendan el uso de gafas, pero, en general, no operan, se quedarían pronto sin negocio. En lugar de eso, su negocio aumentó, debido a que los pacientes buscaban pruebas para optar a la operación y necesitaban gafas después de las intervenciones.
La marca Atkins de Simply Good Foods Co., que vende productos basados en su dieta rica en proteínas y baja en carbohidratos, afirma que su programa podría ser un "buen aliado" para los fármacos, según Colette Heimowitz, vicepresidenta de nutrición y educación de la empresa.
Defiende que la proteína puede prevenir la pérdida de masa muscular magra, y el alto contenido de fibra de la dieta Atkins puede ayudar a reducir algunos de los efectos secundarios de los medicamentos GLP-1 como la diarrea. Heimowitz afirma que las grasas saludables del método Atkins pueden potencialmente reducir el riesgo de lo que se ha empezado a llamar cara Ozempic, un aspecto demacrado y envejecido que a veces puede aparecer con la pérdida rápida de peso. También ve la dieta Atkins como una posible estrategia de salida para quienes necesiten dejar de usar los fármacos.
Stephen C. Brewer, director médico de Canyon Ranch desde hace muchos años, espera que la fiebre de los nuevos fármacos para adelgazar amaine. Ha recetado estos medicamentos a algunos huéspedes diabéticos y con sobrepeso para los que tenía sentido, pero es reacio a recomendarlos a otros que no han agotado otras vías para perder peso. Aunque el sobrepeso aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas, también hay que tener en cuenta otros aspectos de la salud. "Siempre espero que haya lugares como nosotros que sean la voz de la razón", declaró el Dr. Brewer.
*Contenido con licencia de The Wall Street Journal
Las empresas dedicadas a la pérdida de peso, que durante mucho tiempo fomentaron el conteo de calorías y la fuerza de voluntad, se enfrentan a la creciente popularidad de los nuevos fármacos. Annick Lenoir-Peek, abogada que reside en Durham (Carolina del Norte), lleva luchando con su peso desde que era adolescente. Ha probado la dieta Atkins y la Keto, y se ha gastado miles de dólares a lo largo de décadas en programas de adelgazamiento como Noom, Nutrisystem y WeightWatchers.