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Las quiebras bancarias son políticas y por eso 17.000 M en bonos de Credit Suisse valen cero
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PRIORIDAD A LOS ACCIONISTAS

Las quiebras bancarias son políticas y por eso 17.000 M en bonos de Credit Suisse valen cero

Las garantías de los bancos centrales del Reino Unido y de la eurozona de que los tenedores de bonos estarían por encima de los accionistas en caso de colapso bancario deben tomarse con cautela

Foto: Foto: Getty/Spencer Platt.
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La decisión de Suiza de dar prioridad a los accionistas sobre algunos tenedores de bonos en su rescate del Credit Suisse es contraria a la lógica para los financieros. Pero tiene una lógica política y, en las quiebras bancarias, la política importa.

En general, los mercados financieros han acogido con satisfacción la absorción de Credit Suisse por UBS, organizada por las autoridades suizas durante el fin de semana. Tras el pánico inicial, las acciones de los bancos europeos subieron el lunes y casi un 4% el martes, en una nueva señal de que el acuerdo ha calmado los nervios de los inversores.Las excepciones son los bonistas perjudicados, que quedaran sin nada, mientras que los accionistas pueden esperar un modesto desembolso de 3.250 millones de dólares. Los fondos propios de una empresa suelen considerarse la parte más arriesgada de su estructura de capital y la de menor rango en la jerarquía de derechos de los acreedores. Sin embargo, el regulador suizo optó por condonar aproximadamente 17.000 millones de dólares de deuda de nivel 1 adicional (AT1) de Credit Suisse.

Foto: Foto: Getty/Spencer Platt.

La base jurídica para ello es objeto de debate. La documentación de los llamados bonos de rescate parece permitir al regulador hacer lo que quiera en caso de emergencia, como cabría esperar de un título diseñado tras la crisis financiera de 2008, precisamente, para proporcionar un colchón de capital en tiempos como estos.

Lo que no está del todo claro es si el acuerdo con UBS es el tipo de acontecimiento que justifica una acción reguladora. El Gobierno suizo actuó de forma preventiva, antes de la quiebra de Credit Suisse. Las autoridades modificaron una ley durante el fin de semana para consolidar su caso, dando a entender que no creían que pudieran basarse únicamente en la documentación de los bonos. Es de suponer que los abogados discutirán sobre la letra pequeña durante años.

Entonces, ¿por qué ha dado Suiza prioridad a las acciones? La explicación más fácil parece ser la política. Los tenedores de bonos AT1, al ser instituciones financieras mundiales, eran un blanco más fácil que los accionistas, que suelen ser ciudadanos de a pie. Los principales accionistas de Credit Suisse son también de Oriente Medio, una región que da mucho negocio a los bancos privados suizos.

Foto: Oficinas de Credit Suisse. (Reuters/Lam Yik)

La operación necesitaba sacar capital de alguna parte para cubrir lo solicitado por UBS. El Gobierno suizo estaba desesperado por evitar que pareciera que se trataba de un rescate financiado por los contribuyentes.

Todo esto conlleva una lección más amplia: las quiebras de bancos demasiado grandes para quebrar son inevitablemente políticas, lo que lleva a conflictos potenciales con la agenda financiera. ¿Podría repetirse el patrón en futuras quiebras bancarias?

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En un principio, los inversores así lo temían, optando el pasado lunes por deshacerse de otros bonos AT1. Esto provocó declaraciones del Banco Central Europeo y del Banco de Inglaterra —temerosos del contagio en una clase de activos por valor de 250.000 millones de dólares— en las que afirmaban que todos los tenedores de bonos están por encima de los accionistas. Los inversores en bonos también pueden consolarse con el hecho de que los bonos AT1 de Credit Suisse probablemente ofrecieron a los reguladores un poco más de flexibilidad en su lenguaje legal y jurisdicción que la mayoría de sus homólogos del Reino Unido o de la zona euro. Incluso tras el rebote del martes, los AT1 no han vuelto al nivel de cierre de la semana pasada, según la rentabilidad del fondo cotizado Invesco AT1 Capital Bond.

Foto: La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (EFE/Justin Lane)

Al menos parece que cierta rebaja está justificada, y los inversores no deberían sentirse demasiado tranquilos por los aparentes compromisos de los bancos centrales. Por ejemplo, lo que haría el Banco de Inglaterra "en un escenario de resolución o insolvencia", según sus propias palabras, también estaría dirigido por el Tesoro del Reino Unido. Y podrían tomar medidas antes de una resolución o insolvencia formal, como hizo Suiza. Las autoridades aprendieron en 2008 que actuar pronto para mantener la calma es más fácil que recoger los pedazos más tarde.

Los bonos AT1 son una fuente útil de capital para los prestamistas europeos. Naturalmente, los bancos centrales están deseosos de mantener el mercado en marcha. Pero en una crisis como la de Credit Suisse, los financieros están lejos de ser las únicas voces en la sala.

Contenido con licencia de The Wall Street Journal.

La decisión de Suiza de dar prioridad a los accionistas sobre algunos tenedores de bonos en su rescate del Credit Suisse es contraria a la lógica para los financieros. Pero tiene una lógica política y, en las quiebras bancarias, la política importa.

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