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El secreto para destacar en el trabajo: mostrar interés
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El secreto para destacar en el trabajo: mostrar interés

Hoy en día, el sentido común y los modales suelen bastar para destacar

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Una joven profesional a la que pedí recientemente una entrevista dijo que sí, pero añadió que se había tomado su tiempo para leer mis últimas columnas antes de aceptar.

Pensé que venía preparada. O quizá soy fácil de impresionar.

Puede que todos lo seamos.

En una época en la que la ambición está por los suelos, las palabrotas por las nubes y la gestión de un Walmart parece demasiado exigente para que la gente se lance a por los sueldos de 200.000 dólares que se ofrecen, un poco de iniciativa y una actitud positiva pueden hacer que te tengan por una superestrella y, a veces, que te lleves una paga extra.

En la curva de la "renuncia silenciosa", ascender a lo más alto de la clase no requiere necesariamente ideas ingeniosas u horas interminables. No hay más que preguntar a la gente que se lleva ascensos y premios al empleado más destacado. A mí me pasó.

Foto: Foto: EC.
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Me contaron que medidas de sentido común que antes se consideraban normalesreunirse con la gente en persona, hacer pequeños favores a los compañeros, cumplir los plazos, aunque a veces haya que trasnochar— ahora se consideran excepcionales en el clima laboral actual.

"Probablemente, haya quien solo necesitan que se les recuerde que esas cosas importan", afirma Taylor Bretl, reclutadora de 29 años en Dallas y la persona que me impresionó leyendo mi trabajo.

Buscar información es una especie de superpoder para Bretl, una exdietista que cambió de profesión y ascendió hasta ser gerente en solo cuatro años en Slalom, una empresa de consultoría tecnológica, por lo que el año pasado recibió un premio al liderazgo. Cuando su jefe u otro compañero tiene una pregunta, suele encontrar la respuesta rápidamente consultando viejos correos electrónicos, documentos internos o Google.

Foto: Edificio del Capitolio, en Washington. (EFE/Lenin Nolly)

Ser el motor de búsqueda de los demás no está en la descripción de su trabajo, pero le ayuda a destacar. "Quiero que se me conozca como la persona que sabe dónde está todo o que tomó muy buenas notas, aunque yo no lo hiciera", explica.

Hacer un esfuerzo extra

Según Scott Hamilton, director gerente global de la práctica de consultoría de recursos humanos y compensación de Arthur J. Gallagher & Co., las empresas vuelven a apreciar a los empleados que están dispuestos a hacer un poco más. Afirma que muchos de los clientes de su empresa ofrecen primas y ascensos puntuales a quienes dan un paso adelante, aunque sea pequeño, reconociendo que muchos otros dan prioridad a su vida personal y se entregan menos a su trabajo.

Realizar tareas que los compañeros de trabajo descuidan o de las que se quejan es una estrategia de eficacia probada para hacerse notar, pero el listón para el trabajo excelente todavía no está tan alto como antes, reconocen algunos individuos destacados.

El consultor Alec Agana, asociado sénior de KPMG en Los Ángeles, sabe que pasar largas horas en la oficina era un mínimo que se esperaba de muchos de los que le precedieron en el puesto. Ahora cuenta que gana puntos acudiendo en persona unas cuantas veces a la semana, aunque a menudo solo tenga que ir una vez.

Foto: Trabajadores de la construcción en Nueva York (EFE/Ángel Colmenares)

"Lo veo como una oportunidad de aprender un poco más porque estaré al lado de mi jefe o socio", explica. "Obviamente, todos tenemos que enfrentarnos a los atascos, levantarnos un poco antes, elegir qué ponernos, pero somos profesionales".

Al igual que otros jóvenes trabajadores con los que hablé, Agana, de 25 años, opina que a veces se acusa injustamente a los milennials y a la Generación Z de no esforzarse lo suficiente. Como alguien que emigró de Filipinas a los 5 años, sin embargo, Agana explica que encuentra oportunidades donde muchos compañeros que crecieron más cómodamente ven monotonía. Añade que su madre lo crio sola, y él siente la necesidad de legitimar sus sacrificios.

El año pasado fue uno de los dos ganadores del premio a la distinción de KPMG, el más alto galardón que concede la empresa a sus empleados. La "conducta profesional" es una de las cualidades que le distinguen, según escribió en LinkedIn el socio director de la firma en Los Ángeles, junto con un rendimiento laboral sobresaliente.

Foto: Oficina del INEM. (EFE/J.L.Pino)

A por el ascenso

Rudolf Petrosyan, abogado del bufete Wood, Smith, Henning & Berman LLP de Glendale (California), afirma que una de las claves para ser elegido consejero senior de su bufete el mes pasado fue permanecer el tiempo suficiente —cuatro años— para ganarse el ascenso.

Muchas de las personas con las que se graduó de la escuela de derecho en 2018 ya van por su tercer o cuarto bufete, persiguiendo aumentos incrementales en un mercado laboral con abundantes ofertas para los abogados.

Su objetivo: quedarse y ascender a socio principal algún día. La idea es sorprendentemente anticuada en un sector en el que la cultura de la permanencia a largo plazo está desapareciendo.

Petrosyan, de 32 años, afirma que lo conseguirá observando y emulando a las personas que tienen el trabajo que él quiere.

Foto: Edificio del Capitolio en Washington (Estados Unidos). (EFE/Nolly)

"Si quiero ser socio principal, tengo que empezar por pensar como uno", opina Petrosyan, que se dedica a los litigios civiles. "Muchos abogados junior solo se centran en la ley, pero los socios son pensadores estratégicos. Así que empecé a idear estrategias para los casos y, al cabo de un tiempo, la gente empezó a escucharme".

Si eso suena obvio, espere a oír cómo Óscar Saavedra, de 38 años, consiguió su ascenso el mes pasado: fue a pedirlo. "Nadie va a saber que quieres un ascenso si no lo pides", afirma.

Saavedra trabaja desde su casa en Wyoming, Michigan, como arquitecto de sistemas para una empresa de software de fabricación. Antes era gestor de proyectos, pero quería desempeñar un papel más activo en el desarrollo tecnológico y aprovechar mejor su título de ingeniero industrial.

Aceptó tareas extras para demostrar lo que podía hacer y levantó la mano cuando su empresa buscaba un arquitecto de sistemas.

Foto: Una camarera atiende una terraza en Tenerife. (EFE/Ramón de la Rocha)
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A la carretera y a los objetivos de rendimiento

Sin duda, el mejor complemento para las habilidades interpersonales es un rendimiento impresionante. Claire Thomasmeyer, responsable de contratación universitaria en el sureste para la empresa de ingeniería civil Kimley-Horn, afirma que tres cuartas partes de los becarios del verano pasado volverán como empleados a tiempo completo después de graduarse esta primavera, lo que en su opinión es un récord regional de la empresa. Recientemente, recibió una placa por su destacada dedicación.

¿Cómo ha conseguido Thomasmeyer, de 27 años, retener a tantos becarios? Iba en persona a visitarlos a las oficinas de Kimley-Horn de las Carolinas, Georgia, Tennessee y Alabama. No se le exigió ni se le pidió que viajara, pero la empresa apoyó con entusiasmo su esfuerzo.

Ofrecerse voluntario para viajar —o ir más allá de otras formas— no es la norma hoy en día.

"No es algo que vea que hacen muchos amigos de distintas profesiones", dice.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal

Una joven profesional a la que pedí recientemente una entrevista dijo que sí, pero añadió que se había tomado su tiempo para leer mis últimas columnas antes de aceptar.

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