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La próxima prueba energética de Europa: recuperar la industria solar frente a China
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La próxima prueba energética de Europa: recuperar la industria solar frente a China

El continente intenta reconstruir su industria de paneles solares, diezmada por la competencia

Foto: Foto: EC Diseño.
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A medida que Europa pone fin a su dependencia del gas natural ruso, la región quiere que la energía solar se convierta en su principal fuente de electricidad para 2030. Uno de los retos será conseguirlo sin crear una dependencia energética de China.

Hoy en día, las empresas chinas controlan más del 80% de la cadena de suministro de energía solar en todo el mundo, dominando la producción de paneles y sus componentes.

Romper esa dependencia casi total de China, un rival geopolítico, se ha convertido en una urgencia para la Unión Europea

Romper esa dependencia casi total de China, un rival geopolítico, se ha convertido en una urgencia para la Unión Europea, que intenta reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y llenar el vacío que han creado las sanciones sobre los combustibles fósiles rusos tras la invasión de Ucrania por Moscú. Los países de la UE están instalando más paneles solares que nunca, la mayoría fabricados en China.

"Debemos evitar entrar en una nueva relación de dependencia", advierte el ministro italiano de Economía, Giancarlo Giorgetti, refiriéndose a China. "Lo que falta, y lo que necesitamos, es más fabricación en sectores clave para el futuro".

Foto: Marcos Lacruz también representa a la patronal de renovables valencianas, Avaesen.

Los líderes de la UE se reúnen esta semana en Bruselas para acordar un plan de subvenciones a los productores de paneles solares y otras industrias ecológicas, en un momento en que Estados Unidos, China, India y otros países han aumentado sus subvenciones a estos sectores.

Según analistas y funcionarios, no será fácil crear una industria viable de paneles solares en Europa. Las fábricas europeas tendrán que competir con los productores chinos, subvencionados por Pekín y capaces de rebajar los precios de sus nuevos competidores.

El continente apuesta por proyectos propios, como una enorme fábrica de paneles solares en Sicilia, propiedad de la empresa italiana Enel

El continente apuesta por proyectos propios, como una enorme fábrica de paneles solares en Sicilia, propiedad de la empresa energética italiana Enel SpA. Esta semana, Enel publicó sus planes para aumentar la capacidad de la fábrica a mediados de 2024 y fabricar anualmente paneles solares suficientes para generar 3 gigavatios de electricidad, frente a los 200 megavatios actuales.

Esto la convertiría en la mayor planta de paneles solares de Europa. Enel y otras empresas europeas afirman que sus paneles más eficientes y duraderos, y el atractivo de un producto fabricado en Europa, les permitirán competir con las empresas chinas.

Foto: EC.

Sin embargo, Enel y otros fabricantes solares europeos siguen dependiendo en su inmensa mayoría de obleas de silicio y otros componentes fabricados en China para ensamblar sus paneles.

En los diez primeros meses del año pasado, la UE importó componentes y equipos de energía solar de China por valor de 17.500 millones de euros, lo que supone el 95% del total de sus importaciones relacionadas con la energía solar.

Enel ya está tomando medidas para reducir su dependencia de China, forjando nuevas alianzas con proveedores de Europa y Norteamérica

Enel ya está tomando medidas para reducir su dependencia de China, forjando nuevas alianzas con proveedores de Europa y Norteamérica, según Eliano Russo, director de la fábrica de paneles solares 3Sun de la empresa en Sicilia.

"Tenemos que reconstruir un ecosistema de socios para reubicar la cadena de suministro con el objetivo de acelerar la descarbonización sin comprometer nuestra independencia energética", explica Russo.

Afirma que, a partir de 2025, Enel dejará de depender en gran medida de los proveedores asiáticos. La modernización de la fábrica siciliana costará unos 600 millones de euros, de los cuales 188 millones serán financiados por la UE. Entre las condiciones de la subvención de la UE figura que el 60% de la producción de la fábrica se destine al mercado europeo.

Foto: EC.

La UE quiere que las fuentes renovables representen el 45% de su producción energética en 2030, frente al 17% actual. Según el plan climático de la UE, los paneles solares, más fáciles de instalar que las imponentes turbinas eólicas, se convertirían en la principal fuente de electricidad. El bloque quiere tener unos 600 gigavatios de capacidad solar operativa a finales de esta década, unas tres veces el nivel actual.

La UE estudia más subvenciones para fomentar la construcción de nuevas fábricas de paneles solares y la ampliación de las plantas existentes. Los inversores de la industria solar europea quieren que el bloque flexibilice sus normas sobre ayudas públicas a las empresas para permitir que fluyan grandes sumas hacia los fabricantes de energía solar. La Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, anunció la semana pasada que presentaría propuestas para aumentar las subvenciones a la energía solar y otras energías renovables en Europa.

Sin embargo, no está claro si Europa está dispuesta a gastar lo suficiente para que los productores locales puedan competir con China.

Muchos productores chinos no solo disfrutan de ventajas de escala y apoyo gubernamental, sino que además fabrican todos los componentes necesarios, desde el polisilicio hasta los paneles solares acabados. Europa alberga a uno de los mayores productores de polisilicio del mundo, la alemana Wacker Chemie AG, pero la empresa envía la mayor parte de su polisilicio para paneles a China, donde son convertidos en células solares.

Foto: Gracias a esta tecnología, la economía circular en el campo de los paneles solares, sería posible (A*STAR).

China está estudiando restringir la exportación de equipos utilizados para fabricar lingotes y obleas de silicio, componentes esenciales de las células solares. Esta medida dificultaría a los países occidentales la creación de sus propias industrias solares independientes de los proveedores chinos.

Los planes europeos también se enfrentan a un desafío por parte de Estados Unidos, que ha ofrecido cuantiosas subvenciones a las empresas nacionales para que construyan paneles solares y otras fábricas de tecnologías limpias al amparo de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA).

"De repente apareció un nuevo competidor, otra China en el flanco occidental, que tenía esta generosa política industrial", explica Dries Acke, director de política de SolarPower Europe, un grupo comercial. Estados Unidos tiene pocas fábricas de paneles solares o sus componentes. Con la IRA, eso está a punto de cambiar.

Foto: Logo de Iberdrola. (Reuters/Vicent West)

La italiana Enel es una de las empresas que están preparando un importante aumento de la fabricación en Estados Unidos, con planes para construir una fábrica que producirá hasta 6 gigavatios de paneles solares al año. También fabricaría células solares —los componentes básicos de los paneles— que actualmente no se producen en Estados Unidos.

Antes de 2010, las empresas europeas figuraban entre los principales fabricantes mundiales de paneles solares y otros equipos. Entonces China empezó a desarrollar su industria solar con enormes subvenciones, como electricidad barata para las fábricas, préstamos a bajo coste y exenciones fiscales. Las exportaciones chinas de paneles solares a Europa se dispararon y los precios cayeron bruscamente, expulsando del negocio a muchos fabricantes europeos.

En 2013, la Comisión Europea impuso derechos antidumping provisionales a los paneles solares chinos tras recibir una denuncia de fabricantes europeos de paneles solares. Pekín amenazó con tomar represalias por medio de aranceles sobre los automóviles y otros sectores europeos clave. El gobierno alemán de la entonces canciller Angela Merkel, temiendo una guerra comercial con China, presionó a la Comisión para que redujera los aranceles.

Foto: El panel solar que transforma la luz y el agua en hidrógeno. (Comate)

En 2018, Europa abandonó por completo los aranceles, decidiendo que necesitaba todos los paneles solares que pudiera conseguir. Los paneles solares chinos volvieron a inundar Europa.

Ahora hay poco apoyo político en Europa para restablecer los aranceles. En cambio, las empresas con planes para construir nuevas fábricas de paneles solares piden fuertes subsidios europeos para ayudarles a sobrevivir a los períodos en que los productores chinos deciden bajar los precios bruscamente.

"Necesitamos mecanismos para apoyar a la industria europea frente a estas distorsiones", afirmó Pascal Richard, cofundador de Carbon, una empresa que propone construir fábricas que harían todos los componentes de los paneles solares en Francia.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal

A medida que Europa pone fin a su dependencia del gas natural ruso, la región quiere que la energía solar se convierta en su principal fuente de electricidad para 2030. Uno de los retos será conseguirlo sin crear una dependencia energética de China.

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