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Los países europeos empiezan la guerra por asegurarse el gas de los próximos inviernos
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Tras el conflicto en Ucrania

Los países europeos empiezan la guerra por asegurarse el gas de los próximos inviernos

Algunas empresas sopesan acuerdos de GNL con EEUU, pero los objetivos climáticos y los precios obstaculizan las negociaciones

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Aunque Europa ha llenado sus reservas de gas natural para este invierno, ya ha empezado la carrera para asegurar la energía para los próximos años, que se espera que sigan acechados por amenazas de grave escasez.

Las reservas de gas de la Unión Europea están al 95%, y muchos analistas afirman que el continente podría evitar una calamidad energética este invierno. Sin embargo, se prevé que los países europeos tengan más dificultades para conseguir gas para los próximos inviernos, ya que la mayor parte de ellos están aislados de los suministros rusos y la competencia mundial por los cargamentos finitos de gas natural licuado es cada vez mayor.

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No llegará mucho más GNL al mercado hasta alrededor de 2026, cuando los proyectos planificados en EEUU y Qatar entren en funcionamiento, y Europa probablemente competirá por la escasa oferta durante los próximos años.

Algunas empresas alemanas, el motor de la fabricación europea, están preocupadas por tener suficiente energía para la última parte de la década. Las empresas alemanas, entre ellas el productor químico BASF SE y la empresa de servicios públicos Uniper SE, que fue rescatada, han mantenido conversaciones en las últimas semanas con los exportadores estadounidenses de GNL y otros sobre posibles acuerdos de suministro de gas que probablemente comiencen después de mediados de la década, según personas familiarizadas con las conversaciones.

Tras la invasión rusa de Ucrania, algunas empresas europeas firmaron contratos de GNL estadounidense. Ahora, las empresas que dependen del gas afirman que el continente necesitará más en los próximos años.

Las empresas que dependen del gas afirman que el continente necesitará más en próximos años

Según las personas familiarizadas con el tema, las negociaciones son un indicio del aumento de la preocupación por la seguridad energética, pero son complicadas porque, mientras muchos en Europa buscan gas para cinco o 10 años, algunas empresas y funcionarios gubernamentales son reacios a firmar contratos de suministro a más largo plazo. Alemania y otros países europeos se han fijado objetivos ambiciosos para reducir drásticamente el consumo de combustibles fósiles, y a las empresas les preocupa tener que pagar por gas que ya no necesiten.

BASF y Uniper están buscando formas de abastecerse de más gas natural, incluso a través del GNL, según dijeron los portavoces de las empresas.

El Gobierno alemán está realizando un seguimiento de las discusiones sobre el suministro de gas, incluyendo conversaciones separadas con la empresa noruega de petróleo y gas Equinor ASA, y en ocasiones sugieren empresas con las que los exportadores deberían ponerse en contacto, según cuentan algunas de las personas familiarizadas con las discusiones. Según una portavoz del Ministerio de Economía y Clima de Alemania, las compras de gas son responsabilidad de las empresas.

Foto: Planta de Mugardos de Reganosa en la ría de Ferrol. (EFE/Kiko Delgado)

El director ejecutivo de Equinor, Anders Opedal, declaró en una entrevista reciente: "Estamos trabajando estrechamente con la industria alemana para encontrar un terreno común para posibles inversiones futuras", tanto en petróleo y gas como en energía de baja emisión de carbono.

Las autoridades de la UE han propuesto formar un colectivo de empresas europeas para coordinar las conversaciones sobre el gas y comprar conjuntamente el combustible, evitando así que compitan entre sí por el mismo gas. En octubre, el ministro de Economía alemán, Christian Lindner, expresó su apoyo a la idea. Sin embargo, algunos ejecutivos de empresas y funcionarios gubernamentales dudan de que un programa de este tipo funcione, debido a la complejidad del mercado del gas y a las diferentes necesidades de los países, y algunas empresas van por libre en las negociaciones.

"No estamos totalmente convencidos de los beneficios y las ventajas que puede aportar la agrupación de la compra de gas a nivel europeo", expresó una portavoz de RWE AG, empresa alemana que firmó en mayo un acuerdo no vinculante de 15 años con el exportador estadounidense de GNL Sempra Infrastructure. Añadió que RWE está instando a los funcionarios del Gobierno a apoyar los contratos de gas a largo plazo.

Foto: Buques fondeados frente al litoral del Campo de Gibraltar. (Ecologistas en Acción)

Las empresas alemanas no son las únicas que buscan asegurarse el gas. Países como Francia y el Reino Unido se enfrentan a amenazas de escasez de energía, y los ejecutivos de GNL de Estados Unidos han estado llamando a los gobiernos europeos en busca de acuerdos. Una filial de la empresa química británica Ineos Group AG firmó un acuerdo de suministro no vinculante con Sempra a principios de este año, al igual que la empresa energética polaca Polskie Gornictwo Naftowe i Gazownictwo SA.

Un portavoz del Gobierno del Reino Unido ha afirmado que está trabajando con proveedores nacionales e internacionales para explorar contratos que puedan aumentar la seguridad del suministro energético.

En algunos rincones se mantiene la oposición política a los acuerdos de gas a largo plazo que, según algunos, podrían hacer fracasar los objetivos climáticos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. "Es difícil ver cómo son compatibles con los planes de descarbonización", advierte Jill Duggan, directora ejecutiva para Europa de la organización sin ánimo de lucro Environmental Defense Fund.

Foto: Vista aérea de un parque solar. (EFE/Javier Cebollada)

Las autoridades alemanas ya han dicho que esperan que la demanda de gas natural del país alcance su punto máximo en torno a 2030, para luego dar paso gradualmente a energías más renovables.

La tensión entre las necesidades energéticas inmediatas de Europa y las aspiraciones climáticas a largo plazo están creando un mercado complicado tanto para los compradores europeos como para los vendedores estadounidenses. Los promotores de proyectos de GNL necesitan firmar contratos a largo plazo con los clientes para financiar plantas multimillonarias en las que licuar el gas para su exportación.

Algunos europeos están buscando formas de satisfacer a los exportadores y mantener al mismo tiempo los objetivos climáticos. Una de las opciones que se barajan es firmar contratos a largo plazo y revender una parte del gas en mercados extranjeros en años posteriores, algo que permite la mayoría de los contratos de GNL de Estados Unidos, según ejecutivos de empresas, banqueros y otras personas informadas de las conversaciones. Otra opción que se está discutiendo es que los compradores inviertan directamente en proyectos de GNL y firmen contratos de suministro a corto plazo, lo que les permitiría deshacerse de la participación en el capital más tarde, según algunas de las personas familiarizadas con el tema.

Foto: El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en Jersón. (Reuters)

Según algunos participantes en la negociación de estos acuerdos, siguen existiendo otras diferencias entre compradores y vendedores. Los compradores europeos quieren precios más bajos que los que ofrecen los vendedores estadounidenses, y argumentan que estos ya se han beneficiado ampliamente de la crisis energética de Europa. Los vendedores estadounidenses mantienen que los compradores no aprecian los costes de inflación y transporte y los riesgos financieros que las empresas están soportando, y señalan que se espera que los precios vuelvan a subir en los próximos meses y años.

Commonwealth LNG, que está desarrollando una nueva planta de GNL en el sur de Luisiana, está abierta a contratos de 10 años, pero a un precio más alto en comparación con un acuerdo de 20 años, según expuso Paul Varello, presidente ejecutivo de la empresa. Un contrato más corto obligaría al exportador a amortizar la deuda en un periodo más corto. "Es seguro que las empresas que puedan ofrecer flexibilidad [en la duración del contrato] y flexibilidad en los precios" firmarán acuerdos con los europeos, opinó Varello.

Foto: Logotipo de la OPEP en su sede de Viena.

Los desacuerdos sobre la urgencia de la posible escasez de gas son un punto de fricción. Algunos funcionarios alemanes han sugerido recientemente en conversaciones privadas que se sienten menos presionados para llegar a acuerdos de suministro de gas antes de fin de año, citando precios más bajos y un volumen de almacenamiento mejor de lo esperado, según personas familiarizadas con las conversaciones. A algunos empresarios europeos les preocupa que el colchón sea solo temporal y que la falta de voluntad política genere riesgos para futuros inviernos.

La Agencia Internacional de la Energía, con sede en París, advirtió este mes que Europa corre el riesgo de no poder satisfacer sus necesidades energéticas el año que viene y la instó a hacer más para conservar el gas que tiene y cambiar a otras fuentes de energía renovables. El déficit de gas natural de Europa en el verano de 2023 podría alcanzar los 30.000 millones de metros cúbicos, según las estimaciones de la AIE, o una buena parte de lo que el bloque necesita para rellenar su red de almacenamiento de gas antes de que vuelva el invierno. "Básicamente, Europa tiene que hacer todo lo que pueda", afirma Keisuke Sadamori, director de Mercados Energéticos y Seguridad de la AIE.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal

Aunque Europa ha llenado sus reservas de gas natural para este invierno, ya ha empezado la carrera para asegurar la energía para los próximos años, que se espera que sigan acechados por amenazas de grave escasez.

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