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Las subidas de tipos secan Wall Street: captar dinero no ha sido tan difícil en una década
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Las subidas de tipos secan Wall Street: captar dinero no ha sido tan difícil en una década

Las fusiones y las ofertas de acciones y bonos se ralentizaron en octubre, y se quedaron en su nivel más bajo en más de una década, ya que las subidas de tipos de la Fed han extraído el capital de los mercados

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En Wall Street, todo está tranquilo. Demasiado tranquilo.

El otoño suele ser una de las épocas más activas del año en finanzas, pero las ventas de nuevas acciones, las emisiones de deuda y las fusiones empresariales solo se dan a cuentagotas en las últimas semanas. La oferta de dinero en efectivo que alimenta estas operaciones se está evaporando y es probable que la desaceleración haya llegado para quedarse, según afirman banqueros, inversores y abogados de empresas.

Los mercados se están estancando porque el precio del dinero prestado se está disparando a medida que la Reserva Federal de EEUU sube los tipos de interés para combatir la inflación. Esta política aún no ha frenado el gasto de los consumidores. Sin embargo, está castigando a las empresas estadounidenses que han acumulado una montaña de deuda que supera los 10 billones de dólares, gran parte de ella en la última década, cuando la Reserva Federal mantuvo los tipos de interés cerca de cero.

Las empresas norteamericanas tendrán que conseguir al menos 200.000 millones de dólares en 2022 y 2023 para cubrir los crecientes gastos de intereses, según un análisis de los datos de Fitch Ratings de las empresas que califica, realizado por el Wall Street Journal. Los costes de endeudamiento podrían seguir siendo elevados durante años si persisten los altos niveles de inflación, lo que dividiría a las empresas estadounidenses en dos bandos: las que pueden reducir su deuda y sobrevivir con sus propios beneficios y las que no.

Foto: Palacio de la Bolsa de Madrid. (Vega Alonso) Opinión

Lo primero de lo que quieren hablar muchos clientes corporativos es de la Fed, cuenta Stephan Feldgoise, codirector del equipo de fusiones y adquisiciones de Goldman Sachs Group. "Dados los importantes cambios que se están produciendo, estamos dedicando mucho tiempo a hablar de lo que está pasando y de cómo afecta a su negocio".

Ford Motor tiene un valor de mercado de 53.000 millones de dólares y ha registrado un aumento de ventas, según su informe de resultados de la semana pasada. Sin embargo, "los costes de los préstamos fueron más altos, lo que no hemos podido trasladar completamente a los clientes", explicaba Marion Harris, el jefe de la rama de préstamos de Ford, a los analistas en una conferencia telefónica la semana pasada. La división de préstamos recortó sus previsiones de beneficios para 2022 en aproximadamente un 10%, en parte debido a la subida de los tipos.

La cadena de hospitales Community Health Systems recompró recientemente 267 millones de dólares en bonos, pero las ganancias están cayendo más rápido de lo que puede reducir su carga de deuda de 12.000 millones de dólares. "La subida de los contratos laborales y la inflación salarial siguen afectando a nuestro rendimiento", admitía el director financiero Kevin Hammons en la llamada de resultados de la empresa el mes pasado. Los bonos de la empresa han caído un 35% desde septiembre, hasta los 42 centavos de dólar, lo que refleja la incertidumbre sobre su salud financiera.

Foto: Operador de bolsa en Wall Street.

Algunos están aprovechando el caos

Según John Zito, socio de Apollo Global Management, la empresa gastó más de 1.000 millones de dólares en octubre comprando deuda respaldada por activos con grado de inversión que se vendió en medio de las turbulencias del mercado. Eso llega tras realizar compras por valor de 6.000 millones de dólares en el tercer trimestre, incluyendo bonos con grado de inversión, y préstamos garantizados con calificación de basura de empresas como Royal Caribbean Group, Carnival y Citrix Systems. Gran parte de la deuda rinde más del 10%, e incluso las inversiones que siguen bajando de precio deberían ser rentables a largo plazo, según afirma Zito.

Las agresivas subidas de los tipos de interés están ahogando a los sectores que dependen de la deuda barata para crecer, como el inmobiliario y el financiero. La Reserva Federal espera que la desaceleración acabe por extenderse a la economía real a medida que la reducción de la contratación y del gasto empresarial afecte a los presupuestos de los hogares, que ya están viviendo un fuerte descenso en el valor de las viviendas.

Las fusiones y adquisiciones en Estados Unidos ascendieron a 219.000 millones de dólares en septiembre y octubre, un 43% menos que en el mismo periodo del año anterior, según datos de Dealogic. Las ofertas públicas iniciales de acciones cayeron a 1.600 millones de dólares en octubre, un descenso del 95% respecto al año anterior y el volumen más bajo durante el mes desde 2011. El descenso del número de operaciones conlleva la reducción de las comisiones para los bancos de inversión.

Foto: Foto: EC.

La financiación de los vehículos de inversión denominados obligaciones de préstamo colateralizadas (CLO, por sus siglas en inglés) se desplomó un 97% con respecto a los niveles del año pasado, hasta los 1.300 millones de dólares, en parte debido a las secuelas de la crisis financiera del Reino Unido. Los CLO son los mayores compradores de préstamos corporativos con calificación de bono basura que las empresas de capital privado utilizan para comprar empresas objetivo, y el flujo de esos préstamos se redujo en cerca de un 70% este octubre, hasta los 54.000 millones de dólares.

Los bancos que acordaron hace meses vender préstamos para compras apalancadas a los gestores de fondos a tipos de interés más bajos se han visto obligados a mantener hasta 45.000 millones de dólares de la deuda porque los inversores exigen ahora rendimientos mucho más altos. Los precios de la deuda caen cuando los tipos suben y los bancos han tenido que amortizar los préstamos, asumiendo miles de millones de dólares en pérdidas sobre el papel.

La nueva realidad se ha cernido sobre las empresas y sus inversores en cuestión de meses. Los banqueros y las empresas de capital riesgo han pasado de financiar con facilidad las adquisiciones a precios elevados a luchar por conseguir deuda a cualquier precio.

"Lo que más me preocupa es lo que va a ocurrir con las inversiones [de alta valoración] realizadas en los dos últimos años", expresa Andrea Auerbach, responsable mundial de inversiones privadas de la empresa asesora Cambridge Associates.

Foto: Foto: iStock.

Piense en Enjoy Technology, una empresa minorista en línea dirigida por el antiguo jefe de ventas de Apple, Ron Johnson, que salió a bolsa en octubre de 2021 a través de una sociedad de adquisiciones con fines especiales (también conocidas como SPAC, por sus siglas en inglés). La empresa tenía intención de financiarse con aumentos de capital, pero en mayo reveló que tenía problemas para encontrar inversores y se declaró en quiebra en junio.

O mire a Citrix Systems, la empresa de computación en la nube que las empresas de capital privado compraron en parte con dinero prestado por 16.500 millones de dólares en septiembre. Los bancos sufrieron pérdidas de al menos 500 millones de dólares después de tener problemas para vender los préstamos. Citrix ya figura en la lista de prestatarios de mayor riesgo de Fitch.

Las operaciones de apalancamiento con pérdidas se están acumulando en los balances de los bancos, incluidos los 13.000 millones de dólares que respaldan la compra de Twitter por parte de Elon Musk, los 6.000 millones de dólares de la compra del fabricante de piezas de automóviles Tenneco por parte de Apollo y los 8.000 millones de dólares de la adquisición de la empresa de medios de comunicación Nielsen Holdings por parte de capital privado.

Foto: La sede de Twitter. (EFE / EPA / John G. Mabanglo)

Algunas operaciones de capital riesgo han seguido adelante y no todos los bancos se han visto atrapados con deudas no deseadas. Blackstone anunció la semana pasada la compra de una empresa de tecnología climática por 14.000 millones de dólares. JPMorgan Chase & Co. evitó la mayor parte de la financiación problemática este año. Pero la actividad de fusiones y adquisiciones está entrando en una fase de hibernación que podría durar hasta el verano de 2023 o más, según advierten los abogados que trabajan en esas operaciones.

El dolor de Wall Street repercute en Main Street. Las empresas de capital privado ganaron cerca de un billón de dólares por medio de acuerdos el año pasado, penetrando incluso en industrias nicho, como los lavaderos de coches, y el coste de los préstamos que piden esas empresas sube al mismo tiempo que los tipos de interés. Cuando los fondos de capital privado se vuelven menos rentables, eso afecta a los fondos de pensiones estadounidenses, que dependen cada vez más de esta clase de activos y se enfrentan a grandes pérdidas en los mercados públicos de acciones y bonos.

Si las fisuras que debilitan los mercados financieros se extienden a la economía, podría producirse un ciclo prolongado de impagos corporativos.

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The Wall Street Journal. Sebastian Herrera y Preetika Rana

"Creemos que existe una probabilidad razonable de que se produzcan 2.000 rebajas [de la calificación crediticia] y 200 impagos de emisores durante el ciclo crediticio 2023-2024", afirmó el director ejecutivo de Marathon Asset Management, Bruce Richards, en un informe para clientes. Añadió que es probable que el ciclo de impagos dure más que en crisis crediticias anteriores, porque la inflación impedirá que la Reserva Federal recorte los tipos para aliviar el dolor económico, como hizo en 2009 y 2020.

Los impagos de la deuda basura ya están aumentando y la deuda impagada podría crecer hasta el medio billón de dólares —superando con creces el pico de 200.000 millones de dólares de 2008 y 2009— porque ahora hay mucha más deuda en circulación, según Marathon.

"Somos alcistas en cuanto a las oportunidades que podría presentar el ciclo de dificultades de 2023", escribió Richards en un correo electrónico. "Creemos que el invierno se acerca".

—Con la contribución de Laura Cooper y Hannah Miao.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal

En Wall Street, todo está tranquilo. Demasiado tranquilo.

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