Es noticia
Mark, tenemos que hablar: debe haber una forma mejor de perder 800.000 M de dólares
  1. Mercados
  2. The Wall Street Journal
Pérdidas del 73% en el año

Mark, tenemos que hablar: debe haber una forma mejor de perder 800.000 M de dólares

Los fracasos inteligentes en los negocios se basan en pequeñas apuestas. Meta apostó la empresa entera

Foto: EC.
EC.
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

¿Sabe qué sería genial? Un billón de dólares.

Esa era la capitalización bursátil de Facebook hace poco más de un año, justo antes de que la empresa decidiera cambiar su nombre por el de Meta. Desde entonces ha disminuido en aproximadamente 800 mil millones de dólares.

¡Ochocientos mil millones de dólares! Eso es más que la capitalización de mercado de casi todas las empresas del S&P 500. Es más que Exxon Mobil. Es más que Berkshire Hathaway. Es más que Tesla y un aparcamiento lleno de coches Tesla.

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí

La reciente liquidación de las Big Tech ha reducido el tamaño de Amazon, Alphabet y todos los gigantes menos Apple, arrasando con billones de dólares en todo Silicon Valley con una eficiencia brutal que solo un ingeniero podría apreciar. Pero ninguna empresa parece tan sombría estos días como aquella cuyo precio de las acciones ha bajado un 75% desde el pasado septiembre. La buena noticia para Meta es que muchos de los mayores perdedores de la historia reciente del mercado aprendieron a ganar de nuevo. La mala noticia para Meta es que no tiene mucho más en común con ellos.

Muchas empresas cambian de estrategia porque han perdido dinero. Meta está perdiendo dinero porque cambió de estrategia.

Ha pasado casi exactamente un año desde que el director ejecutivo y cofundador, Mark Zuckerberg, llevó a cabo la audaz maniobra de cambiar la marca de Facebook por la de Meta Platforms, porque creía que el futuro de la empresa no estaba en las redes sociales, sino en el inmersivo y amorfo reino en línea conocido como el metaverso.

Foto: EC.

La decisión de poner tanta fe en una premisa tan poco probada pasará a la historia como una de las apuestas más arriesgadas que jamás haya hecho una empresa, pase lo que pase. Pero lo que está sucediendo ahora no tiene buena pinta. Todavía no está claro qué podría considerarse un éxito, pero de lo que sí no hay duda es de que Meta no está en absoluto cerca de alcanzarlo, y la estrategia de la empresa para conseguirlo no ha sido acertada.

"Hay que coger los grandes problemas y dividirlos para tener pequeñas victorias y pequeñas pérdidas", afirma Sim Sitkin, profesor distinguido de liderazgo Michael W. Krzyzewski en la Universidad de Duke.

Llamé al Dr. Sitkin porque hace unas décadas escribió un artículo académico sobre esta estrategia de pequeñas pérdidas y acuñó un término para ello: "fracaso inteligente".

La evaporación de 800.000 millones de dólares en valor de mercado no fue especialmente inteligente, según su criterio, que es útil para abordar Meta y otras empresas tecnológicas debido a la naturaleza de sus negocios. La innovación requiere experimentación. Los experimentos fracasan. El fracaso puede ser instructivo.

Foto: Foto: Drew Angerer. (Reuters)

Los grandes éxitos son producto de pequeños fracasos, pero solo si los experimentos cumplen unos criterios específicos. Deben abordar cuestiones valiosas con respuestas inciertas. Deben estar meticulosamente planificados y ser útiles independientemente de los resultados. Y deben ser modestos. Eso es lo más importante. Las recompensas son incrementales porque los riesgos no son existenciales.

Amy Edmondson, profesora de la Harvard Business School y autora del libro de próxima aparición Right Kind of Wrong: The Science of Failing Well (el tipo correcto de error: la ciencia de fracasar bien), afirma que el tamaño óptimo de la apuesta es difícil de definir pero fácil de describir.

"Lo más pequeño posible", dice. "Lo suficientemente grande para que sea informativa". Luego lo expresó de otra manera: "No hay que apostar la empresa entera".

Meta no siguió exactamente ese consejo.

Foto: Logo de Apple. (Reuters/Dado Ruvic)

El año pasado, Mark Zuckerberg declaró que quería que Facebook fuera una empresa del metaverso. La semana pasada, después de que Meta informara de otro trimestre de ganancias nefastas, el director ejecutivo reiteró que sigue pensando lo mismo. Entendía que "la gente podría estar en desacuerdo con esta inversión". Simplemente, pensaba que estaban equivocados. "Creo que la gente va a mirar atrás dentro de unas décadas y hablará de la importancia del trabajo que se hizo aquí", aseveró.

Tienen mucho más trabajo que hacer. Mis colegas de The Wall Street Journal informaron recientemente de que el metaverso insignia de Meta tenía menos de 200.000 usuarios activos mensuales. Hay más gente que viene a ver a los Mets de Nueva York.

Pero realmente no importa que la visión de Zuckerberg sea tan solitaria como el metaverso. Su control de las acciones con derecho a voto de Meta le da una forma inusual de poder. "Eso nos da aún más responsabilidad para impulsar y hacer cosas que otras personas no podrían hacer", declaró recientemente a Protocol, la página web de tecnología. Añadió también que quiere "vivir en un mundo en el que las grandes empresas utilicen sus recursos para hacer grandes proyectos". (Una portavoz de Meta declinó hacer comentarios, pero se remitió a las declaraciones anteriores de Zuckerberg).

Otros en su lugar podrían sentirse presionados para reducir sus pérdidas. Pero aunque el metaverso vaya a incluir piernas pronto, Zuckerberg no tiene intención de cambiar su postura.

Foto: El presidente de Rusia Vladímir Putin. (EFE/Pavel Bednyakov)

No he pasado mucho tiempo en el metaverso –al igual que, por lo visto, la mayoría de la gente de Meta— y no tengo planes de ir de vacaciones allí pronto. El Dr. Sitkin tampoco. El metaverso le resulta más atractivo como concepto que como lugar para visitar, porque representa un "objetivo stretch" (extendido), como él lo llama, o una tarea aparentemente imposible que requiere algún tipo de circunstancia externa o avance creativo para lograrlo.

Pero lo que realmente le interesa al Dr. Sitkin es que las empresas evitan el riesgo cuando les va bien y se lanzan a por ello cuando menos pueden permitirse los errores. Esta es la paradoja de los objetivos stretch.

"Los que deberían perseguirlos no lo hacen", señala, "y los que no deberían perseguirlos, sí".

Meta es una excepción a esa regla. Debería perseguir los objetivos stretch. Lo hizo. El problema es que se extendió demasiado y su objetivo era demasiado nebuloso.

Foto: El fundador y director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg. (EFE/Michael Reynolds) Opinión

"Si vas a saltar desde un acantilado alto, es mejor que tengas un paracaídas", estableció el Dr. Sitkin. "Y quieres saber si ese acantilado tiene una escalera para bajar, para poder hacerlo paso a paso".

Es muy posible que Zuckerberg tenga razón sobre el metaverso y que el precio de las acciones de la empresa sea una ganga a largo plazo. Un sitio web que construyó desde un dormitorio universitario y que se ha convertido en una de las empresas más valiosas del mundo también parecía una locura, y adaptar Facebook para móviles en el momento preciso demostró que ha sido capaz de asomarse a rincones de las redes sociales que pocos pueden ver.

Pero su última visión requiere entornar los ojos. El propio Zuckerberg advirtió que se necesitaría paciencia, confianza y más de unos cuantos trimestres de pésimos resultados financieros para averiguar si la apuesta por el metaverso será rentable.

"No es una inversión que vaya a ser rentable para nosotros en un futuro próximo", reconoció hace un año.

Foto: El fundador y director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg. (Reuters/Erin Scott) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
¿Por qué Facebook se está hundiendo en bolsa?
Juan Ramón Rallo

Esa predicción resultó ser acertada. Las pérdidas operativas de su división del metaverso ascendieron a 3.700 millones de dólares solo en el último trimestre, y el director financiero de Meta prevé que "las pérdidas operativas crecerán significativamente en 2023". El mercado reaccionó adecuadamente a este comentario: se asustó. Meta cotiza ahora a su precio más bajo desde 2016, cuando TikTok era un sonido que hacían los relojes, y la empresa ha perdido 23.000 dólares en capitalización bursátil por segundo desde su máximo del año pasado.

Los incentivos financieros para el fracaso inteligente se hacen más fuertes cuanto más rápido crece una empresa. El precio de la apuesta a todo o nada por la tecnología naciente que Zuckerberg hizo desde su dormitorio era bajo en lo que a dólares se refiere. Ahora es enorme.

Pero algo sorprendente de las empresas que han estado en la posición de Meta es cuántas de ellas recuperaron su dinero. De hecho, casi dos docenas de empresas del S&P 500 se han recuperado tras haber bajado un 70% en un año solo desde 2020, según la investigación de Dow Jones Market Data.

Foto: El logo de Meta. (Reuters/Arnd Wiegmann)

La mayoría de esas pérdidas fueron el resultado de fuerzas más amplias más allá del control de esas empresas. La pandemia aplastó a los grandes almacenes, pero Macy's y The Gap han vuelto a superar los precios de sus acciones anteriores a la pandemia. Los valores energéticos se vieron perjudicados cuando los futuros del petróleo estadounidense cayeron brevemente por debajo de cero, pero Halliburton y Occidental Petroleum se recuperaron de los mínimos y volvieron a alcanzar los máximos previos.

Meta también tiene muchos vientos en contra en el mundo real. La economía no está en su mejor momento y los tipos de interés están subiendo. Una amarga disputa con Apple ha afectado al negocio publicitario de Facebook y la competencia con TikTok ha reducido la popularidad de Instagram. Pero lo que diferencia a Meta de los supervivientes de las caídas bursátiles es lo que las provocó en un principio. Los suyos fueron shocks externos. Esta fue autoinfligida.

Es (apropiadamente) meta que la explicación más convincente para una caída libre de 800.000 millones de dólares esté en el nombre de la empresa. Este fracaso podría no ser lo suficientemente inteligente como para ser un éxito.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal

¿Sabe qué sería genial? Un billón de dólares.

Mark Zuckerberg Acciones Apuestas Silicon Valley Wall Street Journal TikTok
El redactor recomienda