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Comprar la caída de la bolsa está fallando, pero los inversores siguen haciéndolo
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Comprar la caída de la bolsa está fallando, pero los inversores siguen haciéndolo

Los precios de las acciones siguen cayendo en picado, haciendo mella en una estrategia que se hizo muy popular en la última década

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Es el peor año para comprar la caída del mercado de valores desde la década de 1930.

En lugar de recuperarse tras la caída, las acciones han seguido cayendo, arrastrando consigo a los inversores que entraron a comprar acciones en oferta. El S&P 500 ha caído un 1,2% de media este año en la semana posterior a una pérdida de un día de al menos un 1%, según Dow Jones Market Data. Es la mayor caída de este tipo desde 1931.

Foto: Banderas de Italia y la Unión Europea. (EFE/Maxim Shipenkov)

La caída prolongada está haciendo mella en la popular operación de compra de valores, una estrategia en la que muchos inversores tuvieron gran éxito tras la última crisis financiera y, sobre todo, durante la rapidísima recuperación de la pandemia.

Los principales índices bursátiles han alcanzado decenas de récords continuos, lo que convenció a muchos inversores de que cualquier caída sería efímera, y una oportunidad atractiva para comprar.

Los inversores minoristas, o no profesionales, han sido compradores de caídas entusiastas, entrando incluso a la vez que los inversores institucionales salen. Este fervor de compra ha sido un importante contrapeso para el mercado, y si flaquea, las acciones podrían sufrir aún más.

Foto: Un corredor de bolsa preocupado por las caídas de la bolsa. (EFE/Justin Lane)

La operación ha resultado contraproducente durante el descenso de un mes que ha arrastrado El S&P 500 a una caída del 23% en lo que va de 2022, camino de su mayor descenso anual desde 2008. La venta se aceleró la semana pasada cuando los bancos centrales de todo el mundo aumentaron los tipos de interés, lo que provocó fuertes oscilaciones en los mercados de acciones, bonos y divisas. Los tres principales índices bursátiles estadounidenses cayeron al menos un 4%, lo que supone su cuarto descenso de al menos un 3% en cinco semanas.

Muchos inversores han estado luchando contra la alta inflación, la prolongada guerra en Europa y las expectativas de una recesión. En los próximos días, los nuevos datos sobre el gasto y la confianza de los consumidores proporcionarán pistas sobre el modo en que los altos precios están influyendo en el comportamiento de los estadounidenses y el grado en que las subidas de los tipos de interés de la Reserva Federal están repercutiendo en la economía.

La volatilidad ha generado malestar a muchos inversores, que han visto cómo sus carteras perdían valor semana tras semana.

Otros inversores están aguantando y no han dejado de comprar la caída, tratando de mantener mano firme y de no perder los rendimientos a largo plazo

"Me han dejado para el arrastre", se lamenta Santi Tafarella, un profesor de colegio universitario de 58 años de la zona de Lancaster (California). "Me siento incómodo".

Tafarella cuenta que ha estado comprando la caída en el mercado de valores —incluyendo el viernes— solo para ver cómo sus posiciones se agriaban rápidamente.

Otros inversores están aguantando y aún no han dejado de comprar la caída, tratando de mantener mano firme y de no perder de vista los rendimientos a largo plazo. Al menos una tendencia ha perseverado: los inversores particulares han tendido a comprar más acciones de Estados Unidos y fondos cotizados en bolsa en los días en que el S&P 500 baja que cuando sube, según indica Vanda Research.

Foto: Billetes libras esterlinas y un dólar. (EFE/Andy Rain)

Eso incluye el 13 de septiembre, cuando el S&P 500 se desplomó un 4,3% en su mayor caída de un día desde 2020. Los inversores particulares compraron ese día más de 2.000 millones de dólares en acciones estadounidenses y fondos cotizados, el segundo total más alto del año. Así mismo, compraron 395 millones de dólares del SPDR S&P 500 ETF Trust solo ese día, la mayor cantidad en un día de 2022.

Los hogares estadounidenses han ingresado más dinero en los fondos de inversión y ETF de renta variable de Estados Unidos del que han sacado en el año. Los fondos estadounidenses han atraído 89.000 millones de dólares de entradas netas en 2022, según datos de EPFR Global analizados por Goldman Sachs. Esto contrasta con muchos inversores institucionales que han retirado dinero del mercado.

Sin embargo, gran parte de la euforia que dominaba los mercados en 2020 se ha evaporado. Una cesta de acciones populares entre los inversores individuales, que incluye empresas como Tesla Inc., Amazon.com Inc. y fabricantes de chips como Advanced Micro Devices Inc. y Nvidia Corp., ha caído un 30% este año, con un rendimiento inferior al del mercado general. Los valores tecnológicos son especialmente sensibles a la subida de los tipos, lo que ha provocado pérdidas especialmente pronunciadas.

Foto: Un corredor de bolsa en Wall Street.

Mientras tanto, la negociación intradía entre particulares, definida por el volumen diario en dólares, ha caído a niveles no vistos desde enero de 2020, antes de la pandemia, según los analistas de Vanda Research. La actividad de los corredores individuales en opciones de compra alcistas, una apuesta popular para beneficiarse de una subida de las acciones, ha caído a algunos de los niveles más bajos de los últimos dos años, según los datos de Deutsche Bank.

"No se ha generado ese comportamiento frenético y ese ‘froth", expone Lule Demmissie, directora ejecutiva en EEUU de la empresa de corretaje eToro. "Pero esa tesis de invertir a largo plazo sí está ahí".

Algunas de las operaciones derivadas de la evolución del mercado que florecieron en los últimos dos años han causado grandes pérdidas a los inversores. Intentar comprar la caída del ETF ARK Innovation de Cathie Wood, por ejemplo, ha sido especialmente doloroso.

Foto: Cathie Wood, CEO de Ark Innovation ETF. Reuteurs/David Swanson

El miércoles, las acciones del fondo se dispararon hasta un 3,2% cuando los corredores se apresuraron a hacerse con parte de él, con la esperanza de aprovechar un rebote tras el periodo de venta continua que lo ha arrastrado a una caída anual del 60%. Sin embargo, el fondo terminó el día con un descenso de aproximadamente la misma cantidad, después de que la decisión sobre los tipos de interés de la Reserva Federal llevara a muchos operadores a cambiar rápidamente sus previsiones sobre la agresividad del banco central a la hora de subir los tipos hasta el próximo año. La subida de los tipos provocó una fuerte venta en todo el mercado.

El pasado miércoles, el ETF ARK recibió 197 millones de dólares en entradas, la mayor cantidad en un solo día desde julio, según FactSet. El fondo reanudó su caída el jueves, bajando un 4,3% y encaminándose hacia un descenso semanal de dos dígitos.

Según Caleb Adams, un estudiante universitario de 18 años que cuenta que empezó a invertir hace unos años a través de una cuenta de custodia, un tipo de cuenta de inversión para menores, debe algunas de sus mayores pérdidas al fondo ARK.

"Caí en la trampa de las empresas de alto crecimiento y alto vuelo e invertí dinero en sus ETF, y no lo han hecho muy bien"

"Caí en la trampa de las empresas de alto crecimiento y alto vuelo e invertí dinero en sus ETF, y no lo han hecho muy bien", explica.

Aun así, Adams, que empezó a invertir comprando acciones de Tesla, ha intentado seguir metiendo dinero en su cuenta para inversiones con regularidad. El dinero que recibió por su graduación de la escuela secundaria le ayudó a aumentar su exposición al mercado, al igual que el dinero que ganó haciendo trabajos puntuales para sus padres, como la organización electrónica de los contactos de negocios de su madre.

Por su parte, Tafarella mantiene que su enfoque ha cambiado drásticamente desde el punto álgido de la pandemia de Covid-19, cuando realizó algunas incursiones poco exitosas en el mundo de las operaciones intradía. Esperaba ganar suficiente dinero para ayudar a pagar la educación universitaria de sus hijas y proteger a su familia de la carga de los préstamos estudiantiles.

"Empecé siendo muy codicioso", reconoce Tafarella. "Pensé que probablemente podría convertir mi inversión en 100.000 dólares en un año".

Desde entonces, ha cambiado a una cesta de ETF diversificados en los que ha vertido dinero de forma constante.

Empecé siendo muy codicioso", reconoce Tafarella. "Pensé que probablemente podría convertir mi inversión en 100.000 dólares en un año"

Un factor que está cambiando el cálculo de algunos inversores es la deuda pública ultrasegura, que de pronto parece atractiva. La inflación elevada y las subidas de tipos de la Reserva Federal han dado pie a una fuerte liquidación en el mercado de bonos, enviando los rendimientos a los niveles más altos de la última década.

Claire de Weerdt, consultora y empresaria de 34 años con sede cerca de Vancouver (Columbia Británica, Canadá), cuenta que a principios de año invirtió en un fondo que supervisa acciones y bonos para diversificar sus participaciones, aunque el fondo ha perdido valor junto con el mercado en general. También ha depositado algo de dinero en efectivo en una inversión de renta fija para su negocio y ha tratado de crear un mayor colchón de efectivo en caso de recesión. Sin embargo, sostiene que no tiene intención de vender sus acciones.

"Creo que sería una tontería venderlas", afirma De Weerdt. "No me importa cómo estarán los mercados en uno o dos años. Me importa cómo estarán dentro de 30".

*Contenido con licencia de 'The Wall Street Journal'.

Es el peor año para comprar la caída del mercado de valores desde la década de 1930.

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