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Lo que enseña la historia sobre cómo evitar una crisis como la de los setenta
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El IPC se disparó un 186%

Lo que enseña la historia sobre cómo evitar una crisis como la de los setenta

Podría no ser necesario que volvamos a aprender de primera mano las lecciones que nos enseñó la Gran Inflación hace 50 años

Foto: Jerome Powell. (EC Diseño)
Jerome Powell. (EC Diseño)
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Las acciones estaban en auge, los salarios y los precios parecían competir por ver quién estaba más alto y, por primera vez en décadas, la inflación estaba en el aire. "¿Se puede contar con la junta de la Reserva Federal para que responda a las esperadas alarmas inflacionistas de 1967 con su habitual ardor, que frena el crédito?", se preguntaba 'The Wall Street Journal' el 2 de noviembre de 1966. "¿La respuesta? Probablemente no".

De hecho, la siguiente década y media, durante la que se sucederían una serie de medidas monetarias y fiscales insuficientes, pasaría a conocerse como la Gran Inflación, con un índice de precios al consumo que se disparó un 186%, o un 7,3% anual, entre 1968 y 1983. (El IPC era del 4,7% en 2021 y se estima que, en lo que va de año, ha alcanzado un 8%).

Peor aún, dos crisis energéticas lastraron la economía estadounidense, elevando la tasa de desempleo al 8,2% en 1975 y al 10,8% en 1982, mientras los precios seguían subiendo como la espuma. Lo que pasó a llamarse estanflación estranguló económicamente a muchas familias y empresas estadounidenses.

Foto: Foto: iStock. Opinión
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El episodio fue "el mayor fracaso de la política macroeconómica estadounidense en la posguerra", afirma Jeremy Siegel, profesor emérito de finanzas de la Wharton School en la Universidad de Pensilvania y autor del estudio seminal sobre el mercado 'Stocks for the Long Run' (acciones a largo plazo).

Hoy, la estanflación vuelve a acechar. La inflación, provocada por el gasto pospandemia, está en su nivel más alto en cuatro décadas y la economía puede estar ya en recesión. Las acciones están pasando por un mercado bajista, los rendimientos de los bonos están subiendo y las criptomonedas se están desplomando. Solo el desempleo se mantiene históricamente bajo, en el 3,6%.

Foto: (iStock)

Los últimos años ya han sido bastante difíciles; imagínense pasar 15 años más así. Afortunadamente, el presidente de la Fed, Paul Volcker, dejó una guía para evitar lo peor en lo que llamó "la lección que nos enseñaron los años setenta".

¿Tendremos en cuenta esa lección?

Al igual que la actual subida de precios, la Gran Inflación comenzó con una economía muy caliente, sobrealimentada por los recortes fiscales de 1964 y el gasto en la guerra (Vietnam) y en la paz (la Gran Sociedad). En 1966, el IPC alcanzó el 3% y 'The Wall Street Journal' dio la voz de alarma. El entonces presidente de la Fed era William McChesney Martin Jr., quien 'famosamente' comparó el banco central con "la carabina que ordenó retirar la ponchera justo cuando la fiesta se empezaba a animar de verdad".

Sin embargo, cuando llegó el momento de poner fin a la fiesta de la inflación, Martin se mostró "reacio a subir los tipos de interés o a reducir la oferta de dinero para préstamos", escribió 'The Journal'. ¿Por qué? Porque la desaceleración de la economía podría controlar la inflación a costa de aumentar el desempleo, lo que era políticamente inaceptable. Martin y su sucesor, Arthur Burns, siguieron la guía de los presidentes Lyndon Johnson y Richard Nixon, respectivamente.

Foto: Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

"Todo el mundo sabe muy bien que el presidente [Nixon] quiere que los tipos se mantengan bajos", explicó el secretario del Tesoro, John Connally, a 'The Journal' el 16 de agosto de 1971, cuando el tipo de los fondos federales era del 5,75%. El tipo seguiría una pauta de subidas y bajadas a lo largo de los años setenta.

Los funcionarios de la Reserva Federal creían en la curva de Phillips, que teoriza que existe una relación estable e inversa entre la inflación y el desempleo. La idea era que si la economía se calentaba un poco, el desempleo se mantendría bajo.

Pero los críticos advirtieron de que la inflación persistente podría autoperpetuarse. A medida que los trabajadores buscan aumentos salariales, las empresas suben los precios para igualar los costes laborales, desencadenando una espiral de precios y salarios. El 31 de marzo de 1969, 'Barron's' publicó que "la carga de la inflación es demasiado pesada", citando la escasez de vivienda y de mano de obra, de la que se hace eco la situación actual. "Si el pasado sirve de guía, la expansión insensata y el exceso especulativo nos llevarán a un colapso".

Foto: Representación de un bitcoin. (Reuters/Benoit Tessier).

La respuesta de Nixon, una serie de controles salariales, de precios y de alquileres (entre otras medidas) que en su mayoría reprimieron los precios hasta ser descartados.

'Barron's' criticó lo que se conoce como el 'shock' de Nixon. "¿Para qué sirvieron los controles?", preguntó el editor Robert Bleiberg el 29 de abril de 1974. "Cuando pretendían controlar la inflación, la Administración Nixon, con la ayuda y la complicidad de la junta de la Reserva Federal, ha abierto de par en par las puertas a la inflación".

Entonces llegó la primera crisis del petróleo. El embargo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo de 1973 hizo que los precios del crudo subieran un 300% en apenas unos meses. Hizo que "se ridiculizara la noción de que la relación entre una mayor inflación y un menor desempleo era un simple intercambio", escribió el economista Stephen B. Reed. La curva de Phillips había muerto.

El programa voluntario Whip Inflation Now, del presidente Gerald Ford, se convirtió en un chiste cuando las acciones se hundieron y la recesión caló; 'Barron's' lo calificó de “truco publicitario”. En 1979, se produjo otra crisis del petróleo.

Foto: Cientos de aviones de diferentes aerolíneas internacionales permanecen estacionados en el aeropuerto de Teruel. (EFE)

El punto más bajo puede haber sido el discurso sobre el malestar ('malaise') del presidente Jimmy Carter en julio de ese año, cuando dijo que "toda la legislación del mundo no puede arreglar los problemas de Estados Unidos".

En resumen, la economía estaba fuera de control y el Gobierno estaba sin ideas. Una de las consecuencias fue la revolución política que llevó a Ronald Reagan a la presidencia al año siguiente.

Otra fue la revolución monetaria liderada por Volcker, que fue nombrado presidente de la Fed por Carter 10 días después del discurso. Dejó claro que su objetivo era la inflación. "No tenemos más remedio que hacer frente a la situación inflacionaria, porque con el tiempo la inflación y la tasa de desempleo van juntas", anunció en 1980. "¿No es esa la lección que nos enseñaron los años setenta?".

Foto: El expresidente de la Fed Paul Volcker, en una conferencia en Nueva York. (Reuters) Opinión

Volcker endureció la oferta monetaria y elevó el tipo de los fondos federales por encima del 19%. Esto provocó una doble recesión, pero tanto la inflación como el desempleo cayeron con el tiempo, y pronto llegó la era del 'Morning in America', de Reagan.

Hoy, el presidente de la Fed, Jerome Powell, parece entender la lección que nos enseñaron los años setenta. "No estamos tratando de provocar, y no creemos que tengamos que provocar, una recesión", afirmó ante el Comité Bancario del Senado el 22 de junio. "Pero sí creemos que es absolutamente esencial que restablezcamos la estabilidad de los precios, tanto en beneficio del mercado laboral como de cualquier otra cosa".

Según Siegel, aunque la Reserva Federal no reaccionó a la inflación tan rápidamente como algunos esperaban, actuó lo suficientemente pronto como para limitar el daño. Espera que la inflación disminuya dentro de un año, y que la situación se resuelva con un aterrizaje más suave que el diseñado por Volcker.

Así que puede que no tengamos que volver a aprender la lección de los años setenta de primera mano.

*Contenido con licencia de 'Barron’s'.

Las acciones estaban en auge, los salarios y los precios parecían competir por ver quién estaba más alto y, por primera vez en décadas, la inflación estaba en el aire. "¿Se puede contar con la junta de la Reserva Federal para que responda a las esperadas alarmas inflacionistas de 1967 con su habitual ardor, que frena el crédito?", se preguntaba 'The Wall Street Journal' el 2 de noviembre de 1966. "¿La respuesta? Probablemente no".

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