The One: la historia de la que podría haber sido la casa más cara de EEUU

La agente inmobiliaria Rayni Williams estaba de pie bajo el caluroso sol de Los Ángeles, con sus tacones de Manolo Blahnik clavados en la tierra de una urbanización vacía cuyo precio era de 8,995 millones de dólares en la elegante South Mapleton Drive. Era el año 2011 y estaba esperando a un posible comprador.

Un hombre salió de un Rolls-Royce Ghost plateado, vestido de la cabeza a los pies con ropa de lino de color claro, con un intenso bronceado y el pelo oscuro y peinado hacia atrás, dijo Williams. Le entregó el pesado rollo de planos arquitectónicos que se había elaborado para el lugar, y el hombre lo golpeó contra el capó con tanta fuerza que, según dijo, temía haberlo abollado. "Voy a hacer una oferta", dijo.

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"¿Quién es este tipo?", Williams dijo que recuerda haber pensado eso cuando él anunció una decisión tan rápida.

El tipo era Nile Niami, entonces un promotor prometedor de poco más de 40 años con ambiciosos planes en el ámbito de las viviendas específicas de Los Ángeles. Unos años más tarde, empezaría a construir su obra magna: una megamansión en Bel-Air a la que llamó The One, que planeaba poner en el mercado por 500 millones de dólares, convirtiéndola en la más cara del mundo.

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A principios de este año, los problemas financieros del proyecto más emblemático de Niami llegaron a su punto álgido, poniendo fin a una saga que había cautivado a los observadores del sector inmobiliario de Los Ángeles durante una década. El objetivo de Niami de construir una de las casas más grandes y lujosas de la historia de Estados Unidos —una megamansión de unos 10.000 metros cuadrados con un club nocturno y cinco piscinas— se había ido al traste en medio de deudas impagadas y un procedimiento de quiebra. En marzo, The One se vendió en una subasta por solo 126 millones de dólares más comisiones y honorarios, mucho menos que la deuda de aproximadamente 190 millones de dólares que tenía la casa, según los documentos de la quiebra. Niami dijo a través de un portavoz que él y su exesposa Yvonne Niami terminaron perdiendo 44 millones de dólares en el proyecto, "más 10 años de mi vida".

En cierto modo, la historia de Niami, el hombre detrás de The One, es tan convincente como la propia casa. "Realmente revolucionó el sector inmobiliario de Los Ángeles, porque asumió riesgos que nadie estaba dispuesto a asumir", dijo Williams, de The Beverly Hills Estates, que posteriormente trabajó en la venta de The One con su marido, Branden Williams.

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Este relato se basa en entrevistas con prestamistas, socios comerciales, amigos personales, agentes inmobiliarios y expertos en construcción que interactuaron con Niami mientras construía The One. Niami creció en una zona de clase trabajadora del Valle de San Fernando. Trabajó en efectos especiales para películas de bajo presupuesto antes de crear su propia productora en 1994. Alrededor de ese tiempo, comenzó a comprar pequeñas casas en el Valle de San Fernando como un negocio secundario, arreglándolas y vendiéndolas a un precio superior, dijo a 'The Wall Street Journal' en 2018. Empezó con casas de unos cientos de miles de euros y fue subiendo hasta convertirlas en condominios en zonas de lujo. Después de casarse a finales de la década de 1990, él y su esposa empezaron a buscar casas cada vez más grandes.

Pagó 8,25 millones de dólares por el terreno de South Mapleton Drive que Williams había catalogado, y luego vendió una mansión que construyó allí al magnate inmobiliario jordano Hasan Ismaik por 44 millones de dólares en 2014, según los registros. Ismaik no quiso hacer comentarios al respecto. Fue un modelo de negocio que Niami repetiría con éxito una y otra vez: equipó sus casas con comodidades excesivas, como bóvedas de champán y piscinas con fondo de cristal, y puso etiquetas de precios más altos que los que el mercado había permitido con anterioridad, dijo Williams.

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"Nile impulsó la existencia del mercado especulativo", dijo el arquitecto Paul McClean, que en su día fue un frecuente colaborador de Niami. McClean dijo que Niami tenía la habilidad de equipar sus casas con adornos que atraían a los compradores adinerados: una toalla con in'ciales por aquí, un poco de perfume por allí. "Vendía un estilo de vida", dijo McClean. Niami también utilizaba estrategias de 'marketing' poco convencionales, según los agentes inmobiliarios. En un vídeo de promoción de una de sus propiedades aparecían modelos femeninas, cubiertas de pintura dorada, con lencería negra y malla; otra modelo nadaba desnuda en la piscina.

Acumuló grandes ofertas, incluyendo la venta en 2014 de una mansión en Holmby Hills con un túnel submarino a P. Diddy por 39 millones de dólares; el portavoz del rapero no quiso hacer comentarios. Luego, alrededor de 2015, Niami comenzó a decirle a los periodistas sobre una casa que planeaba llamar The One, que tendría un precio de 500 millones de dólares. Niami había comprado el sitio en 2012 por 28 millones de dólares, según los registros de propiedad. Se dirigió a McClean para que diseñara su casa más ambiciosa hasta el momento, con acuarios de medusas, un casino y un club nocturno, dijo el arquitecto. Niami pronto se encontró con más competencia en medio de un exceso de casas espectaculares. "La gente empezó a venir y a copiarme", dijo en 2018.

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Las casas de Niami anteriormente se habían vendido rápidamente; ahora estaban tardando en venderse. En 2018, los registros muestran que Niami tenía al menos cinco casas espectaculares sin vender en sus registros y tenía cientos de millones de dólares en deuda. En ese momento, Niami dijo al 'Journal' que el estrés de su negocio estaba pasando factura. "Es como, 'Dios mío, mira los pagos de la hipoteca'", dijo. En ese momento, Niami estaba invirtiendo sus beneficios de otras ventas en la construcción de The One, utilizando su propio dinero además de los préstamos que había obtenido de las empresas vinculadas al inversor canadiense Lucien Remillard y al médico e inversor inmobiliario Joseph Englanoff.

En 2018, Niami recibió un préstamo de 82,5 millones de dólares de Don Hankey, un inversor inmobiliario que dirige una empresa que proporciona préstamos de automóviles de alto riesgo. Hankey dijo que el préstamo le permitió a Niami pagar algunas de las decenas de millones de dólares de deuda en la propiedad y proporcionó fondos para ayudar a terminar el proyecto, que estaba cerca del 80% de su construcción en ese momento. Hankey dijo que consideraba que el precio de 500 millones de dólares era una estrategia de 'marketing', pero que la propiedad podría alcanzar entre 200 y 250 millones de dólares.

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"Tenía problemas de liquidez", dijo Hankey sobre Niami. "Fijamos el precio de nuestro préstamo un poco más alto de lo normal porque había un riesgo adicional". Los portavoces de Niami dijeron que cree que el préstamo tenía un precio comparable al de otros préstamos de Hankey. Niami también estaba experimentando cambios en su vida personal. En 2017, su esposa de 18 años y la madre de sus dos hijos, había solicitado el divorcio, según los registros. La exmujer no respondió a las solicitudes de comentarios.

Después de que la pareja se separara, Niami desarrolló una reputación en la industria inmobiliaria como un chico fiestero, según los asociados de negocios que trabajaron con él durante ese período. Esta percepción se vio reforzada por la activa presencia de Niami en las redes sociales. Publicó fotos y vídeos en Instagram en los que aparecía bebiendo champán en una piscina en la isla griega de Mykonos, llevando un pareo con estampado de leopardo en el Burning Man de Nevada y posando con una bata al estilo de Hugh Hefner durante una fiesta con temática de pijamas en su casa de Hollywood. "Creo que encontrarán a muchos jefazos de la industria asistiendo a Burning Man con atuendos no apropiados para la sala de juntas", dijo Niami a través de sus portavoces. En cuanto a la fiesta de pijamas, dijo: "Me parece que alguien que lleva una bata en una fiesta con temática de pijamas está ejerciendo la modestia".

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Durante el confinamiento por el covid en 2020, se emitieron ocho sanciones por fiestas ilegales en propiedades del señor Niami, según el Departamento de Policía de Los Ángeles. Incluyeron sanciones por reuniones ruidosas o descontroladas y una por servir alcohol a menores. Niami dijo que alquilaba las casas a terceros en ese momento. "Con una sola excepción, estas infracciones no fueron causadas por mí", dijo. Los prestamistas empezaron a preocuparse por su estilo de vida y sus fiestas, según varias personas implicadas en el proceso de quiebra.

Para el inicio de la pandemia en 2020, Niami todavía no había terminado The One. Y aunque los Williams dijeron que habían estado trabajando durante varios años para encontrar un comprador, la casa nunca había estado oficialmente en el mercado. En el año que precedió a la subasta, los Williams dijeron que le presentaron a Niami varias ofertas de compradores de Oriente Medio, pero él nunca las reconoció. Niami negó esa afirmación a través de sus portavoces, diciendo que nunca recibió una sola oferta.

Según los agentes que visitaron la propiedad, The One era difícil de vender. Para muchos compradores, era demasiado grande, más parecido a un complejo de oficinas que a una residencia privada. Otro obstáculo era que Niami no había obtenido la licencia de habitabilidad, por lo que la casa no podía ser habitada legalmente. Eso se debía en parte a que era más grande de lo que permitían sus permisos, según un informe preliminar de Vertex, una empresa consultora de construcción a la que se recurrió para evaluar la propiedad en 2021.

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Mientras tanto, después de años de construcción a trompicones, habían empezado a aparecer grietas en la estructura parcialmente terminada, incluyendo fugas en las siete fuentes de agua y manchas en los suelos de mármol, según el informe de Vertex. A través de sus portavoces, Niami se negó a comentar el informe, diciendo que no lo había visto y que no tenía acceso a la casa durante el periodo en el que se dice que se produjeron las filtraciones.

Dijo que la construcción de The One paraba y empezaba a lo largo de los años porque los fondos fueron desembolsados lentamente por Hankey, y que Niami tuvo que adelantar dinero para pagar la construcción. "Si los fondos del préstamo se hubieran desembolsado para los costes de construcción durante el periodo en que se prometieron, la casa se habría terminado, se habrían arreglado todos los problemas y se habría obtenido [la licencia de habitabilidad]", dijo.

Los frecuentes titulares sobre la casa también fueron un factor disuasorio para los compradores, dijeron los agentes. "Mucha gente no quería comprar una casa que es más famosa que ellos", dijo Aaron Kirman, de Compass, uno de los agentes que trabajó en la comercialización de la propiedad.

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Por aquel entonces, Niami empezó a decir que no quería vender The One en absoluto, dijo Kirman, y en su lugar propuso convertirlo en un lugar de eventos de lujo que acogiera combates de boxeo o incluso los premios de la Academia. Habló de tener hologramas de artistas como Whitney Houston, Michael Jackson y Elvis Presley para entretener al público en estos eventos.

"Hicimos todo lo que pudimos para explicarle a Nile que era una posibilidad remota y que debía centrarse en la venta, pero no tuvimos mucha suerte con eso", dijo Kirman. Niami dijo a través de sus portavoces que "si se me permitiera seguir ese sueño, todos los inversores y prestamistas habrían sido pagados en su totalidad, y yo habría tenido beneficios en el proyecto."

También habló de lanzar una criptomoneda basada en The One, un banco llamado The One y una cadena de televisión llamada The One Truth Network. Preocupado por cómo se estaba gastando su dinero, Hankey dijo que exigió a Niami que trabajara con una empresa de desarrollo local para ayudar a supervisar la construcción. "Se gastó todo el dinero que le dimos", dijo Hankey. "Intentamos limitar nuestros fondos para asegurarnos de que fueran al lugar correcto".

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En octubre de 2021, tras conceder a Niami varias prórrogas de sus préstamos, Hankey solicitó la ejecución hipotecaria de The One. Niami respondió poniendo la propiedad en bancarrota, lo que pausó la ejecución hipotecaria y le dio más tiempo para encontrar un comprador. Se programó una subasta online de varios días para marzo de 2022.

En el momento de la declaración de quiebra, el magnate de la moda Richard Saghian llevaba unos cinco años buscando la casa de sus sueños en Los Ángeles. El fundador de la empresa de moda rápida Fashion Nova tenía un presupuesto de entre 50 y 150 millones de dólares y buscaba una casa con vistas y un jacuzzi en el dormitorio principal, según Williams y el agente de Hilton & Hyland, Stuart Vetterick, quien dijo que le mostraron a Saghian casi todos las viviendas importantes de Los Ángeles.

Saghian y Niami se conocieron unos años antes, cuando Niami le enseñó a Saghian The One. Saghian no había hecho ninguna oferta, dijeron los agentes, pero cuando se acercaba la subasta a principios de 2022, le convencieron para que volviera a verla. Pasaron unas cuatro horas una tarde explorando la casa. Parecía intrigar a Saghian, dijo Vetterick, pero no estaba vendida. En el último día de la subasta en línea, la oferta se estancó en alrededor de 60 millones de dólares, y los agentes estaban en pánico, dijo Williams. No había precio de reserva en la propiedad, lo que significa que se vendería al mejor postor, sin importar el precio.

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Durante la subasta, dijo Williams, estaba tan distraída mientras conducía por las colinas de Hollywood que pidió a su asistente que tomara el volante de su Range Rover. Preocupada por el bajo precio, llamó al administrador de la propiedad desde el asiento del copiloto y le rogó que detuviera la subasta. "No soy una persona tan sensible, llevo mucho tiempo en este negocio y puedo controlar mis emociones, pero me puse a llorar".

De repente, un nuevo postor entró en la contienda, haciendo una oferta de 90 millones de dólares: Saghian había cambiado de opinión. Hankey ofertó entonces 100 millones de dólares, pensando que podría venderlo por un precio mayor más adelante, según personas familiarizadas con el proceso. Pero Saghian superó su oferta, pagando finalmente un total de 126 millones de dólares por la casa.

Un juez aprobó la venta unas semanas después. El precio fue uno de los más altos jamás obtenidos por una casa de Los Ángeles, y Hankey dijo que probablemente recuperaría todos los fondos que aportó para el proyecto. Pero el precio no se acercó a cubrir las otras deudas pendientes de la propiedad y el dinero que los Niamis pusieron en The One. "Cuando reinviertes todo en un proyecto de Camelot, es devastador ver cómo ese dinero se evapora delante de ti", dijo Niami a través de sus portavoces. También estaba furioso con Saghian, diciendo que había sido un buen amigo y acusándolo de "traición".

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"Le mostré a Richard The One porque dijo que estaba interesado en comprarlo", dijo Niami a través de sus portavoces. "Tuvo todas las oportunidades para hacerlo en el transcurso de varios años de nuestra amistad, pero en lugar de ello esperó a una subasta de remate que sabía que me dejaría sin nada". Saghian declinó hacer comentarios sobre esa acusación.

Mientras que muchos en la industria inmobiliaria ven ahora los problemas de Niami como un cuento con moraleja, Williams dijo que nunca descartaría al promotor. "Ha salido de la nada. Y es un tipo inteligente. Algunos de los entresijos de Los Ángeles le afectaron y perdió el norte", dijo Williams. Niami rebatió esa afirmación a través de sus portavoces: "Puedo decir honestamente que me esforcé al 200%".

*Contenido con licencia de 'The Wall Street Journal'.