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Los grandes ganadores del mercado petrolero: actores pequeños ansiosos por perforar
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Los grandes ganadores del mercado petrolero: actores pequeños ansiosos por perforar

Autry Stephens y otros pequeños empresarios se apresuran a extraer más crudo mientras las grandes empresas se mantienen al margen: es casi demasiado bueno para ser verdad

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En primavera de 2020, los precios del petróleo cayeron en picado, y Autry Stephens se encontraba en una posición precaria. Unos meses más tarde, cuando los precios se estabilizaron, su empresa petrolera, situada en Midland (Texas), decidió apostar por expandir la perforación. No pudo haber elegido un momento mejor.

Hoy, los precios del petróleo se sitúan en torno a los 100 dólares por barril, y la empresa de Stephens, Endeavor Energy Resources, y otro puñado de empresas de perforación privadas de Estados Unidos han surgido como actores fundamentales en el mercado energético mundial. La guerra en Ucrania y las sanciones contra Rusia han afectado a los suministros, y estas pequeñas empresas están entre los pocos que se apresuran a producir más petróleo.

Esta estrategia les está reportando grandes beneficios, y Stephens, que cumplió 84 años la semana pasada, podría haberse llevado el premio gordo. Pese a la presión financiera a la que se enfrentó a principios de 2020, ahora se ha convertido en una de las personas más ricas del sector energético estadounidense, con un patrimonio neto de más de 10.000 millones de dólares, según personas cercanas a él y valoraciones de mercado de los activos controlados por su empresa, de la que es el único propietario.

Foto: Xi Jinping, presidente de China, junto a Salman bin Abdulaziz, rey de Arabia Saudí. (Reuters/Lintao Zhang)

Stephens es un magnate del petróleo reservado, que suele comer una quesadilla con patatas fritas a mediodía y suele estar en la oficina los siete días de la semana. Dice que nunca había visto un mercado con precios tan altos y tan poca competencia. "Esto es casi demasiado bueno para ser verdad", afirma.

Endeavor y otras empresas privadas se han podido posicionar como importantes actores del sector petrolero debido en parte a los grandes cambios que se han producido en la industria energética estadounidense. El Gobierno de Biden pidió a las empresas que aumentaran su producción de crudo después de que los precios de la gasolina se dispararan, amenazando la economía en general.

Sin embargo, muchas de las grandes empresas energéticas que cotizan en bolsa, así como las controladas por empresas de capital privado, se han mostrado cautelosas a la hora de aumentar las perforaciones. Sienten la presión de los inversores, que prefieren los dividendos y la recompra de acciones a los ambiciosos y costosos planes de perforación, tras haber sufrido decepciones en materia de beneficio en otras ocasiones en que el mercado estaba en auge.

Foto: Gasoducto Nord Stream 1. (Reuters/Hannibal Hanschke)

Además, la presión a favor de reducir las emisiones de carbono por parte de los inversores, entre otros, ha limitado las ansias de perforar de las grandes empresas, al igual que la incertidumbre sobre cuánto tiempo se mantendrán los precios.

Stephens no siente esas presiones. Tampoco las sienten otras empresas familiares de perforación, como Mewbourne Oil Co. en Tyler (Texas), propiedad de Curtis Mewbourne, de 86 años. A lo largo de los años, estas empresas han rechazado a los postores, han pedido dinero prestado a bancos y a otros y han confiado en su propio dinero para alimentar sus perforaciones, lo que les ha dado más soltura a la hora de buscar nuevos pozos en comparación con aquellos que responden ante accionistas externos.

Según la empresa de inversión y asesoramiento Pickering Energy Partners, Endeavor y Mewbourne cuentan en la actualidad con 33 plataformas de perforación de petróleo y gas en Estados Unidos entre las dos, frente a las cinco que había en 2020. En comparación, Exxon Mobil Corp. y Chevron Corp. operan un total de 27 equipos de perforación en Estados Unidos, frente a los 33 de 2020. A finales de este año, Endeavor y Mewbourne producirán conjuntamente unos 433.000 barriles de petróleo al día, o el 4% de toda la producción prevista en EEUU, estima Pickering. Calcula además que las dos empresas aportarán 116.000 barriles diarios este año, o el 18% del crecimiento de la producción nacional previsto.

Foto: Un repostaje de combustible. (Reuters/José Luis González)

Aunque las perforaciones de Endeavor y otras empresas privadas no bastan para compensar la pérdida de petróleo ruso en los mercados mundiales, desempeñan un papel crucial en medio de los temores de que el suministro de energía no siga el ritmo de la creciente demanda mundial. Según Enverus Inc., un proveedor de datos y 'software' centrado en la energía, en la actualidad, las empresas privadas como Endeavor operan el 62% de las 734 plataformas petrolíferas y de gas activas en Estados Unidos, en comparación con el 49% de las 1.106 plataformas que había a principios de 2019.

"Los verdaderos ganadores ahora mismo son las empresas privadas", afirma Dan Pickering, fundador de Pickering Energy Partners. "Están aumentando rápidamente la producción para aprovechar los precios altos".

"A lo largo de mi carrera, ha habido varias veces en las que he estado a punto de perderlo todo", cuenta Stephens

Es cierto que no hay ninguna garantía de que las condiciones actuales del mercado, favorables para empresas como Endeavor, vayan a durar. El mercado del petróleo es famoso por sus auges y caídas, y estas empresas saben que, si los precios vuelven a caer, podrían tener que enfrentarse a pérdidas.

Stephens y su empresa son poco conocidos fuera de la zona petrolera de Texas. No se le atribuye ningún descubrimiento importante de petróleo y apenas ha sobrevivido a varias caídas de la industria en el pasado. "A lo largo de mi carrera, ha habido varias veces en las que he estado a punto de perderlo todo", cuenta Stephens. "Conseguimos sobrevivir, pero también podría haber ocurrido perfectamente lo contrario".

Stephens se crio en una comunidad agrícola en De Leon, una ciudad de 2.000 habitantes en el centro de Texas, muy unida pero con problemas económicos. Su padre tenía un concesionario de tractores. Stephens intentó dedicarse a la agricultura, pero la sequía durante su último año de instituto, en 1956, le convenció de que debía escuchar a su padre, que le había aconsejado que se dedicase a otra cosa.

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Foto: EFE/Henry Chirinos.

"La agricultura es un negocio bastante duro", reconoce Stephens. "Y además no se me daba muy bien". Tras obtener un título de ingeniero, Stephens trabajó para Humble Oil, que más tarde pasó a formar parte de Exxon Mobil. En 1979, a los 41 años, invirtió todos sus ahorros en perforar su primer pozo de petróleo. Fue un éxito moderado. Stephens persistió y dedicó las décadas siguientes a acumular terrenos. Su empresa tiene ahora los derechos de perforación en más de 500.000 acres de Estados Unidos.

En el año 2000, fundó Endeavor, e incluyó sus activos personales en la nueva empresa. "Esperaba que, al tener un nombre, la gente pensara que era una empresa de verdad", explica. Con el tiempo, Stephens se centró en la Cuenca Pérmica, un terreno de más de 220.000 kilómetros cuadrados ubicado en Midland que se incluye entre los yacimientos petrolíferos más antiguos de Texas, pero también se enfrenta a un declive sostenido. Obtuvo la mayor parte de su territorio comprándoselo a empresas estadounidenses y extranjeras que habían decidido abandonar la región.

Sheffield contó que a veces pasaba con el coche por delante de las oficinas de Endeavor los fines de semana y solo se veía un coche

"Por aquel entonces, era como si Autry fuese el único jugador activo en un campo enorme", recuerda Bryan Sheffield, fundador de Parsley Energy, una empresa de petróleo y gas natural que se vendió el año pasado. Sheffield contó que a veces pasaba con el coche por delante de las oficinas de Endeavor los fines de semana y solo se veía un coche en el aparcamiento: el viejo Toyota Land Cruiser de Stephens.

A menudo era difícil ganar mucho dinero en estos campos, por lo que Stephens comenzó a perforar para otras empresas mientras se dedicaba a negocios secundarios, en parte para controlar sus propios costes de perforación. A veces los negocios paralelos resultaron ser errores costosos. En 2010, envió un equipo de perforación a Libia para ayudar a la población local a perforar pozos de agua, pero el proyecto fracasó cuando el coronel Muamar Gadafi fue derrocado. Su equipo de perforación sigue atrapado en la ciudad de Misurata, en un patio lleno de cobras.

Foto: Gasolinera de Cepsa. (Reuters/Jon Nazca)

En Texas, la estrategia de Stephens consistía en explotar los pozos de forma más eficiente que sus competidores de mayor tamaño. Cuando se desarrollaron los métodos de perforación horizontal y fracturación hidráulica a principios de siglo, Stephens empezó a centrarse en la capa de Spraberry, en las profundidades de la cuenca del Pérmico, que tenía una gran cantidad de petróleo, pero cuya perforación no era rentable antes de que surgieran las nuevas tecnologías.

A lo largo de las décadas, Stephens pidió prestado todo el dinero que pudo para acumular acres, normalmente en Texas. La estrategia funcionó bien cuando los precios subieron, pero puso a su empresa en grave peligro durante los períodos difíciles. Stephens dejó de pagar su deuda en 1999, y su empresa estuvo al borde del precipicio tanto en 2008 como en 2014, cuando los precios del crudo cayeron. En cada ocasión, Stephens cerró sus plataformas de perforación, vendió activos y consiguió encontrar nuevos prestamistas para mantenerse a flote.

"Intento no meterme demasiado en su trabajo, comparto mis ideas cuando puedo aportar algo", explica

Sin embargo, los altibajos acabaron siendo demasiado. En los últimos años, Stephens pagó la deuda y contrató a un equipo para que gestionase sus operaciones diarias. "Intento no meterme demasiado en su trabajo, comparto mis ideas cuando puedo aportar algo", explica. "Intenté jugar al golf, pero no se me daba muy bien". A medida que subían los precios del petróleo tras la crisis financiera mundial de 2008, su empresa adquirió más valor. Cuando los banqueros visitaban su oficina, a veces se veían sorprendidos por el viejo perro que le hacía compañía y que parecía sentir particular interés por los talones de los visitantes. Según personas cercanas al asunto, en 2019, Stephens estaba considerando ofertas para vender Endeavor por miles de millones de dólares.

Pero entonces llegó el Covid, y la economía mundial se derrumbó. En abril de 2020, la pandemia provocó una caída tan brusca de la demanda de petróleo a raíz de una guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudí, que el mundo se quedó sin lugares donde almacenarlo, y los precios del petróleo cayeron brevemente por debajo de cero. Los acuerdos de adquisición se cancelaron y la empresa volvió a tener problemas.

Sin embargo, cuando llegó el verano y los precios del petróleo sobrepasaron los 40 dólares por barril, Endeavor ya estaba perforando nuevos pozos en la capa de Spraberry, convirtiéndose en una de las primeras empresas en aumentar poco a poco la producción.

Durante 2020, Endeavor cubrió alrededor del 70% de su producción por medio de la venta con antelación, de forma que el precio quedaba fijado

"Siempre me gusta perforar. Estoy a favor de la perforación", expresó Stephens. "Las empresas públicas han cambiado, pero seguimos guiándonos por los parámetros empresariales clásicos, como las tasas de rentabilidad, y no estamos tan influenciados por lo que Wall Street quiere oír o por la ESG", explica, en referencia a las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza que se han vuelto más acuciantes para muchas empresas energéticas que cotizan en bolsa.

"Estamos totalmente a favor de ello, y participamos" en prácticas de producción más seguras, afirmó, al tiempo que argumentaba que el petróleo seguirá siendo necesario para las economías mundiales y que se requerirá más producción a medida que Occidente rechace el petróleo ruso.

Durante 2020, Endeavor cubrió alrededor del 70% de su producción por medio de la venta con antelación, de forma que el precio quedaba fijado. Eso le permitió ampliar la producción al tiempo que limitaba el riesgo de la empresa. El año pasado, sin embargo, Endeavor solo cubrió alrededor del 25% de su producción, una apuesta por la subida de los precios del petróleo que dio sus frutos.

Tras pasar toda su carrera haciendo frente a la montaña rusa de los precios del petróleo, opina que los precios acabarán retrocediendo

Se trata de un riesgo considerable. Si los precios se desploman, Endeavor volverá a sufrir, aunque no tenga tanta deuda como en años anteriores. Stephens, que trabaja en un escritorio repleto de mapas geológicos y otros papeles, se muestra escéptico ante las predicciones de que los precios del petróleo seguirán subiendo. Tras pasar toda su carrera haciendo frente a la montaña rusa de los precios del petróleo, opina que los precios acabarán retrocediendo.

"Hay suficiente petróleo y gas por el mundo, y la demanda bajará rápidamente", afirma. "Este periodo no durará mucho".

*Contenido con licencia de 'The Wall Street Journal'.

En primavera de 2020, los precios del petróleo cayeron en picado, y Autry Stephens se encontraba en una posición precaria. Unos meses más tarde, cuando los precios se estabilizaron, su empresa petrolera, situada en Midland (Texas), decidió apostar por expandir la perforación. No pudo haber elegido un momento mejor.

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