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La última ola de fusiones en el cannabis puede romper el bucle del sector
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La última ola de fusiones en el cannabis puede romper el bucle del sector

Las fusiones y adquisiciones recientes podrían proporcionar un anhelado impulso al debilitado precio de las acciones de los productores de marihuana de EEUU

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Una ola temprana de fusiones y adquisiciones en el sector del cannabis quemó a los inversores. Ahora está en marcha una nueva ronda, pero tienen cosas mejores por las que preocuparse que la historia que se repite una y otra vez.

Este año va encaminado a establecer un récord de compras de empresas de marihuana asentadas en EEUU. En lo que va de año, se han cerrado transacciones por un valor de 5.500 millones de dólares, según Viridian Capital Advisors, en comparación con los cerca de 3.000 millones de dólares del año pasado y los 3.700 millones de 2019. Solo el primer día de septiembre, se anunciaron tres adquisiciones, incluida la compra de TerrAscend de Gage, con sede en Michigan, por 545 millones de dólares.

Virginia, Connecticut, Nueva York y Nuevo México han legalizado la marihuana para uso recreativo este año. Los productores de cannabis que no estén presentes en estos estados intentarán comprar su entrada. A principios de año, Ascend Wellness compró una participación en la filial sin presupuesto de MedMen en Nueva York, que posee una valiosa autorización para operar en el nuevo mercado legal. Otros acuerdos muestran que los productores de marihuana están intentando impulsar su cuota de mercado en los estados donde ya operan.

Foto: Alan Glanse, CEO de JuicyFields.

Después de unas ventas sólidas de cannabis durante la pandemia y recientes aumentos de capital, los grandes productores también cuentan con liquidez. En el segundo trimestre, los 10 mayores productores de EEUU tenían de media 193 millones de dólares en flujo de caja, casi el triple que la cantidad del año anterior, según el análisis de Viridian. Probablemente también estén presionados para utilizarlo y dar alguna buena noticia a los inversores. Los precios de las acciones han sido bajos desde que los accionistas se dieron cuenta este verano de que la reforma de las leyes federales sobre el cannabis tardaría más tiempo del esperado.

La última juerga de fusiones y adquisiciones fue hace tres años, y muchos acuerdos fueron un desastre. Las empresas de cannabis canadienses, que, al contrario que sus homólogas estadounidenses, podían salir a bolsa en los mercados de EEUU, estaban desbordadas de fondos de inversores alcistas y se equivocaron al comprar.

Canopy Growth ha gastado al menos 1.700 millones de dólares canadienses, equivalentes a 1.350 millones de dólares al tipo de cambio actual, en fusiones y adquisiciones desde finales de 2018, tras recibir una inversión multimillonaria del fabricante de cerveza norteamericano Constellation Brands, según datos de FactSet. Desde entonces, el valor ha ofrecido un rendimiento anual para el accionista de un 23% negativo y la empresa ha registrado al menos 1.200 millones de dólares canadienses en deterioro de activos y costes de reestructuración. El nuevo director general de otra empresa compradora, Aurora Cannabis, ha anunciado planes para realizar depreciaciones de hasta 1.800 millones de dólares canadienses.

Foto: EC

Es menos probable que eso suceda con los productores estadounidenses. En primer lugar, como las leyes federales restringen su acceso a financiación, han aprendido a hacer una buena gestión del efectivo. Los acuerdos recientes se han firmado a niveles de valoración razonables e incluso baratos. La oferta de TerrAscend por Gage equivalió solamente a 4,5 veces la cifra de ebitda prevista de la empresa en cuestión, según analistas de Stifel. Los pequeños productores de cannabis que actualmente son más propensos a ser absorbidos se negocian a valoraciones más bajas que los grandes productores multiestatales que los podrían adquirir, lo que señala una oportunidad para los inversores.

Los acuerdos recientes tienen desventajas que los canadienses no tienen que contemplar. Es ilegal comerciar con marihuana a través de las fronteras estatales. Esto significa que los productores tienen que tener instalaciones en todos los estados donde quieran operar, lo que hace imposible ahorrar costes por acuerdos de marihuana a través de, por ejemplo, agrupaciones de instalaciones de cultivo.

Mientras la regulación siga siendo opaca, los inversores de valores de marihuana estadounidenses tendrán muchas preocupaciones. Puede que acabar quemados por acuerdos ineficientes sea la menor de todas.

*Contenido con licencia de ‘The Wall Street Journal’.

Una ola temprana de fusiones y adquisiciones en el sector del cannabis quemó a los inversores. Ahora está en marcha una nueva ronda, pero tienen cosas mejores por las que preocuparse que la historia que se repite una y otra vez.

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