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El marketing insostenible de la inversión sostenible

La inversión basada en ESG se ha convertido en una tendencia de moda. Una investigación en Estados Unidos sobre DWS (Deutsche Bank) podría ayudar a descubrir a los tramposos

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La investigación de Estados Unidos sobre DWS, la gestora de fondos del Deutsche Bank, es un primer paso importante en la lucha contra el marketing engañoso en el sector de la inversión ética.

Algunas de las afirmaciones sobre sostenibilidad del sector de la inversión de patrimonios no son sostenibles. Una investigación en Estados Unidos sobre la división de gestión de activos del Deutsche Bank podría ayudar a descubrir a los tramposos.

Las autoridades estadounidenses están investigando a DWS Group, según una noticia publicada por 'The Wall Street Journal' este jueves, después de que el ya exjefe del departamento de Sostenibilidad dijera que la empresa exageraba el uso que realmente hacía de los criterios de inversión sostenible. El resultado será probablemente la primera señal de la que dispondrán los inversores de cómo los reguladores estadounidenses actuarán contra los lavados de cara verdes (‘greenwashing’) en Wall Street.

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La inversión basada en criterios medioambientales, sociales y de gobernanza [cuyo acrónimo en inglés es ESG] se ha convertido en una tendencia de moda. En medio de la fuerte demanda de productos financieros éticos, los fondos ESG ofrecen a los gestores la oportunidad de diferenciarse y aumentar sus márgenes tras años de presión de comisiones por parte de los fondos de bajo coste que replican el comportamiento de índices.

Pero lo que también se está poniendo de moda es el escrutinio de las afirmaciones que hacen los que aseguran invertir con los estándares ESG. Estos criterios pueden ser imprecisos, los datos suelen ser escasos y la variedad de metodologías de clasificación hace que los inversores no sepan quién está inventando una historia y quién está cumpliendo lo que dice.

Tariq Fancy, antiguo director de inversiones sostenibles de BlackRock, escribió recientemente que los fondos ESG son rentables para Wall Street, pero pueden no estar haciéndolo realmente bien. Peor aún, argumentó, estos productos engañan al público y reducen la probabilidad de que los gobiernos actúen. BlackRock dice que aboga por que los gobiernos asuman un papel de liderazgo en la lucha contra el cambio climático y también apoya las iniciativas para establecer unos estándares coherentes y aumentar la transparencia de las carteras sostenibles.

A pesar de las entradas netas en fondos ESG, los activos invertidos de forma sostenible en Europa cayeron en 2 billones entre 2018 y 2020

Un estudio reciente realizado por dos profesores de derecho de Harvard también suscita preocupación: Tras examinar los documentos corporativos de más de 100 firmantes del compromiso histórico de la Business Roundtable de 2019 de pasar de un modelo de accionistas a otro basado en grupos de interés ('stakeholders'), los académicos concluyeron que el compromiso era "sobre todo para aparentar". Los firmantes y la Business Roundtable rechazan la conclusión de ese estudio, pero cualquiera que sea la verdad subyacente, es claramente difícil para las personas de fuera discernir quién está actuando de verdad y quién está emponzoñando.

La respuesta de la Unión Europea al 'greenwashing' ha sido la elaboración de normativas. Su Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles definió categorías de fondos sostenibles que obligaron a los gestores a reclasificar algunos de sus productos. El resultado fue que, a pesar de las entradas netas en fondos ESG, los activos invertidos de forma sostenible en Europa cayeron en 2 billones de dólares entre 2018 y 2020. Hay más normas de inversión verde en camino.

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Los funcionarios estadounidenses también están considerando cómo regular la proliferación de las declaraciones ESG. Suenan algunos ecos de las normas elaboradas en la UE, pero en general el enfoque estadounidense tiende a ser diferente: una regulación más ligera, pero con una aplicación más dura. Por ejemplo, el gigante automovilístico alemán Volkswagen tuvo que hacer frente a enormes multas y costes de reparación a los clientes en EEUU por su fraude con los motores diésel de 2015, mientras que en su región de origen tuvo que lidiar principalmente con normas de emisiones más estrictas.

Las acciones de DWS, que cotizan de forma independiente de la del Deutsche Bank, cayeron un 14% el jueves, borrando el equivalente a unos 1.300 millones de dólares del valor de mercado de la empresa. Es posible que los inversores estén tratando de calibrar el riesgo de las multas estadounidenses, así como el daño a la reputación. La presión está creciendo ahora para que la industria en general retire el marketing relacionado con ESG si no está en condiciones de validar sus afirmaciones.

La buena noticia para los inversores es que, en algún momento, deberían poder elegir productos éticos con la seguridad de que no están pagando por propaganda marketiniana.

*Contenido con licencia de 'The Wall Street Journal'.

La investigación de Estados Unidos sobre DWS, la gestora de fondos del Deutsche Bank, es un primer paso importante en la lucha contra el marketing engañoso en el sector de la inversión ética.

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